Que un presentador de televisión lleve pinganillo -ese aparato que lo conecta a través de la oreja con la dirección del programa- es algo corriente y necesario. Y nada nuevo; los "pinga", como se les llama en el gremio, hacen que el funcionamiento del espacio sea el adecuado y que la estructura de un directo engrase como debe. En Sálvame ocurre lo mismo: todos sus presentadores, desde Jorge Javier Vázquez (48 años) a Paz Padilla (49) y Carlota Corredera (44), no pueden prescindir de ellos. Son sus 'aliados'. 

Sin embargo, hay un componente que diferencia al formato estrella de la cadena con todos los demás: los conductores no son los únicos que cuentan con esa suerte de ventaja que los orienta y guía en pleno directo. Es bien sabido, entre bambalinas, que existen dos colaboradores que disfrutan de ese privilegio de 'estar conectados' con el jefe: Kiko Hernández (42) y Rafa Mora (36). Y es que, se trata, el hecho de llevar pinganillo, de una alta consideración del programa, un premio para con sus colaboradores más aguerridos.

Kiko Hernández durante una tarde en 'Sálvame' mostrando su pinganillo. Mediaset

Ese dato es importante: solo ellos tienen ese honor, precisamente los perfiles más polémicos y los que más "bombas" -noticias exclusivas- desvelan. La única diferencia que se aprecia entre el presentador y ambos tertulianos es el tipo de información que reciben por el transmisor. El conductor de turno recibe las indicaciones propias de la escaleta del programa -por ejemplo, de qué temas se habla en cada momento-, mientras que a los comentaristas llegan anotaciones para agitar la tarde y dar 'guerra' en directo. 

Hay que decir, llegados a este punto, que este aparato ha creado cierta guerra entre los colaboradores en más de una ocasión. Guerra y cierta envidia. Tanto Lydia Lozano (58) como Gema López (48) ha 'protestado' en más de una ocasión ante el hecho de que Kiko llevara pinganillo. Lo han hecho, sin tapujos, en directo: "Claro, como tú llevas ayuda en la oreja". Piques aparte, Kiko y Rafa son considerados como los 'azotes oficiales' de Sálvame y, como tales, ejecutan las indicaciones y se retroalimentan a la perfección con sus peleas y roces. En su caso, el 'pinga' surte un efecto que en los demás no. 

Rafa Mora en 'Sálvame'. Mediaset

No cabe duda de que esta distinción que marca el programa entre sus colaboradores estrella es de gran ayuda para ellos, ya que, en un directo de cuatro horas, es de agradecer contar con ese empuje en aras del espectáculo. Ahora bien, cabe destacar que hasta que Rafa Mora comenzó a ser uno de los 'elegidos', Kiko fue el pionero y la productora La Fábrica de la tele confió en él. ¿Desde cuándo lleva pinganillo? Según la información que maneja JALEOS, desde el otoño de 2017. 

No es baladí que Kiko fuera el primero en recibir esos honores, ya que es el colaborador que más informaciones maneja y el que más veces se sube al "pulpillo" para dar exclusivas y acatar las directrices de sus jefes, lo que le otorga una responsabilidad. Este medio ha podido saber que cuando Kiko, de repente, amenaza con soltar una de sus "bombas", la mayoría de las veces son informaciones que le llegan por el pinganillo. Es más, le adoctrinan sobre cómo tiene que decir las noticias.

La última vez que el pinganillo provocó un enfado 

Lo que es un hecho es que Rafa Mora se ha convertido en el 'niño mimado' de los jefes de La Fábrica y la última vez que hubo polémica en el programa a causa de su pinganillo fue hace unos días. Y es que, Belén Esteban (45) vio sus intenciones de querer enfrentarla con Raquel Bollo (43) -seguramente, recibiendo órdenes por el 'pinga'-, pero fue Mila Ximénez (67) la que le dio un corte: "¡Al final te vas a quedar sin ir a la boda de Belén, Rafa!".

Sin embargo, la broma se acabó pronto y llegó el escándalo a los minutos, cuando Mila reconoció haber estado comentando con Esteban el 'privilegio' de Rafa: "Sí, estábamos comentando lo del pinganillo de Rafa. Pero lo he dicho con toda la inocencia del mundo. Disfruta de tu pinga, Rafa". Mora, por su parte, se mosqueó pretextando que esas pullas no se las sueltan a Kiko. De este modo, se confirma que los 'piques' son habituales entre los colaboradores, que consideran como un 'ascenso' el hecho de llevar un 'pinga'. 

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