Tras un inicio de curso complicado para la familia Preysler en lo que al estado anímico se refiere debido a la muerte de su matriarca, Beatriz Arrastia, este pasado puente festivo Isabel Preysler (70) y Tamara Falcó (39) decidieron hacer una escapada para dos. Madre e hija volaron a 8.666 kilómetros de distancia de Madrid, donde tienen fijada su residencia habitual, para desconectar durante unos días en un auténtico paraíso.

Mientras toda España disfrutaba de la festividad nacional del 12 de octubre, Tamara e Isabel hacían lo propio pero desde Maldivas. En este enclave de Asia del Sur y en pleno océano índico, la diseñadora y la reina de corazones encontraron un lugar idílico para dejar a un lado cualquier dolor o preocupación y dedicar su tiempo únicamente a mimarse.

Las Preysler se alojaron en el resort más lujoso de la zona, el Soneva Jani, un complejo espectacular que se levanta sobre las aguas turquesas y cristalinas del destino. El alojamiento está compuesto por un gran número de villas y en una de ellas se instalaron madre e hija.

Algunas estancias de la villa para dos personas del resort Soneva Jani. Web Soneva Jani

Para dos adultos, como es su caso, se disponen villas de un dormitorio y de 555 metros cuadrados en total. "Esta espaciosa villa sobre el agua cuenta con un techo retráctil sobre el dormitorio principal que se desliza hacia atrás con solo tocar un botón para revelar el cielo estrellado. Con acceso directo a la laguna, el exclusivo baño al aire libre tiene ducha y bañera hundida. La gran terraza al aire libre cuenta con una piscina privada de agua dulce, un comedor hundido, tumbonas, columpios y tobogán", detalla la página web oficial del resort.

Este alojamiento de lujo solo es apto para los bolsillos más poderosos. Tal y como puede consultarse en su sección de reservas, la estancia más barata en el lugar es de 4.700 euros por noche, mientras que la opción más cara supera los 24.000 euros por noche.

Pero ese alto precio tiene una razón de peso. Y es que en ese desembolso se incluye: un mayordomo dedicado a todas las necesidades de los inquilinos de la villa, el traslado ida y vuelta en hidroavión, cenas ilimitadas en sus bares y restaurantes, acceso a vinos ilimitados de la carta, tratamientos de spa y masajes ilimitados, experiencias exclusivas, servicio de lavandería diario, reposición diaria del minibar de la villa... Pero, sin duda, por lo que Tamara Falcó puso el ojo sobre este destino tan lujoso es por el acceso ilimitado a cenas y eventos de chef con estrellas Michelin que ofrece el resort.

Por su parte, el servicio que más atrajo a Isabel Preysler fue el de acceso ilimitado a una sala de chocolates caseros. Y es que la socialité es una auténtica fanática del cacao y sobre todo en forma de bombón o tableta, tal y como confesó la propia Tamara a EL ESPAÑOL.

Preysler y el chocolate en Maldivas

El pasado miércoles 13 de octubre, Tamara Falcó publicó su libro Las recetas de casa de mi madre y este medio se citó con ella para conocer su proyecto en profundidad y charlar con ella. Durante la conversación, la ganadora de MasterChef Celebrity desveló una manía hasta ahora desconocida de su madre: su adicción al chocolate.

Isabel Preysler y Tamara Falcó, en el castillo de Windsor en 2014. Gtres

"Acabo de volver ahora de vacaciones con mi madre y estando en Maldivas, de repente un día y me dice: '¿Quieres chocolate?', y como yo sé que para mi madre tener chocolate es tan importante, le dije: 'No, mami, ahora que estamos de viaje no te voy a quitar de lo que tengas...', y me responde: 'Pero si me he traído seis tabletas'. ¡Nos hemos ido hasta Maldivas y la tía con seis tabletas en el bolso! ¡Es muy fuerte!", confesaba Tamara a este periódico.

Además, en ese sentido, la diseñadora de moda recordaba una anécdota que define a la perfección la pasión de su madre por el cacao: "En el confinamiento mandó a por todo el chocolate que quedaba en el Club del Gourmet, porque decía 'a ver si nos vamos a quedar sin reservas' cuando vio que empezábamos con el confinamiento. Y ella también cuenta que una noche, quería comer chocolate y empezó a buscar por casa y no había. Entonces, le empezó a entrar un ataque de ansiedad, literal. Así que a partir de entonces no le ha vuelto a pasar porque decidió ir con su chocolate de 85% cacao a todas partes".

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