Las alarmas saltaron el pasado miércoles. Después de mucho meditarlo y de verse sin alternativa, la organización de la Clásica de Ordizia se vio en la obligación de comunicar que cancelaba la edición de este 2025.
Una decisión dolorosa como pocas que suponía poner fin a una trayectoria ininterrumpida que se prolongaba desde 1938. Desde ese año, y hasta 2024, esta carrera siempre había estado presente en el calendario, por eso el anuncio de su cancelación fue un auténtico 'shock' para el ciclismo.
La noticia corrió como la pólvora. No era para menos. La prueba española más antigua del calendario se veía ahogada por los problemas económicos. La falta de recursos financieros dejaban sin opción al Club Deportivo Txapel Gorri, el organizador de la competición, y lo peor de todo es que esta suspensión provisional tenía visos de convertirse en definitiva.
Luis León Sánchez, ganador de la Clásica de Ordizia en 2021.
"Nunca habíamos suspendido la carrera", cuenta en conversación con EL ESPAÑOL Ketxus Sanz, el director de organización de la prueba. Por suerte, todo lo que movió para comunicar la cancelación de la clásica lo tuvo que enmendar poco después. Unas horas de auténtica locura con un giro total de los acontecimientos.
La aparición de Caja Rural como patrocinador fue definitiva para revertir la situación. Sin dudarlo, se lanzó al auxilio de una prueba tan emblemática como esta y pondrá el dinero que faltaba para poder cuadrar las cuentas.
Unas horas de locura
El pasado miércoles explotó todo. La organización de la Clásica de Ordizia comunicó a los equipos, a las instituciones y a los hoteles que iban a acoger a los ciclistas la cancelación de la prueba.
Las cuentas no cuadraban. Había un desfase cercano a los 30.000 euros que la organización ya no podía volver a asumir, y con todo el dolor de su corazón tomaron la drástica decisión.
"Comunicamos a los equipos, a los hoteles y a los medios de comunicación la cancelación de la carrera a las siete de la tarde", recuerda Ketxus Sanz. En cuanto fue oficial, la locura se desató.
La noticia corrió como la pólvora, se generó una gran discusión en redes sociales y la importancia de la cancelación trascendió. El teléfono móvil de los organizadores empezó entonces a echar humo. Todo el mundo quería saber los motivos de esta decisión o intentar ayudar en la medida de lo posible.
Entonces, apenas un par de horas después del comunicado, llegó una llamada salvadora. "En cuanto salió la noticia el teléfono empezó a sonar, hasta que a las nueve y media de la noche me llegó una llamada de un número desconocido. Era una persona de Caja Rural", cuenta Sanz.
"Me preguntó cuánto dinero necesitábamos para salvar la prueba, y le dije que teníamos un déficit de entre 30.000 y 40.000 euros. Me colgó, en un minuto me volvió a llamar y me dijo: 'Cuenta con el dinero'", dice sobre este momento cumbre la organización de la Clásica de Ordizia.
De repente, cielo abierto para la carrera y vía libre para cumplir una edición más, la que sumará la 102 en el palmarés de la prueba. "Cuando nos dijeron eso, sabía que teníamos que echar para atrás todo. A las 11 de la noche les dijimos a los equipos y a los hoteles que nos había entrado un patrocinador y que la prueba se celebraba", recuerda Ketxus Sanz.
Poco más de cuatro horas, desde las siete de la tarde, cuando se oficializó la cancelación de la carrera, hasta las once de la noche, momento en el que se dio marcha atrás al plan, de auténtica locura para cambiar el futuro y el destino de la prueba más antigua del calendario español.
Volcados con la Clásica de Ordizia
"No vamos a dejar caer una carrera de más de 100 años". Esas fueron las palabras del patrocinador para justificar su rápido movimiento de apoyo a la Clásica de Ordizia, una maniobra fundamental para salvaguardar el futuro de esta prueba y, en parte, del ciclismo español.
De hecho, parece que el acuerdo de colaboración no se limitará tan sólo a este 2025 para salvar la papeleta, sino que se extenderá a lo largo del tiempo y podrá dotar de estabilidad a la carrera.
Con el susto todavía en el cuerpo, la Clásica de Ordizia contempló que tiene el apoyo y el reconocimiento del público. Al margen de la maniobra del patrocinador, los mensajes de los aficionados en las redes sociales dejaron claro que la noticia hubiera supuesto un gran palo.
Y no sólo eso, sino que otras organizaciones también se interesaron por la situación de esta prueba. De hecho, se espera que Javier Guillén, el director de La Vuelta a España, charle personalmente con la organización de la Clásica de Ordizia para ofrecer su apoyo.
Una prueba centenaria
La Clásica de Ordizia es una de las carreras más antiguas del mundo, una prueba centenaria con una carga emotiva especial: "Desde 1938 hemos celebrado la prueba todos los años salvo en 1936 y en 1937 por la Guerra Civil. En eso, en celebrarla de manera ininterrumpida desde ese año, somos los más antiguos del mundo porque en 2020 hubo carreras que no se celebraron. Nosotros sí lo hicimos", cuenta Ketxus Sanz.
Todo arrancó en 1922, y desde entonces, a lo largo de más de un siglo son hombres importantes los que han dejado su impronta en el palmarés de la prueba. Marino Lejarreta, Frank Vandenbroucke, Laurent Jalabert, Abraham Olano, Alejandro Valverde, Marc Hirschi o Jan Christen, el último, han sido capaces de alzar los brazos en Ordizia a lo largo de la historia.
Para este año, la Clásica de Ordizia contará con cinco equipos WorldTeam, ocho ProTeam y siete continentales. Entre los más prestigiosos estarán Movistar Team, UAE Team, Cofidis, Education First, Astana, Caja Rural, Burgos Burpellet BH, Euskaltel Euskadi, Kern Pharma, TotalEnergies, Q36.5 o Polti.
Habrá, por lo tanto, fiesta del ciclismo en Ordizia el próximo 25 de julio. Todo un éxito para el CD Txapel Gorri que ha vivido unas horas de auténtica locura.