El anuncio del regreso de Amaia Montero (41 años) ha dejado boquiabierto a más de uno. No solo a sus fans, deseosos de volver a escuchar su inigualable y característica voz, el público en general quedó sorprendido después de que la cantante hiciera pública unas sensuales fotografías para presentar su nuevo trabajo, Nacidos para crecer, donde se la ve guapísima.

En las instantáneas aparece una Amaia mucho más atrevida de lo que nos tiene acostumbrados a ver, con un espectacular cambio físico. Sin embargo, esta no es la primera vez que la donostiarra sorprende con una transformación de este tipo. Un breve repaso a su trayectoria profesional demuestran que la cantante lleva años cambiando su estilismo y cuerpo. 

Una de las primeras imágenes que se tienen de ella es de 2003. En esta instantánea se puede observar una Amaia mucho más joven: en su cara destacaban unos prominentes pómulos, una característica que la ha acompañado a lo largo de estos años, junto a un maquillaje natural y unas cejas finas. En lo que a la ropa se refiere, en esta época la cantante optaba por tejidos claramente sintéticos y conjuntos muy coloridos, como una chaqueta con un gran número de cremalleras en color dorado. 

Su primer gran cambio físico se puede apreciar en 2007 con sus imágenes en los premios Prix de la Moda de Marie Claire. La cantante posaba en el photocall con un vestido ceñido, de pedrería en color oscuro y con un pronunciado escote.

Amaia Montero en 2007. Gtres.

En esta ocasión ya se podía apreciar claramente su transformación: la cantante, que había ganado algunos kilos en los últimos años, tenía unas curvas más pronunciadas, el pecho había aumentado considerablemente y su rostro lucía más redondeado. A este efecto contribuyó el maquillaje recargado y la melena corta que escogió para esa noche. Unas modificaciones que no evitaban, sin embargo, que se viera espectacular en esa velada. 

No obstante, solo dos años después la donostiarra volvió a dejar anonadados a sus seguidores. En las imágenes que se conservan de esa época, durante la grabación de un videoclip, se ve a la cantante mucho más delgada. Luciendo una camiseta de asillas, un pantalón pitillo rojo y una trenza a un lado la transformación era evidente: las clavículas se marcaban, la cara había adquirido un aire más fino mientras que el tamaño de la cadera se había reducido considerablemente. 

En los años posteriores se mantuvo estable en lo que a su aspecto físico se refiere. El único cambio que experimentó la donostiarra fue un refinamiento en su estilismo, y es que dejó a un lado las apuestas más atrevidas para centrarse en trajes oscuros, con líneas básicas junto a unos maquillajes sencillos. 

En 2011 de nuevo, aunque duró poco tiempo, la cantante protagonizó otro cambio físico inesperado. Durante una gala de premios a finales de año la cantante apareció en el photocall en un vestido rojo, largo, ceñido al cuerpo con un cinturón a la altura de la cintura muy elegante.

Amaia en 2011. Gtres.

En esta ocasión, de nuevo, se podía apreciar que en su rosto volvían a predominar las líneas curvas, a la misma vez que se podía observar un ligero aumento de peso en la zona del pecho y las caderas. No obstante, fue un cambio que duró poco tiempo, ya que en pocos meses la cantante ya volvía a lucir un cuerpo más delgado. Y así se mantuvo hasta 2014, momento en que reapareció de nuevo con un cuerpo con unas líneas más redondeadas. Esta tendencia con el paso de los años parecía que se mantenía, y es que en los eventos a los que acudía se podía apreciar que la cantante había ganado algo de peso. 

No obstante, este 2018 Amaia ha roto todos los esquemas en lo que a su imagen se refiere. El cambio que presenta en la portada de su nuevo disco es tanto físico como estilístico, con una apuesta atrevida que ha dejado sorprendidos a muchos (al igual que con su música) y donde demuestra que aunque pasen los años sigue estando espectacular. Habrá que esperar a ver qué nuevas nos trae la donostiarra en este nuevo año que comienza. 

[Más información: Amaia Montero presume de su espectacular cambio físico]