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La noticia que dejó en shock al mundo del baloncesto esta semana tuvo como protagonista a Victor Wembanyama. El pívot francés, estrella de los San Antonio Spurs, se ha visto obligado a abandonar la presente temporada por un coágulo sanguíneo en su hombro derecho.

La lesión fue detectada tras su retorno del All-Star celebrado el pasado fin de semana en San Francisco (California), generando alarma en la comunidad deportiva. La franquicia texana confirmó la existencia de una trombosis venosa severa, situación que pone en entredicho tanto el rendimiento deportivo como la salud personal del jugador.

Wembanyama, quien fue seleccionado como número 1 en el draft de 2023 y cotizado para ser el rookie del año en 2024, había demostrado un rendimiento excepcional, promediando 24,3 puntos, 11 rebotes, 3,7 asistencias y 3,8 tapones por partido. Además, se perfilaba como favorito para obtener el premio al defensor del año al cierre de la temporada regular. La noticia de su baja ha sorprendido a críticos y aficionados, que ahora se enfrentan a la incertidumbre sobre el futuro inmediato del joven prodigio y el impacto que esta situación tendrá en la liga.

La ausencia del pívot afecta significativamente la campaña de los San Antonio Spurs, que acumulan 23 victorias y 29 derrotas, ubicándose en el duodécimo puesto de la Conferencia Oeste. La pérdida de su principal figura no solo debilita la ofensiva del equipo, sino que también disminuye las probabilidades de alcanzar los play-off.

Aun así, la directiva se muestra esperanzada ante la posibilidad de que el jugador regrese a la acción al inicio de la próxima temporada, siempre y cuando se siga un riguroso protocolo de recuperación y prevención de nuevas complicaciones.

Un precedente claro

El caso de Wembanyama guarda similitud con episodios ocurridos en la NBA. Un antecedente comparable fue el de Brandon Ingram, actual integrante de los Raptors, quien en marzo de 2019, mientras militaba en los Lakers, fue sometido a una cirugía de descompresión tras detectarse un coágulo en su hombro.

Dicho procedimiento consistió en la extirpación de parte de una costilla para liberar la vena comprimida, permitiéndole continuar su carrera sin mayores inconvenientes gracias al tratamiento con anticoagulantes. Este precedente evidencia que, pese al riesgo, existen soluciones médicas que pueden restablecer la salud de los deportistas.

Expertos en medicina deportiva han analizado con detenimiento este preocupante incidente. Según el doctor Brian Sutterer, consultado por Yahoo, "En el brazo, probablemente su anatomía y el movimiento repetitivo son la causa probable".

Victor Wembanyama, celebra una acción con los Spurs REUTERS

El especialista también advirtió sobre la gravedad del caso, revelando que el coágulo pudo haber causado consecuencias fatales: "Podría haberse trasladado al pulmón y haberlo matado. Estoy realmente impresionado de que los médicos de los Spurs lo hayan encontrado en sólo entre 24 y 48 horas".

Por otro lado, el doctor Hythem Shadid, que habló para EFE, explicó: "No se conocen muchos detalles y es importante tener cuidado antes de sacar conclusiones precipitadas. En general, una trombosis en la parte alta del brazo es muy rara. Solo un 10 % de estos percances se registran en esa zona del cuerpo. Normalmente ocurre por un trauma, una lesión de alguna forma, pero también puede ser metabólica".

Shadid, cirujano del Genesis Orthopedics & Sports Medicine de Chicago, enfatizó la urgencia de iniciar un tratamiento anticoagulante para evitar que el coágulo se desplace a órganos vitales.