El arte y la moda siempre han tenido una estrecha relación. Ambas son expresiones estéticas, beben de la creatividad de sus interpretes y, además, en numerosas ocasiones, se han inspirado la una en la otra. Prueba fehaciente de ello es la reciente colaboración de Louis Vuitton con el artista Jeff Koons. Y aunque no es la única vez que la maison se ha inspirado en el mundo del arte; sí es la primera en la historia de Louis Vuitton que se ha permitido a un artista reconfigurar su famoso monogram

En este sentido, y bajo el nombre Masters, Koons ha versionado obras clásicas de los grandes de la pintura como Da Vinci, Tiziano, Reubens, Fragonard y Van Gogh; usando como lienzo único los bolsos más icónicos de Vuitton como el modelo Speedy, el Keepal o el Neverfull, entre otros. El resultado ha sido todo un éxito dentro de la industria, no solo por la ingeniosidad de la idea, sino por la calidad y el talento que han reunido en esta exclusiva colaboración. Jeff Koons es considerado uno de los creadores contemporáneos más cotizados del momento, por lo que la maison no podría haber escogido a nadie mejor para dar una nueva vida a sus clásicos.

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Una colaboración de lujo que se suma a una larga lista de firmas que, desde que Gustav Klimt y Emilie Flöge diseñaran unas amplias túnicas unisex inspiradas en los principios liberadores del modernismo en el siglo XIX, también han apostado por seguir su ejemplo creativo. Pero si tenemos que destacar uno de ellos, este sería, sin duda, Yves Saint Laurent. Amante reconocido del arte en lo personal, también supo reflejar (y de qué manera) esta pasión en sus diseños.

YSL: de Mondrian a Van Gogh

El modisto francés fue todo un visionario. Saint Laurent no solo diseñó el vestuario de la modernidad femenina, sino que también supo establecer un perfecto diálogo entra la belleza de la pintura y la sofisticación de la moda. Desde muy joven se sintió atraído por la multitud de posibilidades que le ofrecía el arte y no dudaba en animar a todo el mundo a seguir su ejemplo. De hecho, él mismo afirmaría en una ocasión:

Me he inspirado en un gran número de pintores en mis diseños porque creo que el arte no solo forma parte de la cultura sino de la vida y hay que mostrárselo a todo el mundo. 

Por ello, desde sus comienzos fueron muy frecuentes las referencias al mundo del arte en sus colecciones. A través de los vestidos, reproducía la estética de famosas pinturas, ofreciendo lo mejor de ambas vertientes y sin dejar de lado la sensualidad de la mujer por la que siempre apostaba.

Diseño de Yves Saint Laurent inspirado en Mondrian. | Foto cortesía de YSL.

Fue en el invierno de 1965 cuando Yves rindió homenaje al pintor Mondrian adaptando los principios de sus cuadros abstractos y armónicos a vestidos rectos de lana. El diseño más popular fue el inspirado en el cuadro “Tableu II” (1922) -una composición en azul, rojo, amarillo y negro-, que se convirtió en uno de los más populares del diseñador y también, el responsable de hacer de esta colección la primera de la historia de la moda en integrar el género Pop Art en la Alta Costura. Saint Laurent siempre decía que el Pop Art significó la expresión de su juventud, por ello siguió rindiendo homenaje a otros artistas relacionados con este movimiento como Tom Wesselmann o el pintor ruso Serge Poliakoff, en cuyas obras se inspiró para la creación de vestidos de cóctel en 1966.

Vestido nupcial inspirado en el artista Braque. | Foto: GTRES

Más tarde, hacia los años 80, apostó también por el cubismo y el fauvismo. En este caso, el modisto se inspiró en las litografías de Georges Braque para dar forma a un poco convencional vestido de novia y en la naturaleza de Matisse, con sus populares manos de colores, esas que estampó sobre faldas de fiesta para su colección otoño-invierno de 1988. Ese mismo año también apostaría por Van Gogh para llenar de color sus diseños de primavera, estampando los cuadros “Los Girasoles” (1888) y “Los lirios” (1889) sobre chaquetas y vestidos.

Un éxito sin precedentes que evidenciaba la calidad de sus conocimiento en el tema; en parte, gracias a su relación con Pierre Bergé. El diseñador y el empresario francés consiguieron crear una de las colecciones privadas de arte más importantes del sector. Fruto de sus numerosos viajes reunieron más de 700 piezas entre las que destacaban obras de los grandes de la pintura, así como objetos del Renacimiento, dibujos, piezas de orfebrería, de arqueología y arte asiático.

Una tendencia en auge

Pese a que hace más de 50 años del vestido Mondrian, la unión entre estas dos expresiones estéticas ha sido una constante en las colecciones y pasarelas de muchos de los diseñadores de Alta Costura y ready-to-wear. Gigantes como Versace, Dior o Valentino se han dejado llevar por su creatividad y siguiendo el ejemplo de Saint Laurent nos han presentado diseños que, como los del modisto francés, pasarán a la historia.