Apenas ha pasado una semana desde que el Festival de Cine Español abandonara el Teatro Cervantes. El mundo del arte volvía a darse cita en el templo consagrado en honor a las Bellas Artes que celebra sus 150 años.

Decir que una gala de arte es reivindicativa es una de esas cosas que debe tener una crónica estándar, así que eso que hemos adelantado. No falló, menos ahora, cuando ir al teatro es un lujo con baja ocupación no está de más reivindicar.

Así lo ha hecho Tian Gombau, galardonado con el Max a la mejor producción familiar: “Pedimos a las autoridades sanitarias que nos dejen llenar los teatros de la misma forma que el avión que nos ha traído a Málaga: aforo completo”.

El discurso a pachas de Antonio Onetti, presidente de la SGAE, y de Juan José Solana, presidente de la Fundación SGAE, fue de agradecer por su brevedad y por entroncar con el leitmotiv de la gala: el arte de escuchar. Las alusiones al ministro Uribes, ora directas, ora veladas, fueron en la misma dirección que las de Gombau.

El actor Antonio Banderas ha recibido en su tierra la Medalla de Oro de la SGAE. El malagueño, que abrió las puertas de su propio espacio escénico en octubre de 2019, se confesó actor gracias al teatro: “El teatro es el proyecto de mi vida. Soy actor por el teatro, no por el cine”.

Banderas también concurría a los Max con su producción A chorus line que optaba al mejor espectáculo musical que, finalmente, ha servido para reconocer a la zarzuela Doña Francisquita.

El coreógrafo y bailarín Nacho Duato ha recibido el Premio Max de Honor con un teatro puesto en pie, entregado a la trayectoria de un artista de talla internacional. Duato ya recibió dos Max en 1999 y 2000 como mejor intérprete de danza y mejor coreografía.

Duato se ha emocionado al hablar de Irena Milovan, fallecida hace dos meses: “A ella le debo ser un artista con dignidad, aunque traten de pisoteárnosla”. El conductor de la gala, el payaso Chochotte, despidió al valenciano con una biznaga.

Por las tablas del Cervantes pasaron otros actores malagueños que se encargaron de desvelar a los premiados. María Barranco, Belén Cuesta, Silvia Espigado, Mariola Fuentes, Juan Manuel Lara, Jaime Ordóñez, Fran Perea y Pablo Puyol.

Los premios

Andrés Lima, Premio Nacional de Teatro en 2019, partía como favorito con su espectáculo Shock. Partía con cuatro nominaciones y nada más comenzar la gala, uno de los primeros Max ha ido a parar a Beatriz San Juan, por el mejor diseño de espacio escénico por este montaje.

El propio Lima recogió el premio al mejor diseño de escena. El director dedicó este Max a la memoria de Salvador Allende.

Ernesto Alterio, actor principal de Shock, se quedó sin el Max a mejor actor protagonista, que ha ido a parar a las manos de Lluis Homar, Premi Nacional de Teatre de Catalunya en 2006 y Goya por EVA en 2011. 

El galardón a la mejor autoría teatral recayó en Jauría, una producción de Kamikaze, Milonga, Zoa y Hause & Richman. Esta misma producción recibió también el Max a la mejor adaptación o versión de obra teatral, realizada por Jordi Casasnovas.

El premio Max a mejor actriz protagonista ha recaído sobre Verónica Forqué, una de las actrices más relevantes del panorama nacional, completando así una vitrina en la que hay premios Goya o premios del Festival de Cine de Málaga.

Rodolf Sirera recogió el premio a la mejor autoría teatral, por Dinamarca y aprovechó para recordar a su hermano Josep Lluis, fallecido en 2015, cuya firma también aparece en la obra.

La Els dies mentits, de Marta Arán, fue premiada como la mejor autoría revelación. En total se han entregado 22 manzanas de plata. Play se ha llevado tres Max: al mejor diseño de vestuario, para Elisa Sanz; al mejor diseño de iluminación, para Pedro Yagüe, y a la mejor composición musical para espectáculo escénico para Luis Miguel Cobo.

Uno de los momentos más celebrados de la gala ha sido la intervención de Ana López Segovia, de Las niñas de Cádiz, que han recogido el Max al mejor espectáculo revelación. "El acento es cultura", una consigna que ha calado en los espectadores.

En el capítulo de la danza, la cordobesa Olga Pericet, por Un cuerpo infinito, y el gaditano Marcos Flores, por Origen, han recibido el Max al mejor intérprete. El premio a la mejor coreografía ha ido a parar a Sara Cano, por Vengo! El mejor espectáculo de danza ha sido Gran Bolero, de Jesús Rubio

El Premio Max aficionado o de carácter social y el Premio Max del público han sido entregados a la Escuela Municipal de Teatro Ricardo Iniesta, de Úbeda, y a Viva, de la Compañía de Manuel Liñán, respectivamente.

Por último, el premio al mejor montaje de calle ha sido para Al otro lado, de los vitorianos de Zanguango Teatro.

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