Kate Moss no fue “otra Kate”, sin duda ha habido muchas en la historia pero solo ella ha cambiado la de la moda y la belleza. Todo en ella es noticia, sus inicios, su aparición en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, su época trash con el macarra de Pete Doherty y su boda de cuento con Jamie Hince en Los Cotswolds...

Y, por supuesto, sus hitos en su carrera como modelo, pues solo ella (lo sentimos ángeles de Victoria’s Secret) ha conseguido llegar a sonar tanto como la modelos por excelencia, Claudia, Naomi, Carla, Linda y Elle, top models que no necesitan apellido porque no hay duda de quienes son y, además, vuelven a estar de moda.

Este verano, posaba con su hija, Lila Grace Moss, que debutaba como modelo a los 13 años (uno menos que la edad en la que empezó su madre) en una portada en blanco y negro para la edición italiana de Vogue, ante el objetivo del fotógrafo Mario Sorrenti. Y hubo quien se preguntó si la hija logrará desbancar a la madre.

Kate Moss y su hija, Lila Grace, posando para Vogue Italia en junio de 2017.

Pero, ¿por qué nos acordamos ahora de ella? La primera respuesta sería ¿por qué no? Pero en este caso tenemos una razón de peso: Moss vuelve desde 1993 para protagonizar el spot de Obsessed, el nuevo perfume de Calvin Klein, una versión del Obssesion que una jovencísima Kate publicitaba frente a la cámara de Mario Sorrenti en aquel año y de cuya sesión se han recuperado imágenes inéditas y los behind the scenes para el anuncio. Esta joya de la publicidad ha puesto a ebullición nuestra nostalgia y ha hecho que miremos al pasado para recuperar 15 momentos que hicieron de Kate la única Kate.

Es difícil resumir una vida como la de Kate en las cuantas fotografías. Sus desfiles se cuentan por decenas y su vida personal da para una peli o dos. Pero estos quizá han sido los que han marcado su vida y nos han marcado a nosotros. Ahora, a sus 43, Kate y Calvin nos devuelven el origen del mito, el icono, la musa. Gracias Calvin Klein.