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A sus 63 años, Carlos Sainz sigue desafiando los límites de la edad y la lógica, compitiendo al más alto nivel en el Rally Dakar, entre otras pruebas, reinventándose y demostrando que la pasión, la disciplina y el trabajo no entienden de jubilaciones.

Carlos Sainz, Premio Los Leones de EL ESPAÑOL 2025 en la categoría de Deportes, ha sido reconocido con el galardón por su historia, la de un deportista irrepetible que ha hecho del esfuerzo una forma de vida y del automovilismo un arte.

Carlos Sainz Cenamor, nacido en Madrid el 12 de abril de 1962, representa mejor que nadie el espíritu de lucha del deporte español.

Su apodo, 'El Matador', refleja a la perfección la fiereza con la que ha encarado cada reto a lo largo de su extensa carrera deportiva.

Desde sus primeros pasos en el automovilismo, cuando debutó con un Renault 5 TS en el Rally Shalymar de 1980, Sainz mostró una combinación única de talento natural, preparación meticulosa y una mentalidad indestructible.

Carlos Sainz y Stéphane Peterhansel hablando tras una etapa del Rally Dakar 2024 Audi Sport

Su meteórico ascenso en el panorama nacional culminó en 1987 con su primer título de campeón de España de rally con Ford, revalidándolo en 1988. Pero su ambición era mayor.

En 1989 fichó por Toyota y comenzó una etapa dorada que lo convertiría en uno de los nombres más respetados del automovilismo mundial.

Tocando el cielo

El año 1990 marcó un antes y un después. Sainz se proclamó campeón del mundo de rallies, convirtiéndose en el primer piloto español en lograrlo y, además, en el primer no nórdico en ganar el mítico Rally de los 1.000 Lagos en Finlandia.

Esta hazaña que rompó cuatro décadas de hegemonía escandinava y es una de las muchas gestas de su carrera. Dos años más tarde, repetiría título con Toyota, consolidando su estatus de bicampeón mundial y abriendo el camino para futuras generaciones.

Entre 1987 y 2004, Sainz compitió en 196 pruebas del Mundial de Rallies (WRC), logrando 26 victorias, 97 podios y 757 tramos ganados.

Carlos Sainz da a España el décimo Dakar: los tres únicos capaces de ser campeones

Fue subcampeón en cuatro ocasiones y tercero en cinco, demostrando una regularidad y longevidad únicas en la historia del campeonato. Su fiabilidad y capacidad técnica fueron tan admiradas como su velocidad.

Era un piloto que sabía leer los caminos como pocos, ajustar el coche a la perfección y empujar siempre hasta el límite.

Una mentalidad implacable

El sobrenombre de 'El Matador' nació casi como una broma interna entre sus compañeros finlandeses del equipo Toyota, que solo conocían unas pocas palabras en español.

Sin embargo, el apodo encajó con su carácter competitivo. Sainz era metódico, analítico, obsesionado con la mejora constante.

Sus ingenieros lo recuerdan como un piloto capaz de detectar una desviación mínima en la suspensión o una presión de neumáticos incorrecta tras apenas unos metros.

Esa obsesión por el detalle lo convirtió en un referente dentro y fuera del coche y un ejemplo para todos los que venían por detrás.

'El Matador' no solo corría para ganar; corría para entender, evolucionar y ser mejor cada día. De ahí que muchos le consideren no solo un gran campeón, sino un auténtico ingeniero del volante.

La dupla inmortal

Si hay una imagen inseparable de Carlos Sainz, es la de su copiloto Luis Moya, con quien compartió 15 años de carreras, victorias y emociones.

Juntos formaron una de las parejas más icónicas del automovilismo mundial. Moya, con su serenidad y precisión, y Sainz, con su intensidad y control, marcaron una era.

El momento más recordado llegó en el Rally de Gran Bretaña de 1998, cuando a pocos metros del final y con el título mundial en juego, el motor de su Toyota se detuvo.

Moya, desesperado, gritó aquella frase que ya es parte de la cultura popular: "¡Trata de arrancarlo, Carlos, por Dios!". Ese instante resume lo que era su carrera: entrega total, pasión y tragedia épica.

De los tramos al desierto

Cuando en 2004 anunció su retirada del Mundial de Rallies, muchos pensaron que el madrileño cerraba un capítulo glorioso. Pero Carlos Sainz no sabe vivir sin competir.

Dos años después, reapareció en el Rally Dakar, dispuesto a medirse a la prueba más dura del planeta. Lo que siguió fue una segunda juventud deportiva que desafió cualquier pronóstico.

Ha ganado cuatro Rally Dakar (2010, 2018, 2020 y 2024), con cuatro marcas distintas: Volkswagen, Peugeot, Mini y Audi. Ningún otro piloto ha logrado algo así.

Su última victoria, en 2024, a los 61 años, con un coche híbrido electrificado, es una muestra de su vigencia y de su espíritu pionero. Nadie ha ganado el Dakar a esa edad ni con una tecnología tan avanzada.

Su copiloto en esta nueva etapa, Lucas Cruz, ha sido su inseparable compañero de éxito desde 2009.

Juntos forman una dupla técnica y humana imbatible, símbolo de que la confianza y la comunicación son tan importantes como la velocidad.

Icono del deporte español

El palmarés de Carlos Sainz es colosal, pero su influencia va más allá de los títulos.

Ha sido 2 veces campeón del mundo, 4 veces ganador del Dakar, Premio Princesa de Asturias de los Deportes (2020) y elegido mejor piloto de la historia del Mundial de Rallies en una votación internacional.

Además, ha recibido la Gran Cruz de la Real Orden del Mérito Deportivo, la Orden Olímpica y la Medalla de la Juventud y el Deporte de Francia, entre otros reconocimientos.

El piloto Carlos Sainz Sr durante una entrevista con EL ESPAÑOL. Rodrigo Mínguez EL ESPAÑOL

En 2019, fue incluido en el Salón de la Fama del Rally Mundial y, en 2020, volvió a situar el nombre de España en lo más alto del automovilismo.

Pero más allá de los trofeos, Sainz representa una forma de entender el deporte basada en la profesionalidad, la humildad y la perseverancia.

Un referente

Su legado familiar es uno de los más notables del deporte español. Su hijo, Carlos Sainz Jr., es hoy uno de los pilotos más talentosos de la Fórmula 1, defendiendo con el mismo orgullo y temple que su padre.

Ambos comparten una relación de admiración mutua: el padre se emociona al ver al hijo triunfar en la categoría reina, y el hijo reconoce en su progenitor al modelo de disciplina y mentalidad que guía su carrera.

"Mi padre me enseñó que no se trata de llegar rápido, sino de llegar siempre", ha dicho el joven Carlos en más de una ocasión.

Esa frase resume la filosofía que el patriarca ha transmitido no solo a su familia, sino a todo el deporte español.

Una carrera eterna

El Premio Los Leones de EL ESPAÑOL 2025 es un nuevo capítulo en una historia que parece no tener fin.

Un reconocimiento merecido a quien no solo ha llevado el nombre de España a lo más alto, sino que ha personificado los valores que definen al verdadero campeón: la entrega, la constancia y el respeto por el deporte.

Carlos Sainz sigue siendo un ejemplo vivo de que la pasión no envejece. Mientras otros piensan en retirarse, él continúa soñando con nuevas metas, nuevos desafíos y nuevos horizontes.

Carlos Sainz subido en su Ford Raptor en el Dakar. Reuters

Su figura, que combina experiencia, sabiduría y espíritu competitivo, inspira a miles de jóvenes deportistas que ven en él la prueba de que la excelencia no tiene edad.

A sus 63 años, Carlos Sainz no compite solo contra el cronómetro, sino contra el paso del tiempo, y lo hace con una elegancia y una determinación admirables.

Su nombre ya está grabado en oro junto a los de Rafa Nadal, Pau Gasol, Fernando Alonso o Andrés Iniesta. Pero él sigue mirando hacia adelante, con el mismo brillo en los ojos que aquel joven del Renault 5 TS que soñaba con conquistar el mundo.