Considerado una de las mejores voces radiofónicas periodísticas de este país, Javier García Mateo, uno de los pocos chicos Hermida junto a Toni Cantó (55) o  Agustín Bravo (59), acaba de fallecer en el Hospital Universitario HM Sanchinarro (Madrid) a consecuencia de un cáncer fulminante.

"Cuando empecé a hacer radio en los ochenta me sorprendió el gran vozarrón que tenía. Era un tipo muy calmado, sosegado y que comunicaba muy bien. Los temas que trataba les daba una importancia adecuada. Era una de las voces más personales de este país", asegura Agustín Bravo.

Para el gran Jesús Hermida, Javier era un pura sangre. Sabía que era alguien especial. En el programa Por la mañana (1987-1989) donde coincidió con Toni Cantó y María Teresa Campos (78) , no dudó en subirle a uno de los primeros helicópteros de tráfico para hacer las retransmisiones en directo de las mañanas. Le iba la adrenalina. Le gusta el asfalto. Olía la noticia a quilómetros. Y siempre fue muy querido y respetado por todos los que le rodearon. Hasta tal punto, que prácticamente todas sus ex parejas han estado cuidándole durante todo el transcurso de su enfermedad ya que sus padres habían fallecido y era hijo único. Su prima estuvo muy cerca de él.

A pesar de que no alcanzó la celebridad de algunos de sus compañeros, sí que es cierto que inspiró, ayudó y estimuló a muchos otros colegas. Por ejemplo, fue el primero en ver el potencial a Begoña Villacís (42), actual vicealcaldesa de Madrid, a quien dio su primera oportunidad como tertuliana.

Una de sus parejas más famosas fue Terelu Campos (54), cuando la hija de María Teresa empezaba a abrirse camino en el mundo de la televisión. Pero lo suyo no duró demasiado y perdieron el contacto ya que 'la Campos Jr' no estaba entre el nutrido grupo de 'ex' que velaban por el finado.  

Su voz era tan impresionante en el registro que sustituyó a Luis del Olmo (83) en Onda Cero, dirigió la radio en Interecomomía durante dos años y en sus inicios llegó a hacer prácticas con Jordi Hurtado (62) en el ya desaparecido Diario de Barcelona.  

JALEOS se ha puesto en contacto con una amiga y colaboradora del periodista durante veinticinco años: "Era un tipo solitario y a la vez tremendamente amigo de sus amigos. Era inclasificable. De extremos", confiesa entre lágrimas y risas. Y cuenta una anécdota de cuando trabajaban en la radio: "Cuando empecé con él de jovencita le preparé una entrevista que tenía que hacer a Josep Piqué, que se estrenaba como ministro de Industria. Me pegué una gran currada y cuando Piqué entró al estudio, Javier dio la vuelta a los folios y le hizo una entrevista interesantísima, muy diferente a lo que le correspondía a un ministro. Tener un jefe así era desquiciante (sonríe), pero todo lo que aprendí fue gracias a él”.

Era un gran contador de historias. Lo que más le interesaba era la gente. Nunca pensó en ascender, en trepar. Es más, era un gran desarrollador de carreras. Le encantaba descubrir a gente nueva para hacerla brillar.

También le gustaba la enseñanza. Dio clases durante quince años ininterrumpidos en el máster de periodismo multimedia del CES, la primera escuela de audiovisuales de España fundada en 1984 y también fue profesor de la Escuela Europea de Oratoria del módulo de locución en los últimos cuatro años. Sus alumnos ya lo están echando de menos.

Para Alejandra Alloza, periodista y autora del último libro de Sara Montiel, Sara Puro Mito y del audiolibro Atrapa a una trepa, "Javier era un ser maravilloso, generoso, estupendo, agradable, cercano y un profesional increíble. Una persona irrepetible a la que voy a echar de menos".  

En lo personal, era un ser tremendamente discreto y un gran caballero con las mujeres. Normalmente, las exparejas son algo muy tóxico, pero en su caso, debió hacer algo bien, porque todas han acudido al hospital como plañideras y eso es algo muy significativo. Le han querido. Y mucho. 

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