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La muerte de Javier Lambán Montañés, expresidente del Gobierno de Aragón entre 2015 y 2023, ha conmocionado este viernes, 15 de agosto, a sus compañeros del PSOE, partido al que se afilió en 1983, así como a numerosos rostros conocidos del mundo de la política.

El político, natural de Ejea de los Caballeros (Zaragoza), donde fue alcalde y en el que ha vivido toda su vida, deja con su fallecimiento, a los 67 años de edad, a una familia rota por la pérdida.

Activo en su faceta política, y discreto en lo relativo a su vida sentimental, estaba casado con María Luisa Lázaro Bermejo, con la que contrajo matrimonio en 1986 y a quien consideraba un pilar fundamental en su trayectoria.

Javier Lambán, en una imagen de las redes sociales de su esposa, Marisa Lázaro. Facebook

María Luisa fue su compañera, madre de su única hija y la persona clave en su enfermedad: un cáncer de colon que le diagnosticaron en 2021.

Lo cierto es que el cáncer de colon no fue la única dolencia a la que tuvo que hacer frente el político, que fue senador, presidente de la Diputación de Zaragoza (entre 1999 y 2011), y alcalde de Ejea de los Caballeros (de 2007 a 2014).

Diabetes y esclerosis

Al cáncer se sumaba una diabetes que lo obligaba a inyectarse insulina hasta cuatro veces al día, y la esclerosis múltiple que padecía desde el año 2010, tal y como desveló en sus memorias.

Javier Lambán y su mujer eran padres de una hija, Teresa, licenciada en Medicina, que dio al matrimonio dos nietas: Vega, nacida en 2019, y Ara, nacida en 2023.

En contadas ocasiones habló de sus seres queridos, aunque no ocultaba lo orgulloso que se sentía de su familia.

Hizo referencia a su hija en público alguna vez. Una de ellas fue el 15 de agosto de 2023, cuando él y su esposa celebraban el cumpleaños de su única descendiente en una fiesta familiar en Vinaroz (Castellón).

Un hombre familiar

También ha compartido algunas imágenes en las redes sociales con su pareja, o paseando el carrito de bebé de alguna de sus nietas. Era, en el ámbito privado, un hombre sumamente familiar.

En el ámbito político, Lambán se erigió como figura clave del socialismo aragonés. Fue un contrapeso moral frente al liderazgo nacional, y mantuvo una postura crítica respecto a alianzas independentistas.

A pesar de la enfermedad, Lambán continuó en activo hasta sus últimos meses, presentando libros y dedicándose a la divulgación política. Ha sido autor de numerosas publicaciones históricas y ponente académico.

Un político "republicano"

"Me confieso decididamente republicano", decía en un texto autobiográfico. "No renuncio a asistir al advenimiento de la III República, aunque considero que ahora es más importante propagar los valores y los principios republicanos, muy poco arraigados en la sociedad española".



"Entre los políticos españoles contemporáneos, admiro a Manuel Azaña, Indalecio Prieto y Felipe González (con el reparo de su paso por el Consejo de Administración de Gas Natural). Entre los extranjeros, al ex-presidente americano Roosevelt y al ex-canciller alemán Willy Brandt", añadía.

Se definía a sí mismo como amante de las letras. Un hombre tranquilo al que le gustaba leer: "Soy lector compulsivo, no sea que la diabetes me incapacite antes de hora. Centrado fundamentalmente en narrativa y en libros de política e historia".

"También leo alguna vez poesía, volviendo siempre a Kavafis y a Machado y a los clásicos españoles en general, desde el Arcipreste a Lorca y Hernández pasando por el "gran Quevedo", narraba sobre sus gustos y aficiones.

Javier Lambán Montañés, con los reyes Felipe y Letizia, en un acto celebrado con motivo del 275 aniversario del nacimiento de Francisco de Goya en Fuendetodos, Zaragoza, el 29 de marzo de 2021.

Lo cierto es que su pasión por la literatura venía de lejos. Pocos lo recuerdan, pero fue profesor de de lengua, latín y griego en Ejea de los Caballeros entre 1981 y 1987.

También fue (entre 1988 y 1991), director del Área de Difusión Cultural de la Institución "Fernando el Católico", un centro al "servicio de alta cultura aragonesa", promovido por la Diputación Provincial de Zaragoza y adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

No tuvo reparo en reconocer que era amante de Serrat, al que lo unían lazos de amistad: "Me gustan mucho el flamenco y el jazz, adoro a Carlos Gardel y oigo con placer música antigua. Pero, por encima de todo, me emociono escuchando a dos cantautores catalanes: Lluís Llach y Joan Manuel Serrat".

"De este último", apuntaba, "de quien me considero amigo, afirmo que es el mejor ejemplar de ser humano del que tengo noticia". En la reseña escrita por sí mismo en su web presumía sin pudor del afecto que sentía por el cantautor catalán.



Sobre sus aficiones en su tiempo libre, decía: "Tuve pasión por la práctica del fútbol, fichando el 1974 por el Real Zaragoza juvenil. Las lesiones y la política me disuadieron pronto".

Un "madridista tribal"

En materia del deporte rey, era aficionado al equipo merengue. Aunque sin olvidar nunca su tierra. "Soy 'madridista tribal", matizaba, "pero presumo siempre de que, cuando se celebró el 75º Aniversario del Real Zaragoza, la única institución aragonesa que condecoró al club y organizó una gran exposición conmemorativa fue la Diputación Provincial de Zaragoza que tuve el honor de presidir".

En uno de sus últimos posts de Instagram, -en abril de 2024- compartió una imagen de la portada de su libro autobiográfico.

Su legado, que ahora queda para la posteridad reflejado sobre el papel, "son una declaración de amor" a todo aquello que daba sentido a su existencia "a Ejea, a Aragón, a España, a mi familia, a mis amigos y a mis compañeros del PSOE de Aragón".