Aunque aparentemente podría ser la envidia de todos, la vida no parecer sonreírle en los últimos tiempos a Luis Alfonso de Borbón (45 años), duque de Borbón, autoproclamado heredero al trono de Francia y orgulloso bisnieto de Francisco Franco. A comienzos del mes de septiembre, el Tribunal de Primera Instancia de la Antilla holandesa de Curazao declaró en quiebra al Banco del Orinoco, del que es alto directivo, por considerar que la entidad no puede hacer frente a sus cuantiosas deudas. Además, el banco se habría valido de "documentos falsos" para justificar su solvencia financiera. 

La empresa es propiedad del magnate venezolano Víctor José Vargas (67), que no es otro que el padre de Margarita Vargas (35), esposa de Luis Alfonso de Borbón y madre de sus cuatro hijos. La intervención del Banco del Orinoco ha generado un efecto dominó sobre todo el grupo Banco Occidental de Descuento (BOD), del que Vargas es presidente y Luis Alfonso de Borbón es vicepresidente internacional.

Así, las autoridades reguladoras de distintos países han actuados sobre diferentes compañías del holding empresarial. Las de Panamá intervinieron AllBank, en cuyo consejo también figuran Vargas y de Borbón, mientras que otras dos empresas del grupo, con sede en Antigua (Boi Bank) y República Dominicana (Bancamérica) están bajo vigilancia.

Víctor Vargas y Luis Alfonso de Borbón durante sus vacaciones de verano en Marbella en 2015. Gtres

Esta delicada situación para la economía de Luis Alfonso y su familia -también la política- se suma a un ingente arsenal de varapalos sufridos por el aristócrata a lo largo de sus 45 primaveras. La vida del hijo de Carmen Martínez Bordiú (68) y el malogrado Alfonso de Borbón y Dampierre ha estado marcada por la desgracia desde que era un niño. Desde el fatídico accidente de tráfico que sufrió con su padre y su hermano mayor y que acabó con la vida éste último, hasta la trágica desaparición de su padre, el duque de Cádiz, que falleció degollado por un cable de acero mientras esquiaba en las exclusivas pistas de Beaver Creek en Colorado.

Pero en el último año, Luis Alfonso de Borbón ha tenido que encajar dos nuevos golpes que han hecho tambalear su aparente estabilidad económica, familiar y emocional. Por una parte, la problemática situación de quiebra de una de las entidades bancarias más importantes de Latinoamérica, de la que es ejecutivo. Y, por otra, la más íntima, la que la afecta directamente a su linaje y apellido materno.

Luis Alfonso se enfrenta sin vuelta atrás a la inminente exhumación del cadáver de su bisabuelo Francisco Franco del Valle de los Caídos, que está previsto que se lleve a cabo antes del próximo 25 de octubre. Esta decisión del Gobierno ha provocado que en infinidad de ocasiones el propio Luis Alfonso se haya personado en el conjunto monumental para manifestar su repulsa contra la iniciativa del Ejecutivo avalada por el Tribunal Supremo. Pero de nada ha servido. 

"Hoy asistí junto a mi mujer y mis hijos a la misa de las 11 horas del Valle de los Caídos. Nos encontramos con muchas familias y gente venida de toda España y el extranjero para rezar por el futuro de España", escribía en julio de 2018 el bisnieto de Carmen Polo, poco después del anuncio del Gobierno de Pedro Sánchez (47). Muy activo en sus redes sociales, de Borbón quiso dejar constancia de su asistencia en su cuenta de Instagram, donde ya atesora a más de 17.000 seguidores. 

Pese a su negativa a dar declaraciones a medios generalistas que cubrían la protesta contra el traslado de los restos de Franco, Luis Alfonso regalaba sus únicas palabras a Javier Navascués, periodista de una plataforma audiovisual en defensa de los valores tradicionales de la iglesia católica.

Luis Alfonso de Borbón en el Valle de los Caídos. EFE

"He venido para orar por España y para rendir homenaje a todos los caídos en la Guerra Civil. Tenemos que defender nuestros valores, siempre nos han definido. Aquí estamos y hay motivos para ello. Aquí se viene a rezar como cualquier otra persona, sin ningún tipo de tendencia política. Solo para defender a este monumento, un monumento cristiano", comentaba de Borbón. 

Rodeado de banderas anticonstitucionales y emblemas franquistas, el mayor defensor de su bisabuelo se dio un baño de masas entre quienes lo consideran su legítimo monarca -su padre era primo del rey Juan Carlos- y habló de la importancia de la religión y el amor a la patria: "La educación en casa es importante. Mis hijos también van a un colegio cristiano, eso es importante. Hablarles mucho... Cuanto más se les hable, mejor será". 

Luis Alfonso de Borbón, Margarita Vargas y sus cuatro hijos. Redes sociales

Aludiendo a sus cuatro hijos, Luis Alfonso de Borbón se refiere a los vástagos fruto de su relación con la venezolana Margarita Vargas, hija del multimillonario Víctor Vargas Irasquín y Carmen Leonor Santaella Tellería. La historia de amor entre ellos surgió de una bonita casualidad. El nieto de Carmen Franco acudió a la boda en Miami de María Victoria Vargas, hermana de Margarita y conoció a la que en 2004 se convertiría en su mujer.

En aquel momento, ella todavía iba al colegio. Tenía 17 años, y él le sacaba una década. Viajes de ida y vuelta Madrid-Caracas hicieron que su amor se afianzase hasta estos días, que celebran 15 años juntos y cuatro hijos en común: Eugenia de Borbón, de 12 años, los mellizos, Luis y Alfonso de Borbón y Vargas, nacidos en Nueva York en 2010 y Enrique Jesús de Borbón, que vino al mundo el pasado 1 de febrero. 

[Más información: Alfonso de Borbón y Margarita se inspiran en los posados reales para presentar a su cuarto hijo]

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