Adiós. Una palabra y cinco letras. Algo difícil de asumir. Uno, por lo que sea, piensa que siempre estará ahí, que siempre podrá correr una maratón, o ganar una Champions, o ser imprescindible. Hasta que no lo es. Entonces, toca marcharse. Corresponde asumirlo. En la vida y en el fútbol. Este domingo, con dos caras (Fernando Torres y Andrés Iniesta) como las imágenes de un domingo de cierre de competición. Se termina la Liga y ellos se despiden. Abandonan el primer nivel. Dejan el Atlético y el Barcelona. Uno a las 18:30 horas, frente al Eibar; y otro a las 20:45, contra la Real Sociedad. Sin nada en juego, salvo el disfrute de verlos sobre el césped. Allí estarán ellos. Dos tipos únicos, miembros de la mejor generación de futbolistas que ha dado España, ganadores de dos Eurocopas y un Mundial.



Por orden, el primero en colgar las botas al máximo nivel –después seguirá jugando en ligas menores– será Fernando. Él comparecerá a las 18:30. Será titular frente al Eibar –así lo ha confirmado Simeone en la rueda de prensa previa– y vestirá por última vez la rojiblanca. Lo hará como quinto máximo goleador de la historia del club tras Luis Aragonés, Adrián Escudero, Francisco Campos y José Eulogio Gárate, y después de acumular 404 partidos. A partir de este domingo, Torres será leyenda. Podrá volver, pero jamás se enfundará las botas para saltar al Metropolitano. Nunca más.



El ‘Niño’ cerrará un círculo que comenzó en Segunda contra el Leganés. Allí, un chico de 17 años pecoso y rubito daba el pistoletazo a su leyenda. Después vendría su primer tanto, contra el Albacete en el Carlos Belmonte; sus muchos tantos en el Camp Nou; su viaje de ida y vuelta a Liverpool en 2007; su paso fugaz por el Milan; su regreso en enero de 2015; sus lágrimas en San Siro tras perder la Champions contra el Real Madrid; y su sonrisa al conquistar la Europa League con el equipo de su vida.

Fernando Torres celebra la Europa League. Reuters



Para la posterioridad, su último día. Este domingo, Torres escribirá la última página de su particular relato escrito en rojiblanco. Con una leyenda en su camiseta –el Atlético ha diseñado unas especiales con mensaje para decirle adiós– y una última ovación del Metropolitano. Quizás, incluso, una celebración póstuma con algún gol capitular. Una sonrisa, los brazos al aire y las lágrimas. Las más bellas, esas que son de alegría, esas que no duelen, sino que encogen el alma.



Después, cederá su protagonismo a Iniesta. El Barcelona, a las 20:45 horas, también dirá adiós a su capitán en el partido contra la Real Sociedad. El manchego, despedido reiteradas veces durante las últimas semanas, colgará las botas al máximo nivel para marcharse a jugar a Japón. Ese es su destino cuando finalice la temporada. Antes, le quedará agotar sus destellos en un Camp Nou preparado para la ocasión. Y un Mundial. Andrés todavía puede sumar un último título a su ya poblada vitrina.



En definitiva, Andrés y Torres, dos de los protagonistas de la mejor época futbolística de este país. Los últimos estertores de una generación única al que ya le faltan muchos de sus héroes al máximo nivel (Xavi, Casillas –aunque siga en el Oporto–, David Villa…). Y ahora ellos. Ídolos ejemplares. Capitanes, sustitutos o titulares. Lo que sea. Dicen adiós y se marchan, pero dejan su legado, su fútbol y sus títulos. Una historia, un relato… una leyenda.

Andrés Iniesta, en su despedida. Reuters