La última vez que se vieron las caras Real Madrid y Barcelona, el pasado 22 de marzo, el Estado Islámico castigó con 80 latigazos a los habitantes de Mosul (Irak) que se atrevieron a desobedecer la prohibición de ver el partido. El fútbol es un producto occidental y está vetado en la particular interpretación que hace el grupo terrorista de la ley islámica (sharia).

El Ayuntamiento de Madrid ha decidido reforzar la seguridad en los recintos culturales de la ciudad tras los atentados de París, pero la psicosis sobrevuela principalmente el Real Madrid-Barcelona del sábado. El EI está obsesionado con producir horror en un gran estadio de fútbol, considerados por muchos las catedrales de nuestro tiempo. No es casualidad que el horror de París empezase en el Stade de France.

Estadio de Francia, París

Tres terroristas intentaron acceder a las gradas durante el amistoso Francia-Alemania del viernes 13, pero los servicios de seguridad les impidieron el acceso. Posteriormente se inmolaron en los alrededores del estadio entre las 21.20 y las 21.53. Murieron cuatro personas, tres de ellas terroristas. El estadio, con capacidad para 80.000 espectadores, estaba lleno. El presidente francés, François Hollande, tuvo que ser evacuado del recinto. Los espectadores permanecieron en el estadio por motivos de seguridad hasta que las autoridades abrieron las puertas para realizar la evacuación.

Un ex jefe del servicio de inteligencia francés de identidad no revelada afirmó a AFP: “Dado que los tres atacantes suicidas llevaban chalecos ligeros, puede pensarse que si hubieran esperado a estar entre una multitud hubieran matado por lo menos a cinco o seis personas cada uno, además de una veintena de heridos. Pero sobre todo habrían creado un pánico increíble”. Y añadía: “El pánico por efecto indirecto es terrible. Las personas se aplastarían. Habría provocado un terror mucho mayor”.

Estadio Rey Balduino, Bruselas

El pasado lunes 16 fue suspendido el encuentro amistoso Bélgica-España, previsto para el día siguiente, por “riesgo concreto de atentado”, según informaron las autoridades belgas. El dispositivo de seguridad era enorme desde el viernes 'negro' de París, especialmente tras conocerse que los atentados habían sido planeados en Bélgica.

Los futbolistas españoles entrenaron la tarde del lunes en el escenario del partido y ni siquiera pudieron llevar mochilas. Posteriormente se supo que el terrorista fugado Salah Abdeslam, sobre quien pesa una orden de arresto internacional por su supuesta implicación en los atentados de París, había sido visto ese lunes en las inmediaciones del estadio.

El estadio Rey Balduino, conocido como Estadio de Heysel desde su fundación en 1930 hasta 1995, fue tristemente conocido en el mundo entero por la tragedia ocurrida el 29 de mayo de 1985, día en el que murieron 39 aficionados tras una avalancha de aficionados en las horas previas a la final de la Copa de Europa (hoy Liga de Campeones de la UEFA) entre el Liverpool y la Juventus de Turín. Seiscientas personas resultaron heridas.  

HDI Arena, Hannover

La policía alemana ordenó el martes la suspensión del partido amistoso previsto entre Alemania y Holanda, a disputar en la ciudad de Hannover, por una amenaza de bomba, a pesar de que dos horas después de la suspensión del partido las autoridades reconocieron no haber hallado explosivos ni haber efectuado detenciones. El estadio comenzó a ser evacuado a las 19:15h, una hora y media antes del encuentro, en un ambiente de tranquilidad.

“Los indicios sobre el peligro del partido de hoy se han intensificado tanto durante esta tarde que hemos aconsejado rápidamente su anulación”, argumentó el ministro de Interior alemán, Thomas de Maizière, quien justificó la “dura y amarga” decisión tomada con tan poca antelación debido a la serie de indicios acumulados a lo largo de la tarde: “En tan difícil situación tiene prioridad la seguridad de la gente”.

Wembley, Londres

Indiscutiblemente uno de los templos del fútbol mundial, el mítico estadio londinense vivió una hermosa noche el mismo martes, dentro de la tristeza y preocupación colectivas, cuando 71.223 personas (en su inmensa mayoría británicas) entonaron La Marsellesa, el himno nacional francés, antes del partido amistoso celebrado entre Inglaterra y Francia. Fue un homenaje en toda regla a las víctimas: el estadio local del combinado nacional inglés, tradicional rival del equipo galo, recibió al público con su emblemático arco iluminado en rojo, blanco y azul. En la fachada y los laterales se veía proyectada la leyenda “Liberté, Égalité, Fraternité” (“Libertad, Igualdad, Fraternidad”), lema de la República francesa.

    Wembley está emplazado en el lugar donde se levantaba el antiguo estadio con el mismo nombre, construido en 1923. Sede de legendarios conciertos, fue también sede del primer partido de la NFL fuera de América (2007). En mayo pasado más de 300 viviendas hubieron de ser evacuadas mientras el Ejército británico trabajaba para desactivar una bomba lanzada por Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, de unos 50 kilos, a 200 metros del estadio.

Santiago Bernabéu, Madrid

El sábado Madrid concentrará las miradas del planeta por motivos deportivos, aunque la sombra del terror planeará inevitablemente sobre el Paseo de la Castellana. Mil policías serán desplegados para asegurar el normal desarrollo del clásico del fútbol español (un récord absoluto). Sumados a vigilantes privados y personal sanitario, cerca de 2.500 personas velarán por la tranquilidad y seguridad del Real Madrid-Barcelona.

Esta semana han regresado a la memoria el atentado perpetrado por la banda terrorista ETA en las semifinales de la Liga de Campeones de 2002 (entre madridistas y blaugranas), que produjo 17 heridos leves, y la amenaza de bomba que obligó al desalojo del estadio en diciembre de 2004, durante un partido entre el Real Madrid y la Real Sociedad, interrumpido a tres minutos del final. El desalojo se produjo en sólo 15 minutos y no se registraron incidentes:

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