Licenciado en Medicina y especializado en medicina estética y cirugía capilar, José Manuel Gómez-Villar (45 años) es un profesional muy popular por ser la persona de confianza de celebridades. Más conocido como "el médico de los famosos", acaba de denunciar haber sido víctima de una estafa.
Entre sus clientes habituales figuran rostros famosos como Alonso Caparrós (54), Chelo García Cortés (73), Kiko Hernández (48), Belén Rodríguez (59), Marisa Martín Blázquez (61), José Ortega Cano (71) -al que realizó un implante de cejas- o Marta López (51), con la que mantiene lazos de amistad.
Todos ellos confían plenamente en su trabajo, que reparte entre sus colaboraciones en televisión y su labor con figuras públicas y artistas en su centro, la clínica Livet. Un negocio que ha levantado con éxito, a base de no pocos esfuerzos, y que recientemente vendió a un fondo con el objetivo de pasar más tiempo con sus hijos. Pero la jugada le ha salido mal. Sin saberlo, ha confiado en las personas equivocadas. Y le han estafado su dinero.
Tal y como ha revelado a Informalia, tras una separación complicada con la madre de sus vástagos, en septiembre de 2022, vivió una dura batalla legal por la custodia de sus hijos.
El pasado mes de mayo consiguió la custodia absoluta de los menores. La sentencia llegó después de cuatro procesos en los que la Audiencia Provincial llegó a archivar las cuatro denuncias por presuntos malos tratos que su ex presentaba en los tribunales.
En pleno proceso judicial contra la madre de sus hijos decidió deshacerse de su negocio. Y con ello disponer de más tiempo para la vida familiar.
Una cadena de engaños
En enero de 2024 decidió vender la clínica "a alguien que creía era buen amigo". Esta persona le presentó a dos personas que lo animaron a realizar una serie de inversiones. Le dijeron que se trataba de un negocio seguro.
Convencido de que destinar parte de su capital a las iniciativas de las que le hablaron le iban a proporcionar suculentos beneficios, en febrero de ese año se lanzó de lleno.
Así, invirtió un millón de euros en una empresa de productos farmacéuticos. Desde el primer momento le dijeron que era un negocio seguro, fiable, transparente. Sin trampa ni cartón. Pero sí que la había.
José Manuel Gómez-Villar jamás imaginó que lo estaban estafando. Le prometieron que "iba a recibir una rentabilidad mensual muy alta". Y el primer mes llegaron a abonarle "algo más de 40.000 euros de rentabilidad", tal y como ha revelado al citado medio. Solo era una artimaña para que confiara en la operación.
Satisfecho con su, en apariencia, fructífera inversión, se animó a realizar una segunda operación. En esta ocasión se trataba de la compra de una casa en Marbella entre cuatro personas. Cada uno de ellos debía abonar un millón para una venta posterior.
Inversiones fraudulentas
Durante el proceso llegaron a ofrecerle "otras inversiones". "Al final me meto en otra de medio millón para comprar acero que traían en barco desde Estados Unidos", ha relatado. Todo ello se realiza con "contratos de inversión" y bajo la falsa promesa de alta rentabilidad y la idea de un negocio seguro.
La última operación fraudulenta tiene que ver con la compra de otra casa a medias. Esta vez, en Dubai. El médico decide invertir 425.000 euros.
La cortina de humo empezó a desvanecerse apenas seis meses después. En junio de 2024 se desmonta de golpe el castillo de naipes que había construido. Dejaron de pagarle las supuestas rentabilidades.
Y, así, se dio cuenta de que todo había sido una mentira. Le contaron que la empresa farmacéutica había tenido un problema de cambio de normativa. Le dijeron también que el barco de acero se había perdido por culpa de la guerra de Ucrania. Y que la venta de las casas en la Costa del Sol y en los Emiratos Árabes habían tenido problemas.
Todo salió mal. Y Gómez-Villar, preocupado por el paradero de su dinero, empezó a reclamar. Como suele pasar en estos casos, empezaron a darle largas. Iba a diario a las oficinas. Amenazó con hacer público el caso. La respuesta que le dieron sus amigos es que ellos también habían sido estafados. Pero el único que había aportado liquidez había sido él.
Querella por estafa
En la actualidad hay una investigación abierta. El médico confía en la justicia tras haber puesto una querella por estafa, apropiación indebida y administración desleal.
Un proceso que fue admitido el pasado 17 de julio contra las tres personas físicas en las que confió, así como en sus respectivas sociedades (Occulus Eyecare Solutions, Jucama Inversiones y Kel Projects).
El médico asegura que lo ha pasado mal. Ha vivido momentos de ansiedad. "Me he sentido idiota y engañado", ha reconocido. Espera que su caso sirva como ejemplo para que a otros no le suceda lo mismo.
