Mark Hamilton se ha cansado de que duden de sus habilidades como marido, de su capacidad económica o de su inteligencia. El todavía marido de María Lapiedra (33 años) se va a someter la tarde del jueves a un test de inteligencia en Sálvame para acallar a aquellos que dudan de su capacidad intelectual, como María Lapiedra que se refiere a él como "corto" en varias ocasiones, o el propio Gustavo (52) quien aseguró que el catalán era un "tonto del culo".

Para llevar a cabo esta prueba el programa cuenta con una especialista que está sometiendo al arquitecto a una serie de pruebas. En este sentido, llama la atención que la experta ha comentado que han tenido hacer pruebas complementarias para poder tener unos datos claros, ya que el número habitual de cartulinas no eran suficientes. 

Esta es una de las pruebas más habituales que realiza el programa a sus invitados y a sus colaboradores, siendo Aramis Fuster (63) una de las que más llamó la atención al obtener un 146 de cociente intelectual (un nivel de superdotado). En este tipo de test se ponen a prueba las habilidades de los sujetos comprobando sus capacidades en lo que a inteligencia espacial, el razonamiento lógico, la inteligencia verbal y las matemáticas. 

El "príncipe azul" de Lapiedra

Desde que se hizo público el romance entre su esposa, María Lapiedra, y el paparazzi más famoso de Sálvame, Gustavo González, la atención mediática en torno a la pareja ha crecido considerablemente.

Teniendo en cuenta esto, no extraña que Mark Hamilton, un hombre anónimo al principio de todo este culebrón, haya terminado en pleno ojo del huracán mediático con apariciones habituales en el programa. 

"Mark, un joven catalán arquitecto de 25 años. Empecé a enrollarme con él como un pasatiempo más pero acabó enamorándome. Tanto, que consiguió que dejara a ambos hombres por él (a Joan Laporta [55 años] y a Gustavo González)", con estas palabras le presentaba Lapiedra.

La pareja se conoció en 2012 a través de las redes sociales, y al poco tiempo María ya descubrió que Hamilton tenía algo especial. Como ella misma afirmó en el libro que publicó en 2013, se trataba de su "maravilloso príncipe azul". Razón por la cual el 27 de abril de 2014 María y Mark se daban el 'Sí, quiero'. 

Fruto de esa unión nacieron sus dos pequeñas: Martina y Carlota, dos niñas que la propia María ha asegurado en varias ocasiones que son los más importante para ella. Es más, tanto el arquitecto como la actriz aseguran que las pocas veces que se les ha vuelto a ver juntos tras hacerse público el escándalo se debe a que quieren mantener una buena relación por las niñas. 

Arquitecto de profesión

La inteligencia de Mark Hamilton no es lo único que se ha puesto en duda. Otro de los puntos que más se ha puesto en tela de juicio es su sustento económico, un aspecto que él mismo quiso desmentir hace semanas: "Quiero decirle a Lydia Lozano (57) que yo no vivo de mi mujer. Soy arquitecto, anónimo y gano más que ella muchos meses”.

Y es que hace años que Mark se gana la vida por su cuenta. Al principio, y gracias al impresionante físico que conquistó a María, el joven se dedicó al modelaje durante varios años. Se puede ver que algo siempre queda en su perfil de instagram, donde posa cual modelo en muchas de sus imágenes. 

Sin embargo, poco después descubrió su verdadera pasión: la arquitectura, otra de las razones que prueban las capacidades intelectuales del marido de Lapiedra. Desde entonces lleva años trabajando en este sector, en el que ha sido contratado por firmas de gran renombre tanto nacionales como internacionales. 

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