Josefa García Gómez, conocida cariñosamente como Pepita, fue la única mujer en la vida de Chiquito de la Calzada (84 años). Junto a ella pasó los 50 años más felices de su existencia, pero por ella es también por la que el humorista no logró levantar cabeza. Era su todo y cuando murió quedó sumido en una profunda tristeza. Nunca tuvieron hijos, pero se tenían el uno al otro.

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"La conocí en Córdoba mientras trabajaba como bailarina en el circo chino de Manolita Chen. Cuando ví a esa mujer en primera fila me dije: ¡Hasta luego Lucas! Ésta ya no se me va", explicó Chiquito en una entrevista. Y así fue. Se casaron en 1950 y no se separaron nunca a excepción del tiempo en el que el humorista se trasladó a Japón a trabajar como cantaor.

Con todo el dolor de su corazón tuvo que dejar a su Pepita en España, ya que no tenían dinero para costearse los gastos del viaje por partida doble. En Tokio permaneció dos años pero ni el tiempo ni la distancia consiguieron hacer mella en su amor. Es más, todo lo que ganaba en esa época, Gregorio (el verdadero nombre del artista) lo invertía en comprar regalos para su esposa. "Él prefería no comer y comprarle regalos a Pepita. Recuerdo un día en el que llegó un día con una bolsa llena de rulos, ¡como si en España no hubiera rulos!", contó el cantante José Mercé (61) en el programa Mi casa es la tuya.

Chiquito de la Calzada con su esposa Pepita

Los que la conocen cuentan que era una mujer simpática aunque discreta. Siempre se mantenía en un segundo plano. Conocía perfectamente cual era su lugar y nunca se desmarcaba de él. "Sabía dónde tenía que estar", aseguró Paz Padilla (47), amiga íntima de la pareja, en televisión. La fama de su marido nunca se le subió a la cabeza. La pareja siempre frecuentó los mismos restaurantes rodeados de sus amigos de siempre.

En Málaga, ciudad en la que el matrimonio tenía fijada su residencia, uno de los lugares preferidos era el restaurante Chinitas. Uno de esos sitios muy castizos cuyas paredes rezuman historia. Las historias de los hombres y mujeres que como a Chiquito y Pepita les gustaba ir allí a comer y a pasar el rato. Tanto tiempo pasó aquí la pareja que su dueño José Sánchez Rosso, el propietario y alma del local, tiene reservado un sitio de honor a un retrato del humorista.

HASTA QUE LA MUERTE LOS SEPARÓ

Pocas son las parejas que pueden presumir de celebrar sus bodas de oro, pero ellos lo hicieron. Organizaron una gran fiesta en el Hotel Antequera Golf de la localidad malagueña; y Antonio Montiel, pintor y gran amigo de la familia, inmortalizó el momento en un entrañable retrato que reflejaba el inmenso cariño que se tenía el matrimonio. Ella con mantón y él con traje y corbata, muy unidos en la imagen, como siempre han hecho.

El humorista con su mujer y el pintor Antonio Montiel

Pepita dijo adiós el 3 de marzo de 2012. Una arritmia se la llevó para siempre. "¡Qué lastima! Cuando llegó al hospital ya estaba muerta. Ya la incineraron", contó entre lágrimas Chiquito en el programa de Bertín. Su funeral tuvo lugar en Parcemasa (Parque Cementerio de Málaga). Se fue rodeada de numerosos amigos y compañeros de profesión de su marido. Entre ellos estuvieron Manuel Sarria (del Dúo Sacapuntas), la también humorista y actriz Paz Padilla, y el productor Tomás Summers. La muerte destruyó a la considerada como la pareja indestructible. Con Pepita se fue el primer fan y el gran apoyo del artista.  "Me ha roto el corazón y el sentido. Ella era mi vida. He sido muy feliz con mi mujer".

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El artista desolado en el entierro de su mujer y con la mirada perdida

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