Cuando su cara aparece en televisión, a muchos espectadores les vendrá a la cabeza el nombre de Amador Rivas, el personaje que encarnó en La que se avecina. Sin embargo, su nombre real es Pablo Chiapella (42 años) y su carrera artística va mucho más allá de la serie de Telecinco. Un buen ejemplo de ello es Viva la vida, un largometraje que llegará a la cartelera española dentro de poco, el viernes 24 de mayo.

La acogida del público ya fue calurosa de entrada, pero el ambiente se animó aún más cuando sonó el hit Mandanga style, ligado al personaje de Amador Rivas. Pablo Motos (53) contó a su invitado que el Dj del programa le reconoció en una conversación que “en sus sesiones pinchaba música comercial para que el mundo baile, pero que con lo que llenaba era con tu canción”.

Pablo Chiapella sufrió un accidente de moto al terminar de presentar una obra de teatro.

Sin perder la sonrisa, Pablo Chiapella habló después de un episodio reciente que le ha marcado. Tiempo atrás visitó El Hormiguero para presentar la obra Alguien voló sobre el nido del cuco. Poco después, un día al salir del teatro ocurrió un suceso que el actor manchego califica de “muy extraño”. "Al acabar la función me dispuse a coger la moto. Una compañera me dijo que si los productores no me habían dicho nada por viajar en moto, yo contesté que en 15 años nunca me había caído. Pues bien, un minuto y medio después estaba justo debajo de una ambulancia. El suelo estaba mojado e iba pensando en cosas de la obra y se me cruzó una ambulancia. La moto acabó siniestro. Fue en la Plaza de los Cubos, en Madrid, había mucha gente, el de la ambulancia me decía que me quitara el casco y yo viendo la gente que se había agolpado allí vi que no era buena idea".

El accidente tuvo consecuencias más importantes de las que en un principio valoró el albaceteño: "Cuando me levanté por la mañana tenía la pierna hinchada, me fui al hospital. Me intervinieron rápidamente, me drenaron y con la tontería estuve allí ingresado cuatro días, enganchado a una máquina. Así que esos días no pude estar en el teatro".

Paciente conocido

La popularidad de la que antes habló también quedó patente en el hospital: “Allí hice muchos amigos. El asunto se fue un poco de las manos, el personal del centro vio que me agobiaban tanto que me cambiaron a una habitación solo, parecía aquello un bolo de Paquirrín. Toda la planta pasó por allí”.

Después de esa experiencia, Chiapella reconoce haber cogido “miedo a la moto”. “Estuve con una psicóloga para analizarlo. Probé una nueva y sólo pienso en el crash, encima veo a mi hija y pienso que no voy a dejarla sola tan pequeña. Tengo claro que ahora voy a mirar un coche eléctrico”.

Entre Pablo Motos y Pablo Chiapella hubo una gran complicidad.

El paso por publicidad sirvió para que la entrevista se centrara en el motivo principal de la visita de Chiapella. El actor define Viva la vida como “una historia muy bonita, una película pequeña, que se ha rodado sin mucho dinero íntegramente el pasado verano en Valencia. Cuenta la historia de un fontanero al que le van las cosas bien hasta que un día deja de tener trabajo e intenta recuperar la casa donde fue feliz con su mujer. Juanito, que así se llama el personaje, se pone a vender marihuana. No voy a contar más, pero al final triunfa el amor”.

La charla cogía tintes serios hasta que Motos le comentó al invitado que “no sabías que la iban a rodar en valenciano hasta el día que llegaste allí”. Chiapella no se cortó a la hora de responder: “Hombre, si lo hubiera sabido mejor. La película tiene ayudas de la Generalitat y eso supone que el guion tenga un 80% en valenciano. No tengo ni idea, pero me lo invento bien, como casi todo lo que he dicho. Cuando nos sentamos a leer la película y vi a la gente hablando en valenciano y aluciné, no sabía ni cuando tenía que hablar. Fue la peor situación de mi vida, los productores pensarían que se habían equivocado”.

Pablo Motos y Pablo Chiapella son amigos desde jóvenes.

Más allá de curiosidades como esa, el actor albaceteño valoró que había sido “una maravilla trabajar con José Luis García Berlanga. Se rodó a contratiempo, pero se echó al equipo a los hombros y creo que ha quedado una película muy bonita”. Otro paisano de Chiapella, Ernesto Sevilla (40), subió a su cuenta de Instagram unos audios que había intercambiado por WhatsApp con el invitado de este miércoles, quien comentó que “Ernesto es la leche. No te puedes fiar de él, yo no lo hubiera subido en la vida. Me enteré cuando me empezaron a llegar notificaciones al móvil”.

Llegó el momento de presentar a Trancas y Barrancas y el programa deparó una de las grandes anécdotas de la noche. Las hormigas propusieron un curioso test a Motos y Chiapella sobre situaciones que hayan vivido, como si alguna vez han corrido delante de la policía. La noticia surgió cuando les preguntaron si alguna vez se habían enamorado de alguna profesora. Pablo Motos reconoció que tuvo una relación con una docente. “Fue muy bonito”, se limitó a contestar entre risas cómplices, aunque queriendo salir de la situación de forma inmediata.

[Más información: Animalista y aficionado a los videojuegos: los datos que no conoces de Pablo Chiapella]

Noticias relacionadas