Si hay una palabra que describa a la perfección cómo fue Yves Saint Laurent esa es, sin duda: visionario. Su estilo vanguardista dio forma al vestuario de la modernidad. Sus diseños, cargados de grandes dosis de sofisticación e ingenio, cambiaron para siempre la forma de vestir de la mujer. Supo ver antes que nadie los cambios que la moda necesitaba y, por eso, inventó algo que hasta el momento ningún diseñador de Alta Costura había imaginado: el Prêt-á-porter.

Nacido en Orán (1936) en el seno de una de las familias más ricas de la ciudad, desde muy joven siempre tuvo claro que quería dedicarse al mundo de la moda. Fue un ávido lector de la revista Vogue y un diseñador precoz. De hecho, tenía tan solo 14 años cuando se aventuró a mandar sus primeros diseños a un concurso en París. Quedó tercero, pero sus ideas sorprendieron tanto que incluso Michel de Brunhoff, redactor jefe de Vogue Francia, le recomendó que estudiase en la Chambre Syndicale de la Couture.

Era necesario hacer realidad tanto talento y por eso Saint Laurent le hizo caso. Nada más graduarse en Orán se mudó a París. Una vez allí, en 1951, volvió a participar en el concurso del Secretariado Internacional. Esta vez quedó primero y sus diseños despertaron, de nuevo, toda la atención de De Brunhoff que vio en ellos numerosas similitudes con el que, por aquel entonces, era el modisto del momento: Christian Dior. Diseñador al que no dudo en recomendar a este talentoso y joven Yves. Tenía 18 años cuando empezó a trabajar como asistente en la maison y tan solo 21 cuando le sucedió al frente del diseño tras la prematura muerte de monsieur Dior. Era el año 1957 y Saint Laurent se convertía así en el modismo más joven de la casa de costura francesa.

Una relación intensa pero muy breve a la que, por diferencias irreconciliables, se le puso fin tan solo 3 años después cuando a comienzos de los 60 fue relegado de su puesto. Fue entonces cuando, animado por su inseparable amigo y amante Pierre Bergé, se decidió a montar su firma homónima. Desde entonces no paró en su afán por revolucionar el sector, rompiendo con la uniformidad impuesta por las multinacionales, diluyendo las barreras entre lo masculino-femenino y regalándonos algunas de las creaciones más representativas de la historia de la moda.

La moda no solo está hecha para embellecer a las mujeres, sino también para darles seguridad y confianza, y permitirles aceptarse.

Yves Saint Laurent

EL VESTIDO MONDRIAN

Diseño de Yves Saint Laurent inspirado en Mondrian. | Foto cortesía de YSL.

Siempre atraído por la multitud de posibilidades que le ofrecía el arte, Yves Saint Laurent supo establecer un perfecto diálogo entre la belleza de la pintura y la sofisticación de la moda. Prueba de ello es su famoso vestido Mondrian, un diseño que lanzó en el invierno de 1965 y con el que buscaba rendir un especial homenaje a los cuadros abstractos y armónicos del pintor holandés Piet Mondrian.

Sobre un vestido de lana de corte recto, el modisto francés adaptó el popular cuadro “Tableu II” (1922) -una composición en azul, rojo, amarillo y negro-, que se convirtió en uno de los diseños más populares del diseñador y también, en el responsable de hacer de esta colección la primera de la historia de la moda en integrar el género Pop Art en la Alta Costura.

EL ESMOQUIN FEMENINO

Diseños realizados para la sus colecciones Primavera/Verano de 1966 y 1967. | Foto: Getty Images.

Hasta los años 30 el esmoquin estaba reservado única y exclusivamente a los hombres. Y aunque Marlene Dietrich -la estrella que no dejó que los hombres le dictaran su sexualidad, su moral y su ideología-, fue la primera en romper los moldes de lo preestablecido luciéndolo durante la película 'Morocco' (1930); no fue hasta 1966 cuando estos saltaran, definitivamente, al armario femenino.

Era agosto de 1966 e Yves Saint Laurent presentaba al mundo su colección inspirada en el Pop Art cuando, entre los vestidos inspirados en Warhol y Lichtenstein, una pieza destacó sobre todas las demás. Un elegante esmoquin con corbata de lazo y fajín de raso negro que, pese a que al principio no tuvo a toda la crítica de su parte, sin duda fue un gran logro para reivindicar el papel de la mujer en la sociedad y, también, uno de los diseños más influyentes de la historia del siglo XX. En palabras del propio diseñador: “Le Smoking proporciona a la mujer una actitud, más allá de la moda, porque de lo que estamos hablando no es de moda, sino de estilo. Las modas van y vienen, pero el estilo es eterno”.

Le Smoking protagonizó su último desfile en 2002 -todas sus musas reaparecieron sobre la pasarela luciendo la popular prenda- y, también, fue objeto principal de la exposición Smoking forever (2006) en la fundación Pierre Bergé.

EL TRENCH COAT

Diseños presentados en la colección crucero 2012, F/W 1999 y Primavera-Verano 2011. | Foto: Getty Images y GTRES.

De nuevo, el diseñador se apropió e hizo totalmente suya una prenda clásica masculina para convertirla en un verdadero must. Inspirado en los atuendos de marinos y soldados de la Segunda Guerra Mundial, este abrigo de doble botonadura y cinturón creado en 1914 por Burberry se convirtió en prenda imprescindible de todo fondo de armario femenino gracias a Yves Saint Laurent. 

Desde que lo diseñara por primera vez en 1962, el trench coat ha sido una constante en todas y cada una de las colecciones presentadas por la casa de moda hasta la actualidad. Y fue tal su éxito que hasta las francesas -famosas por su estilo y buen gusto- la adoptaron como prenda indiscutible del je ne sais quoi parisino. 

LA SAHARIANA

El diseñador con Betty Catroux y Loulou de la Falaise en la inauguración de su boutique en París. | Foto: Getty Images.

De prenda militar a imprescindible de la primavera de 1967. Aunque se trataba de un diseño de corte claramente masculino, Yves consiguió que esta chaqueta utilizada por el ejército británico en la India a principios del siglo XIX, se tornase sexy y muy glamurosa.

Fue de los primeros en poner sobre la pasarela el look safari que tanto se ha popularizado en los últimos años. Durante tres temporadas el modisto incluyó la sahariana en sus colecciones e, incluso, en 1968 le sirvió como fuente de inspiración para toda una colección entera: “África”. Y fue tal la admiración que sintió por esta prenda que hasta él mismo se atrevió a lucirla en numerosas ocasiones, como en 1969 durante la inauguración de su primera boutique en la Rive Gauche de París, donde posó con Betty Catroux y Loulou de la Falaise con una sahariana puesta.

El diseño original de Saint Laurent consistía en una sahariana en algodón de color beige con grandes bolsillos delanteros y escote en ‘V’ con cordones que el modisto consiguió que la condesa Veruschka luciera de forma muy sensual para Vogue; convirtiéndola así en objeto de deseo entre las mujeres.

EL CAFTÁN

Yves Saint Laurent en uno de sus viajes a Marrakech. | Foto: Getty Images

Fruto de un viaje a Marrakech en 1968 junto a Pierre Bergé, el modisto francés quedó enamorado de los colores, tejidos y la sensualidad propias de la cultura marroquí. Fue por ello por lo que, inspirado en este atuendo tradicional, se animó a diseñar caftanes para sus amigas más intimas, entre ellas Talitha Getty o Marisa Berenson. Desde entonces lo incluyó en todas su colecciones, otorgando así un espíritu hippie chic que claramente definió los últimos años del diseñador.