Antonio Banderas (58 años), fiel a la tradición, ha asistido un año más a su cita en la Semana Santa de Málaga con María Santísima de Lágrimas y Favores, de las Cofradías Fusionadas. Un evento en el que ha reivindicado como algo "esencial" volver a sus orígenes.

Banderas ha llegado este Domingo de Ramos a la iglesia de San Juan antes de la hora programada para el comienzo de la procesión. El intérprete, visiblemente emocionado, ha dicho que para él es necesario volver a sus raíces, ya que está "dando tumbos por el mundo continuamente".

Ha asegurado a los periodistas que, aunque pasen los años, los sentimientos son los mismos, porque "es mi barrio, el barrio donde me crié" y la iglesia donde se casaron sus padres y donde se bautizó.

Banderas ha recordado, además, que en estas calles jugó con sus amigos en los años 60, cuando era un niño. "Ahora la mayoría de los hombres de trono son los hijos de aquella gente con las que me he criado", ha explicado.

Cercano y afable, ha permitido hacerse fotos con todas las personas que se lo pedían y ha aprovechado para valorar el nuevo recorrido de la Semana Santa en Málaga, con el que se ha mostrado muy ilusionado.

Banderas conocía a muchos de los asistentes, porque son del barrio en el que se crió.

El actor se ha vestido en las dependencias de la cofradía y ha asegurado que le gusta disfrutar de la Semana Santa en "calles pequeñitas".

Banderas ha estado acompañado de su pareja, la holandesa Nicole Kimpel (38), de su hermano Francisco Javier, y de numerosos compañeros de su nuevo proyecto, el Teatro del Soho Caixabank.

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