Se va el 2017, un año en el que algunos famosos han sufrido ataques de gastroenteritis verbal. El desparrame más reciente fue el de todo un Grande de España, muy alterado tras la publicación de unas fotos con alguien que no era su jovencísima novia. De alguien criado en al Palacio de Liria se esperaba a lo sumo algo así como un "caca, culo, pedo, pis" a lo síndrome de Tourette, pero Cayetano Martínez de Irujo (54 años), el menor de los varones de la duquesa de Alba, obsequió a los reporteros con estas frases tan bonitas: "Ven para acá, maricón, que me des la cámara", "quiero que me des una hostia, a ver si tienes huevos", "quiero que me pegues. Yo hago boxeo y sé cómo defenderme. Me da igual pegarme con uno, con siete o con cuarenta".

Mucho más 'fisna' se mostró en enero de este año Isabel Pantoja (61) con motivo de su primera entrevista tras salir de prisión. Si las miradas matasen… Había quien decía que la Pantoja estaba canina… Lo que estaba era loca de amor canino por su perrita Sissi. Todo el mundo recuerda aquellos ojos azabache que rezumaban odio mientras miraba a la cámara junto a un obsequioso Pablo Motos (52). "Me la regalaron en un programa de televisión, pero no voy a decir quién... Desde entonces vive conmigo, duerme conmigo... aunque viniera de donde vino, la sigo amando por encima de todo".

Isabel Pantoja en una imagen de archivo. Gtres.

La ofensa no iba dirigida a Jorge Javier, que se dio por aludido, sino a Chelo García Cortés (66), que fue quien se la llevó personalmente a Cantora, pero la examiga de Isabel Pantoja, temerosa del poder del "dueño del cortijo", dejó que se explayase a gusto en un atril contra su examiga.

Fue aquel un discurso épico. Jorge Javier parecía Demóstenes. Tan convincente resultó que muchos pensamos en su futuro como político: "¿De dónde vengo yo? Yo vengo de trabajar, usted viene de la cárcel, del trullo, del talego, que parece que viene de unas vacaciones de playa y le ha llovido, no señora, viene de la cárcel y en la cárcel a una no la meten porque desafine. A propósito de la cárcel, merecemos una reflexión del sistema penitenciario, pensamos que las cárceles sirven para que la gente reflexione. A usted no le ha servido de nada, sigue siendo la misma persona resentida que entró".

Más compasiva con Isabel se mostró Carmen Lomana (69) en febrero. La socialité, azote de Iñaki Urdangarín (49) desde los tiempos en que se refugiaba en Telefónica comentó al conocer la sentencia judicial del caso Nóos: "La sentencia de los Urdangarín hace que la gente no crea en la justicia que es uno de los pilares de la democracia. Y un agravio comparativo para el resto de los españoles y, si no, que se lo pregunten a Isabel Pantoja".

Pero si hay alguien que ha copado el protagonismo con sus ocurrencias en este año que se va esa ha sido Alba Carrillo (31). La rubia de los mil titulares visitó el plató de Sálvame en febrero para hablar largo y tendido sobre su ruptura con Feliciano López (36) y su breve matrimonio. Alba corría peor suerte que la idolatrada perrita Sissi. Dormía en el suelo y su marido ni la tocaba a veces. Y a más, a más: "Feliciano y yo solo hacíamos el amor cuando emitían el programa Sálvame Deluxe". Tan poco era el interés del muchacho que llegó a preguntarle si era gay, y le gustaban los hombres. Él lo negó "es mi intuición, no tengo ningún indicio… es una cuestión que a mí me ha parecido”. Pero el postre llegó después cuando dijo que nunca fue un hombre muy fogoso. "Cuando te comes un cocido fuera es difícil luego tener apetito para las aceitunas".

Feliciano no se quedó callado. Después dicen que dijo: "El partido de mi vida lo he ganado quitándomela de encima", pero la venganza definitiva llegó desde unas filtraciones a La Vanguardia presumiblemente procedentes del entorno del tenista. Su casa podría haber sido objeto de sortilegios. En la misma se hallaron papelitos extraños chamuscados, forros de pantalón quemados así como corbatas achicharradas. La asistentas no eran. Si Cayetano sabe boxeo ellas eran todas “cinturón negro en el arte de la plancha”. Según el artículo todo hacía "pensar en un maleficio rudimentario, un torpe modo de desnivelar el karma o un gañán intento de turbar la paz del universo".

Quien sí nos dejó profundamente turbados a todos fue Toñi Moreno (44), la presentadora de TVE en una entrevista a un desgraciado Octavio Aceves (70). El vidente, gay reconocido, amigo de duquesas y marquesas, que hasta contrajo matrimonio con otro hombre, quedó como un homófobo. Y todo por culpa de Jordi González (55). El ex presentador de la Noria había asegurado que Aceves le vaticinó hace mil años que se iba a morir a los 30 y, por eso, luego nadie quería viajar con él en los aviones. Octavio, un hombre muy prudente, se defendió: "Esto me dolió mucho porque yo a Jordi le tenía mucho cariño porque cuando yo vivía en Barcelona, él y su novio Sergi Mateu...". Y allí, Toñi Moreno, gran amiga de María del Monte se nos pone tan dramática como Jorge Javier con Isabel Pantoja y suelta una frase que hizo historia "Quiero que te calles un momento. No estoy de broma ahora mismo. No te voy a permitir bajo ningún concepto que hables de la vida privada de nadie. Que digas cosas que no puedes demostrar y que manches su nombre, porque no te lo voy a consentir". 

Bertín Osborne posando ante las cámaras. Gtres.

¿Desde cuándo decir que alguien es gay es manchar su nombre? Más grave fue lo de Miguel Ángel Revilla (74), presidente de Cantabria, de plena actualidad por sus escasas habilidades automovílísticas, cuando le contó a Bertín Osborne (63) que en la boda de Felipe y Letizia (45) casi se muere de hambre porque se reservó en el cóctel esperando grandes y abundantes platos, pero que le sirvieron una tartaleta diminuta con 'crua-crua,  cri cri' y finas hierbas, de segundo pularda en salsa, "que no es más que pechuga de pollo". Y de postre un bombón, porque la la tarta era de plástico y una para los novios. Ya contó algo hace muchos años en la televisión cántabra, pero lo que no sabíamos era que don Juan Carlos (79) le abrazó un día y le "puso la mano por detrás y me dijo al oído 'qué razón tenías Revilla, qué mal nos dieron de comer'". Seguro que la perrita Sissi se pone morada a langostinos en Cantora. 

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