Vittorio Grigolo, estrella italiana del mundo de la escena que en una ocasión se definió a sí mismo como "adicto al sexo", ha sido suspendido por la Royal Opera House de Londres tras ser acusado de acosar a una cantante sobre el escenario. El tenor, de 42 años y que de joven recibió el sobrenombre de Il Paravarotino al actuar al lado de Luciano Pavaroti, interpretaba el papel principal en Fausto en la función que se está desarrollando en Yokohama, Japón.

"Como consecuencia de un incidente registrado sobre el escenario el 18 de septiembre protagonizado por Vittorio Grigolo, la Royal Opera House ha abierto una investigación inmediata y el Sr. Grigolo ha sido suspendido", aseguró un portavoz de la institución. Según esta versión de los hechos, el tenor italiano tocó de forma inapropiada a una integrante del coro en el mismo escenario ignorando las airadas protestas de sus compañeros. En la siguiente función de Fausto, Grigolo fue reemplazado por el ruso Georgy Vasiliev.

Un testigo de los hechos ha relatado al periódico británico The Sun que "los miembros del coro le pidieron que parase y Grigolo entonces se enzarzó en una acalorada discusión con ellos. Estaban horrorizados por lo que sucedió, a la vista de todo el público". La sede de la Royal Opera House en Japón ha explicado que el cambio de tenor se debió a causa de que el italiano había sido asaltado por una "enfermedad repentina".

A los 23 años, Vittorio Grigolo se convirtió en el tenor más joven en cantar en La Scala de Milán y desde entonces se ha convertido en un fijo de la Royal Opera House, la Metropolitan Opera de Nueva York y otras grandes instituciones operísiticas del mundo. Además de sus apariciones sobre las tablas, ha grabado algún tema con Brian May, guitarrista de Queen, le gusta vestir chaquetas de motero y fue el sujeto de un cortometraje del fotógrafo de moda Bruce Weber titulado The Bad Boy of Opera (El chico malo de la ópera).

En 2015, tras separarse de su mujer, Grigolo confesó a la revista Vanity Fair que es "una persona difícil de aguantar": "Creo en la fidelidad, pero es más fácil decirlo que hacerlo. Me gustan las mujeres. Ayer salí con un amigo y me preguntó cómo es posible no enamorarse de una mujer; y yo le respondí: 'Enamorándote de otra'".

Calificándose medio en broma medio en serio como "adicto al sexo", añadió: "Siempre me guío por amor, incluso cuando solo dura una noche". Sobre sus gustos sexuales reconoció que tiene "la mente muy abierta": "¿Por qué no usar esposas, máscaras o un látigo si es placentero? No es lo mío, pero si hubiera un intercambio matrimonial en una fiesta no me sorprendería, lo haría".

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