A los 29 años, Carlos Martínez es capitán de la selección española de baloncesto 3x3 y campeón del mundo. Pero hay algo que ocupa más horas de su semana que los partidos internacionales: gestionar siete empresas que, en conjunto, generan ingresos mensuales de 50.000 euros.
Así era presentado en mayo para una entrevista en el podcast Dosis de Resiliencia. Es una cifra, una realidad operativa que ha construido mientras viaja entre Suiza y campeonatos alrededor del mundo.
El portafolio empresarial de Martínez abarca sectores diversos: Wellbeinn (tecnología de recuperación deportiva portátil), Ecoballution (redes de baloncesto elaboradas con residuos marinos reciclados), Neofit (gimnasios), Xtenos (distribución de materiales deportivos) y tres empresas más en fases menos visibles de crecimiento.
Todas comparten un patrón: vinculan rentabilidad con propósito social. Para Carlos Martínez, esto no es maquillaje corporativo, sino la fuente de su energía operativa.
Cuando explica cómo gestiona esta complejidad empresarial sin abandonar su carrera deportiva, la respuesta revela una disciplina casi ascética. Dedica entre dos y siete horas diarias a leer y estudiar materiales de inversión y negocios. "Esa es la gasolina que hace que el interés compuesto vaya más rápido", afirma.
Carlos Martínez, durante una charla en la sede del COE
No se trata de consumo pasivo de contenido. Carlos Martínez analiza memorias anuales de empresas, estudia modelos de negocios, sigue informes de mercado. Es el entrenamiento mental que considera tan crítico como cualquier sesión con su equipo de baloncesto.
Su trayectoria deportiva no fue lineal. Jugó en categorías inferiores durante años, se marchó a los 14 para formar parte de una euroliga durante siete años, después cuatro en una liga secundaria española. A los 24 años, un entrenador lo dejó fuera del equipo. Podría haber sido un punto de quiebre. En su lugar, fue un pivote.
Eligió el 3x3, una disciplina que en España apenas era considerada más allá de un 'deporte de verano' y que apenas generaba ingresos profesionales. El riesgo asimétrico era evidente: el mundo lo estaba descubriendo. España, no.
Lecciones empresariales
Durante la entrevista, cuando le preguntan sobre decisiones empresariales concretas, Martínez articula una lección que viene de errores reales: "Hay tres patas que son claves: la inversión, la empresa y la venta. Yo pensaba que con un buen producto ya estaba. No. Si accionas con aprendizaje, aceleras mucho".
Ecoballution ejemplifica esto. Su equipo recoge entre 6 y 8 toneladas anuales de redes de pesca abandonadas del fondo marino, trabajando con redeiras en Galicia. Las restauran y las convierten en productos comerciables.
Pero un producto excelente sin distribución es un fracaso. Martínez ha invertido tiempo en cerrar contratos que, según comenta, ahora llegan casi con más facilidad que ganar partidos decisivos.
Sobre Bitcoin, su posición es radical pero fundamentada. Lo considera "propiedad absoluta" porque las claves privadas resultan matemáticamente indescifrables. Sin embargo, es pragmático con inversores principiantes: los fondos indexados son su recomendación para quienes no tienen expertise.
Lo que distingue a Martínez de otros deportistas empresarios es su insistencia en el proceso invisible. "La gente ahora ve: viaja, vive en Suiza, es capitán de España, tiene empresas. ¿Y qué? Nadie ve el proceso".
Ese proceso fue aprender a leer antes de dormir, elegir un riesgo que otros ignoraban, y construir sistemas en lugar de hábitos.
