“Vamos a morir”, “nos dejaremos el alma”, “no hay que rendirse”… Los mensajes, a lo largo del día, se prodigaron en las redes sociales guiando el camino hacia la victoria bajo el hashtag #NosotrosCreemos. ¡Y vaya si lo hicieron! España sólo podía ganar. No le quedaba otra. Jugaba a cara o cruz; a gloria o capitulación. Y obtuvo lo que quiso. Apareció cuando tenía que hacerlo, en el partido que correspondía. Ni antes ni después. Se alzó en una segunda parte de cincel y preciosismo. Con un parcial de 7/0 que esculpió el triunfo ante los alemanes y dio el pase a las semifinales a los Hispanos -donde se enfrentarán a Francia-. Y, ahora sí, la selección acaricia el podio continental (27-31).

Los sustos, a veces, también necesitan ocurrir en determinados momentos para ser efectivos. Y, definitivamente, así fue esta vez. España cayó contra Eslovenia en el segundo partido de la ‘Main round’ y se puso en guardia. Se condenó a ganar a Alemania para estar en semifinales y, por decirlo llanamente, espabiló. Compareció contra los germanos con seriedad, determinación y acierto. Recuperó, de alguna manera, en la primera mitad, a David Balaguer (2), algo irregular en este campeonato; y tuvo en Ferrán Solé (3/3) –siempre fiable– y Julen Aguinagalde (4/4) a sus principales bazas. Y, desde la confianza y la determinación, creció hasta salir victorioso antes del descanso. Y eso que Kuhn (3/4) y Weber (4/4) hicieron de las suyas. Dio igual. Los Hispanos se fueron al vestuario por arriba. El resto importó poco (13-14).

La igualdad se presuponía y se intuía. Nadie pensaba que fuera a ser sencillo. De hecho, no lo era. Al otro lado, toca recordarlo –sobre todo, visto lo ocurrido con posterioridad–, estaba Alemania. Pero España se alzó con un parcial de 7/0 con una premisa clara: robar y correr; robar y correr; robar y correr. Y así se se colgó de lo más alto yéndose al 15-23, la mayor distancia de todo el partido. Sin estrellas, con todos sumando. Con intensidad, determinación y clarividencia. Con seriedad, garra y finura. Con todo.



Desde el primer minuto al último. España consiguió el objetivo: estar en semifinales –por séptima ocasión–. Ahora, toca soñar. “Esa es nuestra ambición”, reconocía Aitor Ariño. Pues bien, los 'Hispanos' están en disposición de que sus deseos se cumplan. Sobre todo, después de este triunfo. Máxime cuando responde el equipo entero y brillan algunos de los que tienen que hacerlo: David Balaguer, como decíamos, de vuelta (6/7 y nombrado MVP del partido); Álex Dujshevaeb (5/8) y Ferrán Solé (5/5), perfecto. Con todos, porque la victoria es del conjunto de Jordi Ribera al completo. De nuevo, luchando por todo. Que nadie se atreva a dudar de ellos, porque siempre están ahí. 

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