Aline Griffith, la condesa de Romanones, falleció a los 94 años de edad el pasado lunes a las diez de la noche aproximadamente. Su capilla ardiente será en la Iglesia San Francisco de Asís. Aline fue una mujer coqueta y elegante. Nacida en Nueva York el 22 de mayo de 1923, esta condesa perteneció a una generación de espías que operaron bajo la tutela de la España del franquismo.

Su nombre cobró mayor entidad pública cuando entró en la aristocracia española de la mano de su marido Luis de Figueroa y Pérez de Guzmán el Bueno, en aquel momento conde de Quintanilla y, posteriormente, conde de Romanones.

Junto a él se casó y trajo al mundo tres hijos. La educación que Aline recibió fue la típica de la época, en un prestigioso colegio, el Mount Sinai Vicent. Posteriormente, y contra todo pronóstico, fue a la Universidad donde estudió periodismo. 

Hasta su casamiento, Griffith dedicó su vida a su gran pasión; la alta costura, con la que alcanzó notable notoriedad en las pasarelas más emblemáticas de Estados Unidos. Casi como una entendible consecuencia, y "por patriotismo", según ella, se introdujo en el mundo del espionaje. En su andadura de 'detective', fue fichada como agente secreto por la Oficina de Servicios Estrategicos (OSS), agencia precursora de la CIA, donde recibió el pseudónimo de "Tigre". 

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