Ser el pionero en cualquier ámbito siempre es algo digno de reconocimiento. Cuando alguien da los primeros pasos en un terreno totalmente virgen puede ser tachado por loco, aunque en el caso de nuestra protagonista seguro que a nivel familiar el apoyo estaría más que asegurado.

Rodeada por la moda desde muy pequeña, que Gala González (35 años) escogiera dedicarse al estilismo no se puede calificar de sorprendente. Eso sí, la gallega decidió apostar por una variante que, al menos hasta ese momento, era prácticamente desconocida en nuestro país: blogger de moda.

Con una trayectoria más que consolidada, no es extraño por tanto que Gala González fuera 'fichada' por Televisión Española para comentar los modelos escogidos por los protagonistas del cine español en su gran fiesta, la gala de los Premios Goya. Si quedaba algún obstáculo para que la coruñesa fuera conocida, ese paso por la cadena pública acabó de derribarlo.

Gala González en Ibiza. Gtres

Este es solo un ejemplo de la popularidad que ha ido alcanzando la sobrina de Adolfo Domínguez (71), quien ya ha dejado atrás esa etiqueta relacionada con el empresario de Ourense para ser una marca en sí misma. Para muestra, un botón: nada menos que 1,3 millones de personas la siguen en Instagram.

Reivindicación

Todos esos followers son testigos de las recomendaciones de Gala González, pero también de algunos aspectos personales que la influencer publica en esta red social. Sin ir más lejos, hace escasos días incidía en un asunto que, si bien no era novedoso, sí que llama poderosamente la atención.

En algunas ocasiones, González ha explicado que padece hiperdrosis, una patología poco habitual a la que trata de dar más visibilidad, ya que se estima que solo afecta a un 3% de la población. En busca de ese objetivo, la bloguera publicó una historia en Instagram donde se podía ver una de sus manos sudando, acompañada del siguiente texto: "Son las 10:30 de la mañana, todo va bien... Pero mi cuerpo funciona así. Se llama hiperhidrosis, no da asco, y no tengo nada por lo que esconderme, ni tampoco me quiero operar".

Tal y como Gala González explicaba, la hiperhidrosis se caracteriza, fundamentalmente, por una sudoración excesiva y anormal. Aunque la publicación de la influencer haya tenido lugar en pleno mes de julio, hay que matizar que esta patología no tiene entre sus causas las altas temperaturas o la realización de un ejercicio físico de gran intensidad.

De forma indirecta, la hiperhidrosis también ha sido noticia en los últimos días, pero no por cuestiones relacionadas con Gala González, sino con la manida campaña de vacunación contra la Covid-19: algunas fuentes apuntan a que esta patología podría ser uno de los efectos secundarios de las dosis suministradas por Pfizer.

Más allá de estas teorías aún por confirmar, lo que sí está contrastado es la relación directa entre el estrés con la hiperhidrosis. De hecho, el aumento de la sudoración está directamente supeditado a la hiperactividad de las glándulas sudoríparas a causa de situaciones que generan tensión emocional. A nivel fisiológico, esta alteración se manifiesta de forma más frecuente en las palmas de las manos, las plantas de los pies, las axilas y la región craneofacial.

Con un fuerte componente hereditario, uno de los problemas principales que genera la hiperhidrosis está relacionado con el ámbito emocional, ya que esta patología puede causar incapacidad a nivel social y laboral.

Para su tratamiento, la vía más explorada es la de los fármacos, con el uso de la toxina butolínica como principal exponente, aunque como la propia Gala González contaba en su post, también existe la posibilidad de recurrir al quirófano mediante una cirugía que es eficaz y definitiva en más del 80% de los pacientes.

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