Hortensia Herrero Chacón (66 años) es la primera dama de Mercadona y hace méritos para llevarse también el título de dama de Valencia. Cuando la deuda del ayuntamiento de la ciudad del Turia alcanzó su pico máximo (977 millones de euros en 2012), la familia Roig comenzó a invertir millones en la recuperación del patrimonio histórico y artístico de la ciudad a través de la Fundación Hortensia Herrero, creada en 2011. Hoy, la deuda de Valencia sigue siendo muy elevada (677 millones de euros) y Herrero ya ha invertido más de 8 millones de euros con sus actuaciones.

La mujer de Juan Alfonso Roig (67), fundador de Mercadona y tercera fortuna de España (5.100 millones de dólares según la lista Forbes tras el fundador de Inditex Amancio Ortega y su hija), es la "única financiadora y mecenas de esta organización sin ánimo de lucro", según explica su equipo, que, entre otras actuaciones, ha restaurado la Iglesia de San Nicolás, en pleno centro de Valencia y donde se han casado varias de sus hijas, o el Colegio del Arte Mayor de la Seda.

Hortensia Herrero durante un acto en el Colegio Mayor de la Seda.

Quienes han trabajado con Hortensia Herrero dicen que Juan Roig no sería quien es sin ella. Licenciada en Económicas por la Universidad de Valencia, siempre ha acompañado a su marido desde la discreción y su papel en Mercadona ha sido clave. Ella estuvo detrás de la estrategia de distribución de la compañía a nivel nacional, como vicepresidenta de la compañía y segunda accionista.

Resuelta y con buenas dotes de comunicación, ha ido creando una imagen corporativa de su compañía en Valencia mientras su marido se ocupa de los números y las reuniones empresariales en Madrid. Su sorprendente cambio de look ha sido clave en su particular campaña de primera dama. El verano pasado sorprendió pasando de un discreto castaño a un rubio platino y un renovado armario con vestidos mucho más favorecedores, con toques vintage al estilo de Marylin Monroe con los que parece otra mujer. 

La transformación de Hortensia Herrero.

Ha educado a sus cuatro hijas (Hortensia, Carolina, Amparo y Juana) a las que está muy unida, en la independencia y el feminismo aunque desde un estilo conservador. Ahora vuelca sus esfuerzos en su fundación, en la que Juan Roig y sus hijas también forman parte del órgano de Gobierno. La Fundación Hortensia Herrero es la perlita de la familia Roig para dejar bonita Valencia y ganarse el favor de sus vecinos. Algo muy importante para ellos, pues siguen viviendo "de una manera sencilla en la ciudad, compran en los comercios locales, pasean por las mismas zonas que hace años y visitan (pocas veces) los mismos restaurantes", según cuentan en su círculo más cercano.

Sus hijas, sobre todo Juana Roig (32), que ya trabaja en la compañía liderando la transformación digital y apunta a convertirse en la sucesora de su padre, es la más apegada a todas las tradiciones de la capital levantina. Fue fallera mayor de una de las comisiones más premiadas de Valencia, la de Jerusalén-Matemático Marzal, y se casó en 2013 con Álvaro Otero, el hijo de un reputado médico valenciano, en la Iglesia de San Nicolás, restaurada con las aportaciones de su madre. Participa en las carreras populares de la ciudad y, como sus hermanas, tiene a casi todo su círculo de amigos en Valencia.

Hortensia Herrero junto a sus hijas el día de la boda de Juana Roig.

PONE A PUNTO LA IGLESIA DONDE SE CASARON SUS HIJAS

La Iglesia de San Nicolás de Valencia es el proyecto en el que Hortensia Herrero ha invertido más dinero (más de 5 millones de euros). Solo en la restauración de la fachada invirtió 4,7 millones de euros en 2013, unos meses antes de que su hija Juana se casara allí, por lo que pudo estrenar la renovada iglesia. Su hija Amparo también se casó en este templo predilecto de la familia Roig. Hortensia Herrero ha financiado la renovación de las pinturas murales de los siglos XVII y XVIII de la cubierta y la talla gótica de la Virgen de los Desamparados, en la que se dejó 260.000 euros.

Sus otros dos proyectos estrella son la restauración del Colegio del Arte Mayor de la Seda y la ermita de Santa Lucía de Castellón. A través de esta fundación la esposa de Roig canaliza su gusto por el arte y la danza que comparte con sus hijas. Ha becado a 15 bailarines del Campus Valencia Danza que se celebra en agosto y  organiza la gala Ballet Danza todos los años para atraer a la ciudad a bailarines de algunos de los mejores ballets de Europa.