Jan Tratnik (Eslovenia, 1990) es profesional desde 2009 y corre actualmente para el Red Bull-Bora-Hansgrohe de Remco Evenepoel. Rodador, clasicómano y también gran gregario, es recordado por su victoria en la Omloop Het Nieuwsblad 2024 y su etapa en el Giro de Italia 2020, además de varios títulos nacionales contrarreloj en Eslovenia.
Desde sus primeros años en el World Tour se ganó la fama de trabajador incansable, capaz de sacrificarse por sus líderes y, al mismo tiempo, aprovechar sus oportunidades en pruebas de un día y escapadas de grandes vueltas. Ese afán por rendir más fue, paradójicamente, el detonante de una espiral peligrosa con la báscula y la comida.
El origen del problema se remonta a 2011, cuando, recién llegado al World Tour, alguien en su entorno le sugirió que, si perdía dos kilos más, podría "volar" en la montaña. Tratnik, joven y deseoso de agradar, obedeció sin ser consciente de que, con 65 kilos, apenas tenía margen de peso que recortar sin comprometer su salud.
Jan Tratnik celebra su triunfo en la decimosexta etapa del Giro de Italia 2020
"La verdad es que no tenía mucha grasa, así que fue realmente difícil perder ese peso", recordó en CyclingWeekly, señalando ese momento como el inicio de su trastorno alimentario.
Sin herramientas ni supervisión nutricional adecuada, tiró por el camino más radical: "Reduje mi alimentación a casi nada para perder esos dos kilos de más, pero fue muy duro porque estaba perdiendo músculo".
Hambre constante
A partir de ahí comenzó una relación enfermiza con la comida que pronto derivó en anorexia y, más tarde, también en bulimia. Él mismo describe aquellos meses como una lucha diaria contra el hambre y el miedo a engordar.
"Tenía hambre todo el tiempo, estaba muerto de hambre", admite al recordar cómo se sentía en plena restricción calórica. Su rutina llegó a extremos preocupantes: "Comía quizá una o dos veces al día, pero solo pequeñas cantidades", una pauta totalmente incompatible con las enormes demandas energéticas del ciclismo profesional.
La situación pronto se convirtió en un ciclo autodestructivo de atracones y purgas: "No podía soportar estar muerto de hambre, así que me derrumbaba y comía demasiado", relató.
El miedo a ganar peso le empujaba entonces a provocarse el vómito: "Por miedo a engordar, era un círculo del que no podía escapar", resumió, describiendo con crudeza la combinación de anorexia y bulimia que marcó aquellos años.
Al borde de romperse
Más allá del sufrimiento psicológico, el cuerpo de Tratnik empezó a pasar factura. El déficit energético crónico amenazaba con provocar lesiones graves, una caída en el rendimiento irreversible e incluso problemas serios de salud a largo plazo, como alteraciones hormonales e inmunitarias.
El esloveno llegó a perder su sitio en la élite y se encontró sin contrato World Tour, señal de hasta qué punto el trastorno había afectado a su rendimiento y estabilidad profesional. Solo una última oportunidad en 2014, con el modesto equipo Amplatz-BMC -"sin dinero, solo bici y equipación"- le permitió resetear su relación con la comida.
"No seguía ningún plan de nutrición; era más o menos come lo que quieras y haz lo que quieras. Montaba en bici y comía lo que había en el plato, y eso me ayudó mucho".
Con menos presión y una alimentación más normalizada, recuperó peso, energía y, poco a poco, la confianza. Tras "cuatro años realmente duros", como él mismo resume, logró recuperarse por completo y, en 2019, regresó al World Tour para acabar convirtiéndose en uno de los nombres propios de la primavera flamenca.
Un campeón con pasado difícil
Cuando se le pregunta por aquella etapa, Tratnik asegura que ha salido reforzado mentalmente. "No me da vergüenza hablar de esto ahora. Todo el mundo tiene problemas en su vida, y esto me pasó a mí", afirma, convencido de que contar su experiencia puede ayudar a otros ciclistas que estén pasando por algo parecido.
El mismo corredor que flirteó con el abismo por una obsesión con el peso es, ahora, ganador de la Omloop Het Nieuwsblad 2024, una de las clásicas importantes del calendario, y es pieza clave en los bloques de clásicas y grandes vueltas de su equipo.
Con una docena de triunfos profesionales, entre ellos una etapa del Giro de Italia y varios títulos nacionales, el nombre de Jan Tratnik se asocia hoy al éxito, pero también a un mensaje claro: en el ciclismo de alto nivel, la salud nunca debería sacrificarse en el altar del rendimiento.
