Ana Botella ha cumplido la edad ideal: la de la jubilación. Este lunes celebraba su 65 cumpleaños en su palacete de 2.141 metros cuadrados de Guadalmina, en la más estricta intimidad. Desde última hora de la tarde llegaron coches de amigos a la urbanización, que, tras el consensuado chequeo de la Policía Nacional que hace guardia en su puerta, fueron entrando para celebrar la efemérides de la exalcaldesa de Madrid.

La familia Aznar, que veranea desde hace ya unos días en esta residencia de verano, está de muy buen humor, según ha sabido este medio. Desde que llegaron han hecho pocas salidas. José María Aznar (65 años) ha estado muy ocupado durante el fin de semana siguiendo atentamente el congreso del PP desde su santuario de Guadalmina. Fuentes cercanas al expolítico aseguran que tras el anuncio de que Pablo Casado (37) sería el presidente de su partido "salió de la casa de un humor excelente y celebrándolo gratamente".

Fachada de la casa de los Aznar en Marbella. JALEOS

La casa, en la urbanización Guadalmina Baja de Marbella, es un auténtico búnker a escasos metros del mar, donde el mismo Aznar mandó construir un muro que alejara la visibilidad de los curiosos. Según la referencia catastral del inmueble, un documento al que ha tenido acceso JALEOS, la parcela consta de más de 2.100 metros, de los que 448 responden a superficie construida. En concreto, la vivienda ocupa 365 metros cuadrados, las zonas deportivas 60 y el porche los 23 restantes. La casa construida en el 1994 fue totalmente reformada por los Aznar.

Y todo bajo la supervisión de Ana Botella que le dio un estilo desenfadado. La vivienda está diseñada al estilo de las construcciones de los noventa: salón con chimenea mural, cuatro dormitorios -el principal, con baño y vestidor-, un despacho, un porche y un dormitorio de servicio al que se accede desde la cocina. La villa tiene un valor catastral, según los informes, de 848.915 euros. Precio bastante inferior al que pago la familia Aznar, que podría rondar los dos millones de euros.

Aznar saca al perro en el cochecito a hacer 'pipí'

Marbella es ya para los Aznar su verdadero retiro dorado. Aunque ahora que Pablo Casado ('el delfín' del exmandatario) ha tomado las riendas del partido, se prevé que José María Aznar tenga más protagonismo en la vida política. Como la misma reunión que este martes ha tenido en Génova, abandonado su reducto marbellí y cuyo regreso estaba previsto para el mismo día.

José María Aznar paseando a sus perros en Marbella (foto de archivo). Gtres

El exmandatario lleva años codeándose con la jet marbellí. Eligió como reducto desde un comienzo la urbanización Guadalmina, toda una reliquia de la familia Goizueta, que sigue siendo uno de los escasos exponentes de la dorada Marbella, prácticamente ya extinguida. Primero se compró allí un ático dúplex de 265 metros cuadrados, con dos plazas de garaje y un trastero.

Pero pronto se trasladaría al hoyo18 del campo de golf que tiene el complejo, adquiriendo el que era su primer chalet, donde nada más llegar colocó la bandera nacional en el porche. Después vino este sofisticado palacete que nada más ser remodelado, cambió el seto original que bordeaba la villa por un muro de 2'30 metros de altura que garantizaba privacidad absoluta. Lo primero que pidió el presidente fue este cercado. Y lo segundo, unas elegantes casetas en el jardín para sus perros. Y es que las mascotas de Aznar son muy importantes para él.

Según ha sabido este periódico, por las mañanas, antes de ir a sus partidas de golf, coge a su labrador negro, lo sube en un 'carrito' y lo lleva a "defecar y hacer pipí" a 200 metros de su casa, mientras los escoltas le siguen de cerca con el coche. Se da el caso de que el perrito ya es mayor y no camina muy bien por lo que José María Aznar lo transporta a cuerpo de rey subido en el 'cochecito'.

Ana Botella, prejubilada 

La que fuera alcaldesa de Madrid durante cuatro años y vivió como primera dama de la Moncloa durante ocho, está encantada con sus 65 años y se siente muy joven. Ana Botella, el curso pasado quiso saborear de nuevo las mieles de la universidad y se matriculó en la Facultad de Teología de la Universidad Eclesiástica de San Dámaso, perteneciente a la Archidiócesis de Madrid. Pero cuando llegan las vacaciones Ana Botella es otra. Se baila desde un Despacito o se marca un shopping nocturno de mercadillo.

Ahora espera que pronto lleguen sus hijos con sus nietos. La exalcaldesa aún recuerda los veranos de un recién estrenado presidente del Gobierno, cuando arrendaba apartamentos en el municipio castellonense de Oropesa del Mar, o cuando su amigo José Soriano, el entonces presidente de Porcelanosa, le cedía su villa en aquellos lares.

Ana Botella en una playa de Marbella. Gtres

Ahora que el clan Aznar ya tiene su propia mansión en Guadalmina todo es diferente. Tras retirarse, se dedica a disfrutar de sus tres hijos y sus siete nietos mientras su marido va y viene de un sitio a otro. En su biografía reconoció que su madre le había enseñado que el amor entre los cónyuges debe estar por encima de todo, también de los hijos. Eso les ha llevado a cultivar su amor y a no atravesar crisis importantes.

"Si hay una cosa de la que me encuentro satisfecha y contenta es de mi relación matrimonial", confesó en su biografía. Además, Botella comparte el deseo que le expresó Aznar tras el atentado de ETA: "Una de mis mayores ilusiones es envejecer junto a mi marido". Y parece que en Marbella han encontrado el sitio ideal.

[Más información: Ana Botella lo da todo al ritmo de 'Despacito'. ¿Quieres verla?]

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