Paula Sánchez Zurdo, la que fue pareja de Miguel Palomo Danko (44 años), ha acudido este pasado jueves, día 3 de abril, a su cita con la justicia. Sánchez Zurdo se ha personado en el Juzgado de Instrucción Nº 16 de Madrid, donde ha declarado en calidad de investigada por un presunto delito de calumnias y revelación de secretos.
Quien se ha querellado contra ella es Sebastián Palomo Danko (47), hermano de Miguel. Sostiene el primogénito de Palomo Linares que esta mujer ha sobrepasado todos los límites. Sobre todo, a su modo de ver, ha mentido. Hay que recordar que Paula Sánchez Zurdo ha demandado, a su vez, a los hermanos por un presunto delito de maltrato animal.
La demanda inicial de Paula es la que ha derivado en esta querella de la que Sánchez Zurdo se ha defendido ante un juez este pasado jueves. A nada le teme la joven; tiene la conciencia tranquila, y con ello va hasta el final. Se sabe con la verdad y defiende y reitera, línea a línea, toda su versión y lo que sufrió la perrita Bronca en esa finca de El Palomar.
Paula Sánchez Zurdo, luciendo la sudadera y el colgante con el que ha asistido al juicio.
No mueve, pues, Sánchez Zurdo una coma. Bronca vivió en la finca El Palomar. De hecho, según su versión, el animal fue rescatado por ella misma cuando se enteró de las condiciones en las que se encontraba, encerrado en una jaula.
El procedimiento de maltrato animal se encuentra aún pendiente de sustanciación. Mientras el próximo 25 de abril Miguel y Sebastián deberán rendir cuentas ante el juez, Paula ya ha hecho lo propio. "Tranquilísima", así asegura Sánchez Zurdo, en conversación con EL ESPAÑOL, que ha asistido al juzgado.
Nadie la va a callar, ni a amedrentar. Paula se ha sentado ante el juez con un atuendo que lo dice todo: una sudadera personalizada con el nombre de Bronca y una cruz prendida de un cogante con las cenizas del can.
¿Cómo se ha desarrollado el juicio?
Hoy he acudido a declarar como investigada por una querella por calumnias. Y, como no podía ser de otra manera, lo he hecho con absoluta tranquilidad. Cuando uno tiene la verdad de su lado, no hay motivo para el nerviosismo. Lo que ha quedado claro es que esta querella no es más que un burdo intento de intimidación y una maniobra para intentar silenciarme. Algo que, desde luego, jamás van a conseguir. Lo único que están logrando es hacerme perder mi tiempo y mi dinero, pero ni me asusta ni me calla.