En clave femenina. Así se presentó este martes El Hormiguero en su segunda entrega de la semana. La razón, las entrevistas con la tenista Garbiñe Muguruza (26 años) y la actriz Elena Furiase (32), quienes contaron cómo han vivido estos últimos meses tan peculiares.

Ni discursos políticos, ni reflexiones sobre experimentos científicos. Esta vez Pablo Motos (54) supo tocar la fibra de la audiencia con un emotivo discurso: “Como sabéis, hoy ha muerto Pau Donés. Estuve hablando con él el pasado jueves. Nos conocimos una vez que vino al programa, iniciamos una relación porque era una persona adorable y sobre todo era muy conmovedor hablar con él porque la enfermedad le afectaba al cuerpo pero no al alma. A principios de enero me dijo “Pablo, lo mío se ha puesto feo. Me gustaría hacer una entrevista antes de irme y querría que fueras tú quien la hiciera”. Quedé con él tras ver su último videoclip, donde se le veía muy delgado. Después de los saludos, me dijo que estaba en la fase final, que lo de la entrevista era para transmitir que hay que tener energía, pero que ya no la tenía. Me agradeció que no hiciéramos la entrevista y me dijo que se iba a sentar en el sofá de su casa porque tenía unas vistas “de puta madre”. Me dijo que la vida es un regalo. Este programa va por ti, Pau”.

Un parón desaprovechado

Ese punto de emotividad contrastó con el inicio de la tertulia con los colaboradores Cristina Pardo (42), Santiago Segura (54) y Marron (40), que se inició con la situación del rey emérito, investigado por cobrar presuntamente unas comisiones por la construcción del AVE a La Meca.

Tras una serie de conversaciones informales, en las que Santiago Segura recordó a un profesor de Vídeo que le dijo que “no llegaría a nada”, apareció en pantalla Garbiñe Muguruza. La tenista de origen caraqueño, que comenzó la entrevista con algunos problemas técnicos, arrancó hablando de un vídeo colgado en Tik Tok de una coreografía: “Siempre estoy bailando, aunque casi nunca lo comparto. Forma parte de mí”.

La campeona de Roland Garros y Wimbledon ha pasado el confinamiento en Suiza: “Aquí no ha habido confinamiento total, hemos tenido suerte, hemos podido salir. La gente se toma las normas a rajatabla”, destacó. A nivel personal, confesó que “irónicamente ha sido duro el confinamiento, pero para alguien como yo que siempre estoy viajando no me podía creer que estuviera en casa. He caído en la cuenta de que llevaba ocho años sin estar en el mismo sitio un mes seguido”.

Pablo Motos destacó que la tenista se ha sacado cuatro cursos durante todo este tiempo sin compromisos competitivos: “Me ha dado por darle al coco. Siendo deportista he aprovechado en saber los nutrientes de la comida que tomo, que era algo que ya me interesaba antes, aunque me gusta mucho comer e intento no ser tan estricta. Cuando me salgo de la dieta me encanta la bollería, es mi punto débil, los croissant, los donuts…”. Otro de los cursos tuvo que ver con la psicología: “Averigüé mucho sobre ponerme en la situación de otros. No ha sido mi fuerte. Ahora cuando derrote a alguien me va a dar mucha pena”, bromeó.  

De vuelta al trabajo

Unos minutos después le llegó el turno a Elena Furiase. La madrileña comenzó presumiendo de maternidad en relación a su hijo pequeño: “El día 12 cumple 20 meses, aunque parece que tiene 12 años de lo grande que está. Mi madre por fin ha podido verle y ya se le ha quitado el mono”. Preguntada por Pablo Motos, la actriz corroboró que “mi hijo ha desarrollado una mamitis que no es normal. También se agradece porque cuando el niño te quiere parece que te pones una medalla”. Eso sí, esa parte de estar tanto tiempo con él también tiene consecuencias: “Pesa 12 kilos, pero la sensación es de unos 30 o 50”, bromeó.

En relación a su vida profesional, Furiase ya trabaja en un nuevo proyecto, totalmente adaptado a los tiempos que corren: “Hemos iniciado un rodaje y soy una de las grandes hipocondríacas de este virus. Nada más llegar una chica nos tomaba la temperatura, luego nos limpiaban la suela de los zapatos, nos daban guantes y mascarilla y la comida envasada e individualizada. Era raro pero me daba mucha seguridad currar así”, explicó.

Sobre la trama de la película explicó que “es un poco de miedo. Son diferentes relatos que están dirigidos por directores noveles. En el que salgo yo lo ha dirigido Manu Velasco. Va de una novia que se va a casar, se encuentra con un amigo de su novio, una especie de amante y entra un giro en el que hay sangre… No puedo contar más. Hay una estética muy barroca, está en blanco y negro. Es como esas películas de ‘Beetlejuice’, que tiene ciertos momentos de comedia”.

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