El atentado a las Torres Gemelas cambió por completo el curso de la historia reciente y la historia de las relaciones internacionales y la geopolítica. El siglo XXI había empezado con unas expectativas muy optimistas, quizá demasiadas, y Occidente vivía una paz aparente. No había Brexit; ni euroescepticismo; ni amenaza terrorista internacional. Se hablaba de lo que Francis Fukuyama llamaría "el fin de la historia", donde un mundo final basado en una democracia liberal se habría impuesto tras el fin de la Guerra Fría.

Casi 20 años después del atentado del 11-S, la realidad se asemeja mucho más al choque de civilizaciones que defendía Samuel P. Huntington. Aquel día, en el que el propio Bush se encontraba en un colegio leyendo un cuento a los alumnos, pilló por sorpresa a todo un país que jamás había sido atacado dentro de sus fronteras. Desde que el presidente de Estados Unidos mencionara la "guerra contra el terrorismo", concepto novedoso hasta el momento, los medios de comunicación analizaron las consecuencias políticas del ataque.

Tal y como explica a EL ESPAÑOL Javier Pérez Campos, periodista de Ciudad Real, "las crónicas periodísticas se interesaron por datos concretos y dejaron de lado las historias de las personas que se encontraban en el interior de las torres". De esta manera, Pérez Campos ha publicado Los Guardianes (Planeta) donde, entre otras historias, profundiza en los supervivientes de las Torres Gemelas.

Scott J. O´Brien había vivido en Brooklyn durante 13 años. El 11 de septiembre de 2001 le tocó acudir a una conferencia a una de las dos torres más altas de la ciudad neoyorquina. Cuando su mujer regresó a casa a mediodía vio que su marido había dejado un mensaje en el buzón de voz: "Te quiero. Ha habido un accidente. Estamos esperando ayuda. Te quiero y estaré allí pronto". Scott fue uno de los 3.000 fallecidos del 11-S. También hubo espacio para los milagros. William Rodríguez, conserje en la Torre Norte, siempre llegaba puntual a las ocho de la mañana a su puesto de trabajo. No obstante, aquel día, "sin saber muy bien por qué", se retrasó. Dicho retraso le salvó la vida.

Las misteriosas voces

Uno de los nombres que más llamó la atención fue el de Ron DiFrancesco. El canadiense era un broker que trabajaba en la planta 84 de la Torre Sur. El escritor quiso conocer de primera mano la insólita historia del último hombre que salió vivo de las Torres Gemelas. Según narra, DiFrancesco y sus compañeros de trabajo procedieron a bajar del rascacielos justo después del impacto del primer avión en la torre contigua. Entonces llegó el segundo impacto; esta vez en su edificio.

Algunos pretendían subir a la azotea para esperar ayuda aérea mientras que los más valientes se atrevieron a bajar las interminables escaleras hasta la puerta principal. El broker confiesa que "fue guiado por una presencia que le indicó la ruta exacta por la que podría escapar". Aquella voz, calmada y serena, le orientaba entre la humareda y las llamas: "Atraviesa la columna de fuego" / "Sube otro piso" / "No mires abajo". DiFrancesco jamás hubiera realizado el recorrido de no haber sido por aquella voz. Como si de un ángel de la guarda se tratara, descendió hasta el piso 70, donde los obstáculos a evitar y el peligro eran menores, y dejó de escuchar a aquel misterioso amigo. Consiguió llegar hasta la recepción justo antes de perder el conocimiento —fue el equipo de bomberos quien le rescató de la Torre Sur—. 

Su extraña historia se hizo viral en aquella época cuando distintos medios contactaron con el canadiense para que contara lo ocurrido. Él siempre ha negado que la voz viniera de otro superviviente y hace hincapié en el tono pausado de las palabras que escuchaba. No es la primera vez que este tipo de sucesos tienen lugar. Javier Pérez Campos ha tratado con distintos neurólogos que lo conocen como "la voz de la vida" y que aparece en los momentos más peligrosos en la vida del individuo. El propio Pérez Campos ha conseguido convencer a Ron DiFrancesco, quien no suele conceder entrevistas, a participar en el programa español de Cuarto Milenio el próximo 22 de septiembre.

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