El mes de marzo de 2021 no lo olvidarán fácilmente Sara Carbonero (37 años) e Iker Casillas (40). Tras meses de intensos rumores de crisis matrimonial, ambos confirmaban, vía Instagram, su separación tras 11 años de amor y dos hijos en común. Fin a su radiada y emblemática historia amorosa. Dijeron entonces que seguirían siendo familia y que nada iba a cambiar en sus vidas, y en las de sus hijos, más allá de ya no profesarse ese amor que los zarandeó en el Mundial de Sudáfrica, en 2010. 

De ambos, desde entonces, se ha escrito mucho. E incluso Sara Carbonero ha comenzado una nueva ilusión sentimental de la mano del cantante Kiki Morente (31). No obstante, nadie ha podido hasta la fecha probar que exista mala relación o siquiera tirantez entre Iker y Sara. Antes al contrario: el matrimonio ya no existe, pero sí perduran los recuerdos y el cariño. Ahora, EL ESPAÑOL ha podido conocer que Casillas continúa visitando un lugar especial para su exmujer: el pueblo donde nació la periodista, Corral de Almaguer, en Toledo.

Iker Casillas paseando por las calles de Corral de Almaguer, Toledo, en el verano de 2020. Gtres

Un municipio en el que ambos, cuando eran matrimonio, han vivido grandes momentos personales y familiares. De hecho, adquirieron conjuntamente una casa en el pueblo, de 400 metros cuadrados, cerca de la Plaza Mayor. Inmueble que han disfrutado como pareja y que, según le consta a este medio, continúan haciéndolo por separado. Según se desliza, Iker visita con frecuencia Corral de Almaguer: "Cuida mucho la amistad y por eso siempre estará unido a Corral". La última vez que paseó por sus calles fue el pasado mes de agosto, días antes de la feria del municipio. "Viene cuando puede porque tiene aquí muy buenas amistades de cuando estuvo casado con Sara", confía quien bien lo conoce. En Corral, Iker es uno más entre sus amistades, quienes, se asegura, nunca tomaron partido tras la separación y siguen llevándose bien con el ahora exmatrimonio, aunque por separado. Especial relación de amistad conserva el exportero con el marido de la hija de los dueños de uno de los restaurantes más conocidos del municipio.

Con este hombre fue visto el deportista el pasado mes de agosto. "Es muy llano y cuando viene se deja ver en los sitios con total naturalidad, siempre ha sido así. Mucho más que Sara, que es más de casa. Él es de celebrar y pasar buenos ratos. Cuando estaban casados, el que más llevaba a los niños a la piscina municipal era él", informa una fuente toledana consultada. 

Iker Casillas y Sara Carbonero junto a unos amigos en Corral de Almaguer en 2019. Gtres

Tal y como se hace constar, Casillas se 'escapa' al pueblo de Sara Carbonero con frecuencia, lo hace siempre como él es: desde la discreción. "Cuando se le pide una foto no tiene nunca inconveniente en echársela, aunque le gusta pasar desapercibido. A él le encantan los pueblos y su tranquilidad", se apostilla. En otro orden de cosas, en lo que respecta a Sara Carbonero y su nueva ilusión junto a Kiki Morente, se insiste en que ambos "siguen con lo suyo, están juntos y muy bien. No hacen caso de nada de lo que se dice y van a su aire". 

Viven el día a día, y desliza esta persona con la que se contacta que la forma de ser y de pensar y vivir de Morente ha significado "aire fresco" para la periodista en este tiempo tan complicado que le ha tocado afrontar tras su ruptura de Casillas.  Se cayeron bien nada más verse y él la invitó a un concierto suyo. La música y el arte hicieron el resto. Precisamente porque no le ponen nombre a lo que viven se informa que están actuando "con tanta normalidad" para su entorno. Sara ya conoce a la familia de Kiki más en la intimidad. 

El incendio de Navalacruz 

Hace unas semanas, Iker Casillas vivió con angustia el incendio que asoló su pueblo, Navalacruz, en Ávila. Más de 5.000 hectáreas fueron arrasadas en la zona forestal, y Casillas se mostró muy preocupado y pendiente de la evolución de la situación a través de sus redes sociales, desde donde mandó mensajes de ánimo, apoyo y solidaridad. A lo largo de los años, el exmadridista no ha dejado que sus lazos con el pueblo abulense se difuminen, y lo volvió a demostrar el pasado mes de agosto.

En esas horas tan complicadas, Iker publicó en Instagram dos instantáneas en las que se podía apreciar la situación de la comarca y la pena que esto le provocó al deportista. En la primera de las fotografías, un grupo de caballos corría por un camino, mientras, al fondo, las llamas consumían el monte. Con un emoticono de una cara triste y otro en el que aparecían dos manos unidas por las palmas, el madrileño reflejó el sentimiento de desolación que le producía la situación. En la segunda de las fotografías, un bombero trataba de ayudar a un animal que fue dañado por las llamas. Es en esta fotografía en la que Iker animó a los suyos: "No rendirse. Gracias a todos"

[Más información: Iker Casillas, devastado por los incendios que asolan su pueblo, Navalacruz: sus mensajes de apoyo]

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