Hace un año José Mota (52 años), su mujer Patricia Rivas y sus tres hijos se mudaban a una gran casa en Mirasierra, una exclusiva zona al norte de la capital. Se trata de una propiedad unifamiliar de 936 metros cuadrados que prometía ser una vivienda de ensueño pero que terminó siendo el peor negocio de la vida del humorista, que le ha obligado incluso a meterse en pleitos judiciales. 

Hace tiempo, Mota compró un terreno edificable, para lo que pidió en su momento una hipoteca de 14 millones de pesetas, y durante dos años comenzó una obras para crear una casa hecha a su medida: tres plantas, dos porches, cocina, dos baños, aseos, garaje y un enorme jardín para jugar con sus tres hijos. 

El exterior engañaba, ya que tras sus formas rectas y lujosas que prometían estabilidad y perfección se escondía una casa en ruinas, mal terminada, con varios fallos de construcción. 

La casa de José Mota en obras.

Cuando entraron a vivir pronto se percataron de los problemas de construcción. El fallo principal es el aislamiento que recubre la propiedad. La familia se mudó cuando la primavera ya estaba terminando y las temperaturas del verano comenzaban a hacer acto de presencia. El clan Mota pronto se dio cuenta de que el calor que hacía en la vivienda no era normal. Una situación que se repitió en invierno, cuando las condiciones climáticas hicieron que la familia pasara un frío considerable.

Pero este no era el único de los detalles que les pusieron en alerta. Los marcos de las ventanas no estaban correctamente anclados, algo llamativo para una vivienda que algunos medios calificaron de 'búnker'. A lo que hay que añadir que los azulejos ni siquiera estaban fijados correctamente y terminaban por caerse. 

Mota y su familia intentaron ponerse en contacto con la constructora a las pocas semanas de entrar a vivir en la propiedad, pero esta compañía había quebrado y hacía oídos sordos a las demandas del humorista. 

¿La solución? El humorista interpuso una demanda contra la constructora por la violación del artículo 1591 del Código Civil por vicios en la construcción. Razón por la cual actualmente se encuentra inmerso en un juicio y ha sido tan enigmático con las declaraciones que ofreció este miércoles. "No puedo hablar mucho, de momento, pero no se ha arreglado", esgrimía el humorista a la vez que aseguraba que prefería ser "cauto". El manchego aseguró: "Está todavía el perito judicial por venir y evaluar los daños, que son cuantiosos. Al final, por cuatro sinvergüenzas pagan los que están haciendo un buen trabajo". 

Una de cal y otra de arena con las empresas

La vivienda de Mirasierra ha sido uno de los peores negocios del humorista, pero no es la única aventura empresarial del manchego, algunas veces con más suerte que otra, pero que le han valido un activo de 10,8 millones de euros. Todo un respaldo para el proceso judicial al que se está enfrentando contra la constructora.

Una de las compañías más rentables de Mota es Producciones Nueva Línea S.L. una sociedad fundada en 1997 para la "producción, distribución, exhibición y comercialización de toda clase de producciones y realizaciones audiovisuales en su sentido más amplio".

José Mota en una imagen de archivo. Gtres.

Su situación financiera es bastante buena, pues en 2016 (último ejercicio del que se disponen datos) obtuvo unos ingresos de 3,5 millones de euros, consiguiendo con ello unos beneficios de más de medio millón de euros. 

Producciones Nueva Línea es la sociedad que mayor respaldo económico le puede proporcionar en el pleito a la constructora, ya que solo esta compañía ha logrado acumular un activo de 8,4 millones de euros (y con unas deudas ligeramente superiores al medio millón de euros).

Sin embargo, no todo es positivo en los negocios de Mota, y prueba de ello es Ja, Ja, Ja Espectáculos, una empresa que fundó en marzo del año 2000 para la "exhibición de espectáculos artísticos y musicales" y de "salas de fiesta de juventud y discotecas". 

¿El por qué de su baja rentabilidad? Lleva años en números rojos, registrando en 2016 unas pérdidas que ascendían a 190.000 euros. Aunque, poniendo todo en su medida, hay que añadir que esta compañía también le proporciona un activo de 1,8 millones de euros. 

La última de las sociedades en la que figura el manchego es Akapu Holding S.L., constituida en 2013 pero de la que todavía no se disponen de datos económicos. 

No obstante, hay que resaltar que las fuentes principales de ingresos de Mota provienen de su trabajo en la televisión y en el espectáculo, donde lleva años siendo un referente en el humor de nuestro país. 

Casado y con tres hijos 

La vivienda que Mota mandó construir, y que tantos quebraderos de cabeza le está proporcionando, prometía ser el refugio para su mujer y sus tres hijos en el norte de Madrid, en Mirasierra. El matrimonio, que ahora parece feliz, ha pasado por algún que otro bache bastante duro, y este tiene fecha: el verano de 2010, cuando tras cinco años de matrimonio y una hija en común la pareja decidió romperse. 

Mota y su mujer.

Pero finalmente se reconciliaron, y desde entonces han llevado una existencia feliz, aunque resguardada de los medios de comunicación. La pareja es muy celosa de su intimidad. En este tiempo han aumentado la familia hasta llegar a ser padres de tres hijos: Daniel (10), José (5) y Valeria, de 2 años. 

Un clan que esperaba disfrutar mucho de la propiedad en el norte de Madrid. Pero que, en cambio, llevan un año viviendo en el peor negocio de su padre. 

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