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España afronta el tramo decisivo del Eurobasket con un balance de 2-1 que la mantiene viva en todas las opciones. Los dos próximos encuentros ante Italia y Grecia definirán un destino que oscila dramáticamente entre el liderazgo y la eliminación.

La ecuación más favorable para los de Scariolo pasa por lograr dos victorias consecutivas que les otorgarían el liderato indiscutible del grupo. Incluso si Grecia igualara el balance final, España se beneficiaría del triunfo en el enfrentamiento directo para coronarse como primera.

Este escenario ideal no solo garantizaría la clasificación, sino que proporcionaría el mejor emparejamiento posible en octavos de final. La confianza del equipo se vería reforzada tras superar las dos pruebas más exigentes del grupo en el momento más crítico.

Una victoria exclusivamente ante Italia desataría el caos clasificatorio con un probable triple empate que incluiría a Georgia. El -14 encajado en el debut se convertiría en una losa pesada frente al +16 de los italianos y el -2 de los georgianos.

Para escapar del cuarto puesto en este escenario, España necesitaría una victoria convincente por más de 13 puntos que la catapultaría hasta el tercer lugar. Si la diferencia superase los 16 puntos, incluso alcanzaría la segunda posición, demostrando que cada canasta cuenta en este torneo implacable.

La opción de caer

El fantasma de la derrota inaugural ante Georgia por 14 puntos persigue cada cálculo español. Este lastre condiciona todos los escenarios de empate múltiple, convirtiendo cada punto anotado o encajado en una inversión para el futuro.

Si España solo venciese a Grecia tras caer ante Italia, su destino quedaría en manos ajenas. Una victoria de Bosnia ante Georgia favorecería las opciones españolas, mientras que el triunfo georgiano aprovecharía aquel +14 inicial para superar a España en la tabla.

El peor escenario contempla dos derrotas que dejarían a España con 2-3, abriendo incluso la puerta a una eliminación que parecía impensable hace una semana. Para que esto ocurra, Bosnia debería completar un milagro venciendo tanto a Grecia como a Georgia.

No obstante, incluso en un triple empate a 2-3 con Georgia y Bosnia, España conservaría opciones gracias al +21 conseguido ante los balcánicos. Este colchón podría ser la diferencia entre la eliminación y la supervivencia en el torneo.

Juancho Hernangómez, muy acertado desde el triple en el duelo ante Chipre. Reuters

La derrota de Francia ante Israel ha revolucionado el grupo D, creando un panorama impredecible para los octavos. Polonia lidera como anfitriona, seguida por una Israel sorprendente, Francia herida y una Eslovenia de Doncic que no termina de carburar.

Esta configuración inesperada significa que España podría enfrentarse a rivales complicados independientemente de su posición final. Cada emparejamiento presenta desafíos únicos que requieren preparación específica.