La historia perfecta que se tuerce en el mejor momento. El guion que sorprende y acaba enfadando al espectador. El golpe de la realidad, muchas veces disfrazada de pesadilla, que termina por engullir lo que estaba siendo un sueño. Ricky Rubio, o mejor dicho el mejor Ricky Rubio, tuvo que parar contra su voluntad por decisión del físico en la pasada jornada de la NBA.

El base de El Masnou sufrió una lesión de rodilla en el duelo entre Cavaliers y Pelicans y, con complicaciones para abandonar el parqué, ya supo que su temporada había acabado. Horas después la confirmación médica no fue mejor: rotura del ligamento cruzado de la rodilla izquierda y un tiempo de baja que puede llegar a los nueve meses. Los 27 puntos, 13 rebotes, 9 asistencias y un triple-doble más que posible se esfumaron.

La noticia ha despertado decenas de mensajes de compañeros de profesión. Y no es para menos, pues si hay un jugador cuya estancia en la NBA ha sido manoseada e incluso ninguneada ha sido Ricky Rubio. Los ánimos, los lamentos, la incredulidad por la injusticia. Son algunos de los sentimientos comunes entre las reacciones que se han visto en relación a Ricky. 

El base tendrá que esperar para volver a las pistas. Mucho, además. Un aislamiento deportivo que llega justo en su último año de contrato NBA, con su futuro en el aire respecto al interés de las franquicias y con una transición en la selección española que se esperaba que pudiera liderar él mismo. Por ahora, al catalán solo le queda el cariño de la afición y un lema que él impulsó y que es el resumen perfecto de su vida deportiva y personal: "Never too high, never too low" (nunca demasiado arriba, nunca demasiado abajo).

El futuro en la NBA

Las opciones de Ricky Rubio son ahora muy variables. Siempre se ha dicho que la NBA es un mercado. Y Niko Mirotic, jugador del FC Barcelona y ex de la mejor liga del mundo, reconoció recientemente en una entrevista que el trato era similar al de un 'esclavo' que es solo propiedad: sabes que te van a pagar, pero no quién ni dónde trabajarás. Por ello, es algo complicado que alguien puje fuerte por un jugador de 31 años que se acaba de lesionar de tal gravedad. La otra opción sería volver a España, como ya se rumoreó en su día.

El escenario más optimista, el de mantenerse en la competición norteamericana como posible agente libre, sería el más merecido. Ricky Rubio ha jugado su mejor temporada hasta la fecha. El baloncesto que acostumbraba a lucir con la Selección, el conocido como 'estilo FIBA' que le ha llevado a ser el mejor de España en más de un torneo reciente, se estaba dejando ver en las pistas de la NBA. 

La media de Ricky Rubio hasta el momento era de 13,1 puntos, 4,1 rebotes y 6,6 asistencias para 11,1 de valoración por partido. El encuentro de su lesión le llevó hasta los 27 puntos y rozar el triple-doble y, partiendo de esos 13,1 puntos de media, se puede afirmar que nunca había anotado tanto desde que llegó a la NBA en 2011. Ricky era Ricky, el mejor Ricky, pero adaptado al baloncesto ofensivo.

El hecho de que se viera al catalán seguro en el parqué, que se barajara incluso continuar en Cleveland Cavaliers después de haber sido traspasado en las últimas temporadas pasando de franquicia en franquicia en apenas unas horas, era el mejor reflejo de que Ricky Rubio se estaba gustando. Un horizonte que ahora se ha ido al traste y que para recomponer habrá que esperar, como mínimo, siete meses.

La duda con España

Ricky Rubio, a sus 31 años, estaba llamado a ser el nuevo líder de la Selección. Eso siempre y cuando aceptara el reto y decidiera seguir dando guerra con el equipo nacional. Su continuidad, especiamente en lo que respecta a las aspiraciones del equipo, era fundamental en un año ya de por sí complicado. Porque el 2021, tras los Juegos Olímpicos de Tokio, se ha confirmado como el año del fin de una generación.

Los últimos tiempos habían dejado retiradas dolorosas como la de José Manuel Calderón, Juan Carlos Navarro o Felipe Reyes. Sin embargo, fue tras la cita olímpica cunado los hermanos Gasol, tanto Pau como Marc, confirmaron que nunca más iban a vestirse con la camiseta de España en un partido oficial. Un duro varapalo que marcaba el inicio de un cambio de generación en la Selección. 

Después de los hermanos llegó la noticia de Sergio Rodríguez, que también vio el momento oportuno de dar un paso atrás. Queda por conocer la decisión de Sergio Llull y de Rudy Fernández, este último aspirando a hacer historia con España si aguanta tres años más rindiendo a gran nivel. Pero, en cualquier caso, era Ricky Rubio el encargado de guiar a los nuevos. Tras esta lesión, verle en el Eurobasket de 2022  en septiembre se antoja muy complicado. El primer torneo de la nueva era no contará, salvo milagro, con su director.

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