Oye, pues como que uno disfruta viendo y comentando concursos nuevos. Que los que están en emisión, guay, se los disfruta y toda la vaina que acompaña al halago, pero cuando algo fresco, novedoso, aterriza en parrilla... ¡hay nervios y los huesos más insospechados tiemblan! Llamadme loco, pero cuando veo un contenido nuevo una televisión se incorpora en mi pobre sofá: mis orejas, y mis sentidos, yerguen ojo avizor. 

Eso es un halago en mi profesión, tan poco sorprendente ni propenso al homenaje. El otro día me decía una colega, entre cañas, algo así como: "Tú eres periodista porque te gusta maltratarte. Vais a acabar muy jodidos todos los que os dedicáis a esa mierda". Lo dijo, como es ella, cargada de buenas intenciones y energías. Borboteando buen rollo. Y sí, hay veces que solo se desea tirarlo todo por el váter, irse a poner helados, gritar con tiznajos en los mofletes...Sí, pero siempre, siempre, llega la reconciliación con el oficio. ¡Menuda edición cargada de pullas esta del Ven...! Os hago esperar. 

Víctor durante la emisión de 'Ven a cenar conmigo', versión 'deluxe'. Mediaset

A mí me ha llegado lo novedoso cuando se ha estrenado esa versión gourmet que unos pueden entender olvidada. Nada que ver; ahí, Carmen Borrego (53 años), Víctor Sandoval (53), Bibiana Fernández (66) y El Dioni (70). Y, a partir de aquí, solo prometo fantasía y fantasía. Cotas elevadísimas de despropósito. "Soy artista. Siempre que salgo a la calle, veo con el móvil mientras están grabándome. Y me dicen que me conocen por la calle. Les digo, 'vale, pues yo a ti no'. Supervivientes me cambió la vida. Ahora miro el teléfono lo uso solo cuando yo quiero. Por la calle llamo a cualquiera amigo para que me acompañe".

Una dura confesión de Víctor, que no se queda ahí: "No tengo aficiones, alguien te la puede quitar cuando quiera". Aquí, arranca con su noveno,  caduco e irrisorio aquelarre contra Nacho Polo, su exmarido. Parece enquistarse, enrocarse en ese episodio, una y otra vez. Más bilis, allá va: "N.P. tiene mi biblioteca". Él, Sandoval, tan empedernido lector, un día se quedó sin nada: "Mi afición ahora es cuidar a mi perro. Mi peor momento fue cuando lo conocí. No pienso cejar". 

Sandoval reconoce que lo de cocinar no es lo suyo y reivindica la comida "basura": "No he cocinado jamás en mi vida. Todo el mundo me dice que lo que como es basura, ¡es como cuando hablan de telebasura! Yo no como basura". Olé, olé y olé. Bueno, bueno, vayamos a lo mollar. Carmen Borrego está dando mucho de qué hablar. E incluso humilla cuanto quiere y le apetece a ese Víctor que, no sé, siempre me recuerda a una estructura férrea al principio, que se desmorona al segundo. Víctor no está bien, pero ni ahora ni nunca lo estuvo. Sandoval reclama, a gritos, una atención profesional. Es mi conclusión al verlo: alguien que solo tiene en su línea de discurso a su ex o al pasado, necesita ayuda. Así de claro. Es su caso.

Nada más comenzar con los entrantes, la hija de María Teresa Campos (78) se ha mostrado bastante crítica con el menú de Víctor. "¿Qué nos has puesto, todo lo que tenías para tirar?", le ha hecho ver sobre el picoteo, muy humillante todo. Mal comienzo, desde luego. "Para hacerme un poco una idea: ¿la cena también es de lata todo?", ha insistido en su maldad. En lo que respecta al alcohol y su función animadora, asegura Borrego: "Nos ponemos una transfusión tuya de sangre y ya nos volvemos todos locos". Unas declaraciones, me van a permitir, humillantes y demoledoras. No, no hay derecho a eso. 

Seguimos en el despropósito. La colaboradora de Viva la vida, no conocedora del desaliento, proseguía con su humor ácido para con Víctor: "Estoy en tu casa, fíjate si me gustan las cosas amargas". Una vez en el salón de Víctor, Carmen ha seguido su estela: "Maricón, no has hecho nada. ¿Qué salsa le has puesto a esto? ¿No estará caducada? Has puesto demasiada salsa. Y lomito has puesto poco. Y prosigue, henchida: "Se te da bien abrir latas. ¿Tendrás un buen abridor, no?", espetaba. "Las conservas son estupendas todas, pero si esto es un concurso tendrás que cocinar", remachaba. 

No me parece ni medio normal cómo se describe Borrego. Ojo, a su alta estima. Se vende como la gran estrella de la edición, esa hija y hermana que se ha sabido revalorizar al punto que es capaz de poner a su hermana Terelu en la pista de salida. En lo que respecta al menú, Víctor, apasionado del fast foodha elaborado un menú realizado en un 90 por ciento a base de latas y botes. Ha comenzado con Aixó es vida, un entrante de ensalada con salsa romescu, aceitunas arbequinas, anchoas y ventresca.

Algo que no ha gustado a todo el mundo. Como plato principal ha apostado por Todo es posible en América, el plató más elaborado de su propuesta gastronómica: una receta de la progenitora de Alaska (60) de picadillo de carne de ternera y cerdo con vino, cebolla, pimiento y ajo. El broche de oro de su cena ha llegado con su postre Corazón congelado, polos de queso, nata y sirope de caramelo. Uno de los momentos más tensos ha tenido lugar cuando Víctor ha nombrado a Terelu y ese pasaje durante el cual la dejó sin trabajar". Lo cierto es que Carmen ha descubierto que trabajar ahora con Borrego es un suplicio, ¡y no me extraña!

Carmen se queja por todo y por todos. Prueba de que podría ser tan mala tía es la que sigue: "Igual nos envenena y se ha acabado el programa hoy. No es mal tío -hablando de Víctor-, aunque hay veces que se comporta como tal. Dramatiza. Le ha afectado mucho la separación de su marido". Y lo dice con ese retintín que todos conocemos, rollo, ojalá que todo acabe... pero de puertas para adentro. Más allá de Víctor y sus confesiones como el trastorno adoptivo, Borrego pide más y más, mucho más en su afán de protagonismo. 

Uno de los momentos más tensos ha sido cuando Víctor ha criticado a Terelu. En concreto, para ser más exactos, cuando Borrego le ha preguntado si es feliz. En ese momento, Sandoval ha asegurado: "Yo seré feliz cuando haga un trabajo que me guste. Yo no soy Terelu, que lo pide por televisión...".

Ahí, Carmen brota: 

"A Terelu vamos a dejarla en paz que no ha venido a cenar, ¿vale? Porque por ahí no voy a pasar, Víctor. Por ahí ya me cabreo". 

Victor: "No te cabrees..."

Carmen: "Víctor puede ser muy dañino y no es consciente del daño que hace..."

Víctor: "No me gusta ser malo". 

Carmen: "¿Sólo te haría feliz el trabajo?"

Víctor: "Siempre es lo que me haría feliz y en lo que me he escudado". 

Votos para la cena de Víctor:

El Dioni: 7

Carmen: 4

Bibiana: 7

[Más información: Estos son los nuevos comensales de 'Ven a cenar conmigo: Gourmet edition']

Noticias relacionadas