Amaia (18 años) y Alfred (20) son dos de los concursantes favoritos de la Academia de Operación Triunfo. Pocos no saben quiénes son y muchos conocen de la química que existe entre ellos. Una risa floja o una mirada arrobada basta para darse cuenta de que entre los triunfitos existe algo más que sintonía sobre el escenario. Hay amor. El público y sus compañeros son los perfectos testigos de esta incipiente relación que hace unas semanas selló sus sentimientos con un apasionado beso. A esas alturas, de nada servía esconderse. 

"Juntos se multiplican", como aseguró a JALEOS la madre de Alfred. Componen un cóctel irresistible y que se compenetra a las mil maravillas; la notable timidez de Alfred frente al carácter extrovertido, alegre y pizpireta de Amaia.

Ahora bien, expuestos estos sentimientos propios de la pasión del comienzo, ¿cómo se plantea su relación amorosa más allá de la Academia? ¿Será un amor de largo recorrido o se desinflará su historia de la misma manera que les pasó a David Bisbal (38) y Chenoa (42)?

Para responder a estas cuestiones, y para ahondar en las claves que evitarían el hipotético fatal desenlace, este medio se ha puesto en contacto, en primer lugar, con la psicóloga Sandra Iriarte. 

P- A tenor de las imágenes, ¿existe complicidad entre Alfred y Amaia?

R- Efectivamente denotan una complicidad entre ellos. Máxime teniendo en cuenta que se conocen personalmente, comparten aficiones y proyectos profesionales actuales entre ellos. 

-¿Podría ser una pareja de largo recorrido más allá de la Academia?

-La respuesta química que se suele producir entre los seres humanos en estas situaciones ayuda a reforzar vínculos afectivos entre ambas personas. Es posible que si las dos personas se siguen encontrando a gusto juntas, sigan compartiendo proyectos personales y profesionales y tengan el valor que nuestra sociedad da a las parejas heterosexuales, jóvenes, románticas.... pues es muy probable que esta historia tenga una continuación en el futuro.

-¿Cómo se ven sus caracteres?

-En las imágenes facilitadas se evidencian muestras de intimidad (por la cercanía, la templanza y la sonrisa) bien recibida por ambas partes, que se sienten a gusto con lo que les está pasando. Se tocan de forma cariñosa en la mejilla, compartiendo el espacio físico personal reservado para las relaciones íntimas. En la foto en que se muestran abrazados posando conscientemente frente a una cámara puede hacer pensar que no les disgusta mostrarse públicamente como binomio pareja. 

-Con las imágenes en la mano, ¿se puede intuir la personalidad?

-En las imágenes, el chico parece más tímido que ella porque baja la mirada o al menos, que se reserva la experimentación de las emociones que le hace sentir la situación, aunque el hecho de estar sonriendo siempre denota agrado. Ella mantiene la mirada hacia él, la cámara, el resto de personas, por lo que se podría entender que asume la situación, no solo a nivel individual o de pareja, si no hacía el resto, la parte social.

Con el veredicto final de la imagen que desprende la pareja, le toca el turno al carácter y la personalidad. JALEOS se ha puesto en contacto con el psicólogo Enrique García Huete, del Colegio de Psicólogos de Madrid. El amor es una materia apetecible, e incluso irresistible, pero sumamente complicada si no se conocen las fases naturales por las que debe encauzarse. 

"Una cosa es la forma de amor y otra el estilo de amor. Esta pareja debe superar esos dos estadios si quiere durar. Por un lado, deben saber que existe el 'amor-pasión', el 'amor-intimidad' y el 'amor-responsable'. Si dan con la clave de compaginar los tres y si son capaces de ser cuanto más similares mejor, estarán destinados a durar", ha apuntado dicho facultativo a este portal.