No todo el mundo tiene la suerte de poder decir que ha visto en directo al considerado por muchos como mejor jugador de baloncesto de la historia. Si hablamos de España la cosa se antoja mucho más difícil, ya que Michael Jordan jugó casi toda su carrera en la NBA. Y ese 'casi' tiene que ver con el fugaz debut del mítico 23 en la ACB en el año 1990.

9.000 personas se dieron cita aquel 30 de agosto en el Palacio de Deportes de Barcelona. El atractivo era innegable. Michael Jordan pisaba el parqué de la liga española en la presentación de la competición de aquella temporada, y su actuación no defraudó a nadie.

Fue el máximo anotador en los dos bandos con 21 puntos -jugó con los dos equipos- a pesar de haber jugado menos de 20 minutos en cada uno y se lució con canastas de todas las facturas: penetraciones debajo del aro, bandejas con oposición, triples desde larga distancia, mates... Todo un espectáculo que aficionados y rivales no olvidarán. Como Jordi Villacampa, exjugador del Joventut de Badalona durante 17 años, y que guarda una fotografía con Jordan como si fuera oro en paño: "Yo no llevé la cámara como algunos,pero me regalaron una foto con él y todavía la tengo colgada en una habitación de casa".

Precisamente el público español disfruto de la mejor versión de Michael Jordan, ya que esa misma temporada anotó su récord personal de puntos en un partido de NBA, 69 ante los Cleveland Cavaliers el 28 de marzo de 1990, y tan sólo habría que esperar unos pocos meses para verle ganar su primer anillo de campeón con los Chicago Bulls en la final ante Los Angeles Lakers de Magic Johnson.

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