Óscar Tarruella, en una imagen cedida a EL ESPAÑOL.

Óscar Tarruella, en una imagen cedida a EL ESPAÑOL. Imagen cedida a 'El Español'

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Óscar Tarruella, de los Mossos a su separación de Mónica Naranjo: "Nuestra relación era tóxica"

EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con el investigador criminólogo, que estos días publica un libro donde comparte el día a día de su profesión.

23 abril, 2023 13:38

Óscar Tarruella (52 años) es un sagaz investigador y perfilador criminal especializado en muertes violentas. También es un expolicía judicial con más de 25 años de experiencia en la resolución de casos complejos, por los que ha recibido diversas condecoraciones. En estos días publica, además, su primer libro, Diario de un agente de homicidios, donde comparte el día a día de una profesión para la que estaba predestinado. 

"Durante mi recorrido profesional me han acompañado experiencias de vida que he tenido que sortear antes de tiempo, antes de estar preparado. La vida me ha sobrepasado en muchas ocasiones y he tenido que crecer, aprender y sobrevivir sobre la marcha", comenta en sus páginas Tarruella, que estos días afronta el proceso de duelo por la muerte de su padre, fallecido hace apenas dos semanas.

En su ensayo, el vasco señala que la criminología empezó a calar en él tempranamente, en una época en la que ETA "exigía el impuesto revolucionario a los empresarios de la zona", y que tuvo que compaginar estudios y trabajo desde muy joven. "Mi vida iba muy rápido y con 20 años nació mi hijo. Me preparé para poder darle una vida mejor, así que opositar a policía me pareció la mejor alternativa". Eligió los Mossos d'Esquadra, "un cuerpo en plena creación, joven y con muchas posibilidades".

[Mónica Naranjo y Óscar Tarruella se separan tras quince años de matrimonio]

Durante su etapa como agente de la Policía Autonómica de Cataluña, Tarruella conoció a la cantante Mónica Naranjo (48) después de que alguien entrara a robar en casa de la artista y él acudiera al lugar a investigar lo ocurrido. Al poco tiempo, surgió el flechazo entre ellos.

También cogió las riendas de la carrera de la Pantera de Figueres, quien entre 1998 y 2002 estuvo casada con el productor Cristóbal Sánsano. "Me pidió que la representara", explica en el libro. "Ella sentía que le robaban, y qué mejor que un policía para combatir a los malhechores del show business, en el que ni el malo es tan malo, ni el bueno es tan bueno. Incluso me convertí en el responsable de llevar a otra cantante a Eurovisión y hacerle un hueco en el mundo de la televisión. Todo ello fue un reto temporal, un paréntesis en mi vida".

Óscar Tarruella y su ex Mónica Naranjo, en una imagen de 2016.

Óscar Tarruella y su ex Mónica Naranjo, en una imagen de 2016. Gtres

Pero el glitter no era el escenario donde mejor se desenvolvía. De hecho, liberó a sus representadas de las cadenas, pero cuando se dio cuenta, era él quien las llevaba puestas. "Aquel no era mi mundo, me sentía como un animal salvaje en cautiverio, así que nunca abandoné del todo el mundo del crimen, seguí estudiando y participando en la formación de futuros profesionales", añade en el libro. Con el paso del tiempo, Tarruella empezó a echar de menos su piso de soltero de 60 metros cuadrados y vio cómo su "fuerza, juventud y persistencia" se transformaron en "ansiedad, exceso de responsabilidad, caos y destrucción personal". 

El día que decidió abandonar el mundo del faranduleo, acudió a hacerse un tatuaje. A mitad de la sesión, su tatuadora observó unos bultos bajo su piel. Un oncólogo acabó detectando que su cuerpo estaba "plagado de ganglios inflamados, y eso hizo saltar las alarmas". Los antecedentes del linfoma de Hodgkin que padeció su madre auguraban malas noticias. 

"No me apetece recordar todo lo que aconteció a continuación", relata en la introducción de su ensayo. "Hoy estoy aquí para contarlo. Ese momento marcó un punto de inflexión en mi vida. A partir de ahí hubo un antes y un después. Puse fin a todo ese mundo y elegí dedicarme de pleno a la que siempre ha sido mi pasión. No me quejo ni me arrepiento. Al contrario, decidí libremente esa etapa de mi vida con todo lo bueno y con todo lo malo que conllevó. Me quedo con lo bueno vivido, que también lo hubo".

Fue en 2018 cuando, tras 16 años juntos, Naranjo y él decidieron emprender caminos separados. La cantante acaparó titulares tras comentar públicamente que en su ruptura "no hubo destrucción personal para renacer después" pero sí "decepción por las mentiras de esa persona. Soy una persona obsesionada con encontrar una lógica a todo, y a veces las cosas no tienen lógica". También apuntó que estaba a punto de casarse "cuando se descubrió el pastel" (sin dar más detalles).

Óscar Tarruella, en una imagen cedida a 'El Español'

Óscar Tarruella, en una imagen cedida a 'El Español'

El de Gernika, dolido por ciertas declaraciones de su ex, concedió en 2019 una entrevista a una conocida entrevista para aclarar algunas cuestiones y aclarar que nunca le había sido infiel durante el tiempo que duró su relación. "Me acostumbré al conflicto, a soportar. Nunca hubo insultos, pero nos faltamos el respeto en alguna ocasión", señaló entonces sobre la relación que había tenido con una mujer que "dejó de hablarme. Nombró interlocutora a mi hermana. Luego quiso que fuera un abogado".

EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con Tarruella, quien asegura que "no hay una sola pareja, sobre todo si lleva años junta, que no tenga sus diferencias". Cuando se le pregunta por los rumores que apuntan a que trabajar con Mónica Naranjo se le hacía complicado, él responde lo siguiente: "En general, es difícil trabajar con tu propia pareja, sea cual sea su oficio. Aunque es verdad que [el del espectáculo] es un mundo mucho más complejo. No me sentía identificado con ese mundillo. Que según la industria se me diera bien no quiere decir que me gustara".

Óscar Tarruella, en una imagen cedida a EL ESPAÑOL.

Óscar Tarruella, en una imagen cedida a EL ESPAÑOL.

"Para mí, la relación con ella era tóxica", añade. "No era feliz y, a pesar de todo, decidí poner fin a la relación. Yo me sinceré y no dije que fuera tóxica solo por culpa de ella, sino que era tóxica por los dos. Todas las relaciones son cosa de dos, aunque parezca que está de moda echar la culpa a uno u otro. No me parecía justo que se hablara de mi sexualidad ni nada, y yo lo que hice fue la advertencia pública de lo que podía pasar [si seguía hablando de mi intimidad]. Ella entonces cambió su actitud y, a partir de ahí, cada uno pudo hacer libremente su vida".

Asimismo, Tarruella confirma que, a día de hoy, no mantiene ningún tipo de contacto con Naranjo: "Fue ella la que decidió no tener contacto [tras la ruptura]. A mí me habría encantado poder seguir teniendo una relación con ella, como con cualquier otra ex. Como ya dije, yo no estoy en su cabeza, pero imagino que no debe ser fácil que dejen a Mónica Naranjo. Yo no estaba dejando a nadie, yo estaba poniendo fin a una relación y para mí ella será siempre Mónica, no Mónica Naranjo".