Bailó entre piernas con sigilo, buscó la música encarando defensas de maraña, condujo el cuero acunándolo con mimo y dejó el tempo en suspense para acelerar el ritmo cardíaco en la frontal del área, para escuchar el sonido del último pase. Fue hijo del Centenariazo, héroe de las tardes gallegas, un 'flaco' agigantado por el vals de la grada de Riazor, un pródigo vuelto a casa. Todo eso fue (es) Juan Carlos Valerón (Arguineguín, Las Palmas, 1975), adicto al gofio, drogadicto del fútbol. Leyenda, al fin y al cabo, de la Unión Deportiva, que este domingo canta pío pío antes de enfrentarse al Madrid (20:30 horas), fuera del descenso y tras encadenar tres partidos consecutivos con victoria.



¿Qué piensa uno cuando tiene 40 años y sigue con las botas puestas?



Muchas cosas. Cuando miro atrás y recuerdo todo lo vivido… Puff. Es una sensación muy bonita. Pero sigo con mucha ilusión y ganas. Es verdad que físicamente ya no tengo la misma fuerza que antes, pero por suerte -y gracias a la vida que he llevado- puedo seguir compitiendo a esta edad.



Han pasado muchos años desde que rompía las macetas de su madre…



La verdad es que sí. Ahora recuerdo aquellos días con cariño. Cuando eres crío juegas en el patio del colegio… Y luego tuve la oportunidad de fichar por el Club Deportivo Arguineguín, pero no me gusta mirar al pasado. Prefiero pensar en el presente y en el futuro inmediato. El reto de esta temporada es tan importante... 

¿Tuvo fe desde el principio en que llegaría tan alto?



Nunca pensé que podría ser profesional. Entonces, jugaba, me divertía y sólo quería pasármelo bien. Pero luego, cuando ya me incorporé a las categorías inferiores de Las Palmas, vi que podría tener la oportunidad de seguir jugando al fútbol y hacerme un hueco.



También tiene mucha fe Las Palmas esta campaña…



Sí, hemos llegado a este momento de la temporada en buenas condiciones. Antes éramos un poco irregulares, pero la semana en que fuimos a Eibar, con la victoria allí, empezamos a creer y a sacar resultados. Y sumamos tres victorias consecutivas, que está muy bien. Pero queda mucho, tenemos un reto importante contra el Madrid y esto puede dar la vuelta, así que…



Por seguir con la fe, ¿tiene más el Madrid desde que llegó Zidane?



No sé cómo calificarlo. El Madrid se ha visto en una situación difícil, con un cambio de entrenador a mitad de temporada. Y ahora, con Zidane, y con la experiencia que tiene, están cambiando cosas. Pero él necesita tiempo para que se pueda ver su idea de juego. No se puede llegar a un equipo y que en dos-tres semanas todos hagan lo que tú tienes en la cabeza. Pero la dinámica es positiva y van a más.

Juan Carlos Valerón, en el partido contra el Barcelona. EFE



Usted, Zidane, Iniesta… Todos han bebido de las mismas virtudes futbolísticas. ¿Se puede enseñar el talento?



En primer lugar, se me hace difícil que se me compare con ellos. No sólo por su nivel futbolístico, sino también por la dificultad que conlleva estar en un equipo grande, donde se tienen que ganar títulos todos los años. Y, por otro lado, en cuanto al talento, yo creo que hay una parte innata. Y a partir de ahí todo se puede mejorar.



Aunque no se compare con ellos, a usted le han llamado mago, genio… ¿Se sigue sonrojando?



Sí, me sigo poniendo colorado. A mí me gusta pasar desapercibido y así me siento bien. Pero escuchar esas muestras de cariño y esas palabras, evidentemente, me hacen sentirme feliz.



Hablando del fútbol actual. ¿Falta magia y sobra músculo?



No tengo esa sensación. Para mí el juego ha evolucionado desde que yo empecé. Bajo mi punto de vista, el fútbol siempre ha sido el mismo y luego pasamos por diferentes etapas y tendencias, donde los jugadores van marcando tendencias y modifican el estilo de juego. Por ejemplo, en España hubo un cambio generacional: se apostó en un momento por el físico y ahora se busca más un perfil creativo.

¿Y qué tipo de fútbol le enamora?



Yo pienso que todos son válidos. No hay receta secreta o mágica. A cada uno le gusta una forma de jugar, pero la gente tiene que disfrutar de él, y para eso tienen que ver un fútbol combinativo. A partir de ahí, hay que respetar los gustos.



¿Y qué jugadores del Real Madrid le enamoran?



[Risas]. Si empiezo a hablar… puff. Todos son muy buenos futbolistas. Empezando por Cristiano Ronaldo, que ha marcado una época y la sigue marcando junto a otros jugadores. Pero todos, a pesar de las dudas que genera el entorno a nivel institucional, hacen del Madrid un equipo con mucho poderío y muy peligroso.



Pero quizá se parecen más a usted jugadores como Isco o James…



A mí me encanta cómo juegan ellos. Pero hay que reconocer los méritos de un gran jugador como es Ronaldo. Al final, la clave es que unos se beneficien de otros. Isco y James son más creativos, pero si Cristiano no finaliza la jugada… Todos se necesitan. Cristiano sigue marcando una época y hay que reconocérselo.

Cuando se junta tanto talento, como en el Madrid, ¿es más complicado gestionar el ego de los jugadores?



Cuando hay talento y cuando no lo hay. Al final, eso ocurre en el fútbol y en cualquier grupo de trabajo que cuenta con diferentes individuos y personalidades. Todo eso tiene que juntarse para lograr un objetivo común. Eso es importante.

Valerón celebra el ascenso a Primera. EFE



Decía Guardiola que el fútbol tiene que ser con pelota, que los niños se aficionan a él porque les gusta jugar con ella. ¿Concibe usted este deporte sin balón?



Yo creo que al fútbol se juega con balón y sin él. Tiene muchas facetas y hay que saber manejar la gran mayoría. Pero como eso es imposible, cualquier equipo necesita darle prioridad a unas cosas sobre otras. A mí, como a Pep, me gusta el juego con balón. Pero también digo: hay momentos en que no tienes la pelota y debes intentar que eso no te penalice.



¿Se priman más ahora los resultados sobre el estilo?



[Risas]. Eso siempre ha sido así. Pero es verdad que ahora todos los equipos buscan un modelo e intentan llevarlo a cabo. Eso en mi época no pasaba.



Ahora que usted es el más mayor, ¿cómo ve a los que vienen por detrás?



Con una fuerza tremenda y unas condiciones en su entorno mejores que las que yo viví. Ahora los niños están más orientados que en mi época. El fútbol ha evolucionado para que desde la base los chavales evolucionen personalmente y también como futbolistas. Yo creo que eso enriquece este deporte.



¿Y a quién les dice que se deben parecer?



[Risas]. Cada uno debe parecerse a sí mismo. Pero cuando eres pequeño te fijas en determinados futbolistas, eso es inevitable. Yo siempre le he dado importancia a la imagen y a la manera de comportarse. Pero cada uno que elija lo que le parezca bien.



Por cierto, ¿piensa ya en la retirada?



[Risas]. Llevo años haciéndolo. Pero me gustaría que mi adiós fuera algo natural. Dicho esto, ahora tengo la intención de ayudar al equipo de mi tierra, estar aquí con los chicos e intentar que el club se consolide en Primera. Y, de momento, desde el club creen que puedo ser importante en esta faceta, como jugador. Pero cuando no sea así, pues pasaremos página. No le pongo fecha. Estamos luchando por algo muy importante y estoy centrado en ello.



Una vez llegado el momento, ¿cómo quiere que le recuerden?



No tengo ningún afán para que me recuerden de ninguna manera, cada uno que lo haga como quiera [risas].



Y por último, ¿qué le diría al fútbol después de tantos años?



Yo le daría las gracias a Dios por haberlo inventado, por haber creado tantas cosas tan maravillosas que hay en este mundo. Entre ellas, como digo, el fútbol.