Ángela Portero (54 años) pisó por primera vez los platós de televisión a principios de la década de los 90 y tras una época dorada del mundo del corazón en la que no había programa en el que no estuviera, ha pasado los últimos años en un plano más discreto, pero este 2020 ha reaparecido absolutamente cambiada.

El rostro de la periodista ha sufrido varias transformaciones gracias a la magia de la cirugía plástica y los retoques estéticos. Cuando debutó en la pequeña pantalla en 1991, era una joven con la piel tersa, cara expresiva y una melena negra azabache brillante. Con el paso de los años, los personajes de la prensa rosa de los que hablaba iban envejeciendo y ella lo hacía con ellos y su expresión facial fue adquiriendo un aspecto más flácido, con las primeras arrugas y patas de gallo. Así que, como muchas personas de la profesión que trabajan ante las cámaras, decidió ponerse en manos de profesionales y acabar con esos defectos.

Ángela Portero ha experimentado un gran cambio en los últimos cinco años. RRSS

JALEOS se ha puesto en contacto con el doctor Miguel de la Peña, director médico de Clínicas Diego de León, y la doctora Lola Sopeña, experta en Medicina y Cirugía Estética, que han realizado un análisis exhaustivo del rostro de la periodista.

En sus palabras: "El nuevo rostro de Ángela Portero respondería a un cambio muy evidente que culminaría con el proceso de transformación que habría comenzado en 2016 a través de tratamientos de medicina estética mínimamente invasivos y de intervenciones de cirugía estética menor", expresa el doctor. 

Ambos expertos coinciden claramente en que Portero se ha sometido a un rejuvenecimiento completo, en el que destaca sobre todo la mirada. "Su nueva mirada coincide con el resultado de una blefaroplastia completa, es decir, la intervención de cirugía estética que aborda la eliminación de la piel sobrante de los párpados –superior e inferior- y de las bolsas y arrugas que se intensifican con el paso de los años en el área periocular. En comparación con las fotos anteriores, la periodista muestra una mirada mucho más rejuvenecida, elevada y abierta. Esta intervención le habría costado unos 2.200 euros", detalla De la Peña.

Lola Sopeña, al igual que el médico también percibe una elevación muy evidente de las cejas, que se consigue "con la nueva tendencia Efecto Cat Eyes. Este efecto combina dos técnicas". "Por una parte, botox completo –es decir, infiltraciones de la toxina botulínica para eliminar las arrugas de la frente, el entrecejo y las patas de gallo (precio 300 euros). Además, el botox aplicado en la cola de la ceja se utiliza para elevar y abrir la mirada, un resultado que coincide con la apariencia de Portero. Su transformación evidenciaría que habría combinado el botox con los hilos tensores especiales para potenciar y reforzar aún más un efecto de mirada felina y proyectada hacia arriba, una técnica que se habría abordado con sutileza y naturalidad. El precio de estas técnicas rondaría los 1.600 euros".

El rostro de Ángela nada tiene que ver con el que mostraba a principios de los 2000. RRSS

La periodista habría entrado en quirófano para renovar su nariz, pero su retoque en esta parte del rostro no terminaría ahí. Aunque en 2016 trascendía a los medios que su nariz había experimentado una transformación como fruto de varios retoques, el doctor De la Peña también ha detectado un nuevo cambio considerable en la punta. "Podría haberse sometido a una rinoplastia secundaria de punta, es decir, la intervención para disminuir el tamaño del extremo de la nariz y elevarlo. Esto podría explicar que se perciba más estilizada y un poco más respingona. Le habría costado unos 2.100 euros. Se llama secundaria porque sería la segunda vez que pasa por quirófano".

Otro de los puntos evidentes es el volumen de sus pómulos: "El tercio medio del rostro también muestra una evolución. Sus pómulos se muestran visiblemente más proyectados y prominentes y un tercio inferior más terso y definido. Respondería al Efecto Conturing, otra combinación de tratamientos de medicina estética que consisten en el relleno de pómulos con ácido hialurónico, combinado con Ellansé en la zona inferior de las mejillas, un relleno dérmico que se considera como un estimulador de colágeno. Impacta en el tejido subcutáneo como un lifting sin cirugía, previniendo y combatiendo la flacidez o piel descolgada. Le habría costado unos 1.200 euros", desgrana el médico estético.

Además, la doctora Sopeña puntualiza: "Esa nueva luminosidad y mejor textura que observamos también en su piel se consigue con infiltraciones a modo de mesoterapia que le otorguen alta nutrición e hidratación, lo que conocemos como Vitaplasma o Vampiro (la combinación del Plasma Rico en Plaquetas con un cóctel vitamínico de alta concentración en ácido hialurónico no reticulado que cuesta 199 euros) consigue estos resultados".

Las diferentes fases de la transformación de Ángela Portero (2000, 2016 y 2020). RRSS

Portero ha conseguido reducir su edad del DNI con un tratamiento revolucionario, el Efecto Glowy. Tal y como explican los expertos este retoque mejora el aspecto de forma radical: "Otro de los puntos que más llama la atención es que también le ha mejorado la calidad de la piel: más jugosa, hidratada, tersa y con mucha luminosidad. Para ello podría haber recurrido al Efecto Glowy, que implica la combinación de dos tratamientos en tres sesiones mensuales. Por una parte, el dermapen, más conocido como el boli de la piel, en cuyo extremo lleva incorporadas microagujas que penetran en la piel para regenerarla en una dimensión 360. Elimina impurezas, estimula colágeno, aporta luminosidad. Por otra parte, para multiplicar esa dosis extra de luminosidad, la habría reforzado con un cóctel personalizado de vitaminas infiltradas, más conocida como la mesoterapia facial con vitaminas. Le habría costado unos 500 euros cada una de las tres sesiones".

Además, su boca también ha experimentado un cambio, en 2020 aparece ante los medios con unos labios más hidratados y gruesos: "Se aprecian más voluptuosos, delineados e hidratados. Podría haber recurrido a un relleno de labios con ácido hialurónico, especialmente en el labio superior, donde más se le aprecia el cambio. Se aplican microinfiltraciones de ácido hialurónico en puntos estratégicos de los labios para delinearlos, hidratarlos y aportar volumen. Le habría costado unos 450 euros", según los expertos.

A pesar de todos los retoques, Ángela Portero no puede evitar el avance de los años y las consecuencias en su anatomía y los doctores lo han percibido: "Su rostro rejuvenecido y cuidado contrasta con la piel del cuello y escote, que delata un poco más la edad, el paso del tiempo o un estilo de vida marcado por el estrés o la sobreexposición al sol, entre otros posibles factores", concluye el doctor De la Peña.

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