La cantante María Jiménez (70 años) ha hecho gala de su vitalidad y alegría en la celebración de su 'fiesta de resurrección'. Así ha denominado la artista su encuentro con familiares y amigos en su casa de Chiclana de la Frontera, en Cádiz, donde ha festejado su milagrosa recuperación después del problema de salud por el que estuvo tres meses ingresada en la UCI el pasado año.

Bertín Osborne (65) se reencontraba con la artista, que era la invitada de su programa Mi casa es la tuya, y ella le recibía con una reveladora canción: "No estaba muerta, estaba de parranda". Y es que durante el ingreso de María Jiménez se temió por su vida y algunos medios llegaron a publicar su muerte, tal y como ella misma recuerda ahora: "Anunciaban que me quedaban los últimos días de vida".

El presentador ha querido indagar en los detalles del percance por el que la cantante estuvo tan mal. "Me dijeron que me tenían que operar de cáncer de colon", explica ella, asegurando que durante el ingreso en Cádiz su estado fue a peor: "Mi hermana no me veía bien y me dijo que me fuera a Sevilla".

De esa forma, la cantante fue trasladada al Hospital Virgen del Rocío en Sevilla, aunque ella no recuerda nada, pues ya había perdido la consciencia y no despertaría hasta tres meses después. "Llegué muerta al hospital y he resucitado", afirma.

La cantante ha contado a Bertín los detalles de su último ingreso. Mediaset

Con el humor y la alegría que la caracterizan, María Jiménez ha desvelado que, pese al duro momento, no ha sido ella quien peor lo ha pasado: "Yo no me enteré de nada", comenta. Algo que confirmaría después su hermana Isabel.

La hermana de la cantante daba más detalles de lo ocurrido, desvelando que en Sevilla descubrieron que el problema de María no era un cáncer sino una obstrucción intestinal que le había provocado una grave infección: "Lo hemos pasado muy mal".

Con la vitalidad totalmente restablecida, María ha revelado que aún sufre algunas secuelas: "Se me han quedado los dedos equinos", ha dicho mientras señalaba uno de sus pies. Una lesión por la que la cantante debe acudir a rehabilitación dos horas cada día.

A la fiesta también han acudido Alejandro Sancho (35), hijo de María, junto a su pareja, quien le ha dedicado unas bonitas palabras a su suegra: "Me lo pone todo muy fácil y nos llevamos muy bien". La artista ha definido a su nuera como "una hija" y le ha pedido que no salga nunca de su vida: "Si te separas de Alejandro, no te separes de mí".

Pitingo (39), Miguel Poveda (47) o Remedios Amaya (57) han sido otros de los célebres invitados a esa 'fiesta de resurrección' en la que las risas, el cariño y el flamenco han sido los grandes protagonistas.

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