Espectacular victoria de Tadej Pogacar en la icónica prueba de la Strade Bianche, la carrera del sterrato, los caminos de tierra que se combinan con las zonas de asfalto por la Toscana italiana. El corredor del UAE atacó a 50 kilómetros de meta y ninguno de sus rivales pudo seguir su rueda. 

Solo el español Carlos Rodríguez, de INEOS Grenadiers, intentó aguantar el órdago del esloveno, pero terminó cediendo ante el poderío del doble ganador del Tour de Francia. Pogacar hizo su cabalgada en solitario y terminó llegando con un minuto de ventaja sobre el segundo clasificado, un espectacular Alejandro Valverde que le ganó la partida en la rampa final de Siena a Kasper Asgreen, ciclista del Quick Step

Imperial espectáculo de ciclismo el vivido una vez más en una de las pruebas más bonitas y esperadas del curso. La Strade Bianche supone año tras año el inicio de las Clásicas de primer nivel y en 2022 no ha sido menos. Antes de esta carrera solo se habían disputado la Omloop Het Nieuwsblad y la Kuurne-Bruselas-Kuurne como pruebas de reconocido prestigio para los especialistas en las pruebas de un día. 

Y en esa guerra, la Strade Bianche juega un papel totalmente diferencial. Es una carrera que tiene una lectura y un modo de correr propio, donde importa la resistencia a las condiciones climatológicas y al terreno, y donde los escaladores, por la dureza de sus empinadas cuestas, pueden jugar un papel fundamental como también sucede en el último Monumento de la temporada, Il Lombardia. Además, gana un protagonismo total aquellos corredores que saben desenvolverse sobre la arena igual que sobre el asfalto. Y ahí un sobresaliente Pogacar no ha tenido rival. 

La prueba partía con la mala noticia de tener bajas muy significativas. Corredores como Mathieu Van der Poel, Wout Van Aert o Egan Bernal que venían de brillar en años anteriores y que no han podido tomar la salida por diferentes motivos. Tampoco el que estaba llamado a ser uno de los grandes favoritos, el corredor de INEOS Tom Pidcock

Por ello, todo estaba destinado a ser un mano a mano entre Pogacar y Julian Alaphilippe, pero el francés no presentó batalla. El fuerte viento que hizo durante buena parte de la prueba dictó sentencia. Las rachas superiores a 40 kilómetros por hora hicieron daño y provocaron varias caídas de importancia. En una de ellas se fue al suelo el corredor del Quick Step, que dio una voltereta espectacular con su bicicleta al chocar con ciclista del Alpecin-Fenix. Nada más irse al suelo, el galo cayó fuera del tramo de sterrato y se lanzó con un salto espectacular para evitar que la montonera que venía por detrás le arrollara. 

El momento de la verdad

Alaphilippe quedó tocado y a más de dos minutos de la cabeza cuando restaban unos 100 kilómetros para la meta de Siena. Aunque consiguió conectar con los hombres de arriba, el esfuerzo y su bajo nivel de forma le pasaron factura en el momento de la verdad y no pudo estar en la batalla. Tampoco la apuesta de Jumbo-Visma, Tiesj Benoot, que se tuvo que retirar tras esa espectacular caída provocada por el aire. 

Una vez superado el accidente y con el grupo compacto por delante, la carrera duró hasta que quiso Pogacar. El esloveno aguantó con los hombres de cabeza, donde también iban los españoles Carlos Rodríguez, Alejandro Valverde y Pello Bilbao, hasta que lanzó su estacazo definitivo. A falta de 50 kilómetros para meta, en uno de los tramos duros del sterrato, se marchó en solitario con un demarraje de los que hacen época. Tenía todas las miradas sobre él, pero le dio exactamente igual. Destrozó a todos. 

Carlos Rodríguez intentó salir en su persecución y le mantuvo la pelea durante bastante kilómetros, pero terminó sucumbiendo. La distancia fue creciendo hasta llegar al minuto y ahí Pogacar empezó a gestionarse para cubrir la recta final de la prueba. El poderío del esloveno le quitó toda la emoción al duro final en las rampas previas a la plaza principal de Siena. Allí entró en solitario y gustándose, permitiéndose incluso saludar al público. Por detrás, un meritorio Alejandro Valverde, que se había escapado junto a Kasper Asgreen, consiguió llegar segundo a meta, el mejor resultado de su carrera en la prueba italiana.

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