La del 16 de mayo de 2017 es una fecha que no olvidará fácilmente María Teresa Campos (78 años). La histórica presentadora de televisión vivía uno de los momentos más duros en lo que a la salud se refiere, sufriendo un ictus que la mantuvo ingresada durante varios días en la madrileña Fundación Jiménez Díaz.

Afortunadamente, todo quedó en un susto, gracias, entre otras cosas, a la rápida actuación de los servicios sanitarios. La detección de los primeros síntomas del ictus y la aplicación de una técnica que recibe el nombre de trombólisis evitaron que María Teresa Campos sufriera daños neurológicos severos. Sin embargo, esto no quiere decir que aquel episodio no le haya dejado consecuencias. 

En un principio, sus hijas Terelu (54) y Carmen (53) aseguraron que su madre sólo padecía ligeras molestias en el terreno vertebrovasilar, es decir, en aspectos como la respiración, el equilibrio y, sobre todo, la visión, llegando a sufrir una lesión ocular que le hacía ver doble. A pesar de todo ello, la realización de ejercicios específicos evitó que todos estos problemas fueran a mayores.

DE VIVA VOZ

María Teresa desveló en 'Las Campos' las molestas secuelas de su ictus. Mediaset

Con todo, la secuela más importante y engorrosa que le dejó el ictus es el acúfeno, tal y como revelamos en este mismo medio meses atrás y como confirmó la propia María Teresa Campos durante la grabación de su reality. En una charla con la hermana de su actual pareja, Bigote Arrocet (69), la periodista reconocía lo siguiente: "Sabes que me dan unos mareos que se me han quedado desde que me dio eso. Yo digo que no, pero me ha quedado y los ruidos en la cabeza, los acúfenos esos, también se me han quedado". 

En este sentido, según la Clínica Universidad de Navarra, entre el 10 y el 17% de la población mundial padece estos síntomas, también conocidos como tintineos por el nombre científico que reciben: tinnitus. Para su tratamiento, por lo general, no existe un fármaco o una operación que sirva para paliarlo, centrándose los especialistas en la eliminación de la causa subyacente de los acúfenos. Así, si el paciente pierde audición se puede optar por el uso de audífonos o, en casos más severos, por la colocación de implantes cocleares.  

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