Marta Romero Sophie Fernández

Cuando creemos que el problema del acné ha desaparecido –porque hemos peleado contra esos granitos con nuestras propias manos, una lucha en la que todo vale-, aparecen esas pequeñas cicatrices que, aunque menos dolorosas, pueden quedarse meses. Algunas, incluso, piden un tratamiento específico y bastante avanzado. Una vez llegados a este punto, habrá que buscar soluciones.

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El acné es, en realidad, una enfermedad que puede producirse por muchas causas: desde los cambios hormonales y las alteraciones endocrinas, hasta reacciones a ciertos medicamentos o un clima extremo.

Las cicatrices, sin embargo, llegan cuando nos empeñamos en manipular esos granos y espinillas o realizamos exfoliaciones demasiado agresivas para deshacernos de ellos. Cuando esta reacción es recurrente en una zona, se produce un daño en el colágeno de nuestra piel y ésta tiende a reemplazar la zona dañada con otra capa mucho más fina, produciendo esas cicatrices con relieves más bajos.

Sin embargo, no todas las cicatrices por acné son creadas de la misma forma. De hecho, hay tres tipos específicos: las que son muy profundas pero de diámetro pequeño, las que tienden a ser rectangulares y aquellas más difíciles de disimular, que van formando desniveles en la piel de nuestro rostro. No todas ellas necesitan (ni merecen) el mismo tipo de tratamiento.

¿Qué errores estás cometiendo?

  1. No atacas el problema de raíz: si tienes en cuenta todo lo que te hemos contado, verás que has de conocer qué tipo de acné es el tuyo para atacarlo de la forma más adecuada.

    Si se trata del más moderado y que no se asocia a problemas hormonales, el mejor tratamiento para prevenirlo es utilizar limpiadores que usen peróxido de benzoyl –entre otros ingredientes- que ayudan a prevenirlo. Porque un buen cuidado de la piel es siempre el mejor de los tratamientos.

    Usar jabones demasiado duros para limpiar la cara o lavarla con demasiado frecuencia pueden irritarla e, inevitablemente, hacer que aparezca ese acné que acabará por convertirse en cicatriz. Utilizar limpiadores suaves que no sean oleosos ni comedogénicos es la mejor opción. Así, no añadirás más sebo a tu piel.

  2. Explotas los granitos: lo que puede causar una segunda infección (el propio grano ya es una infección en sí misma) y mucha más inflamación; el paso previo a conseguir una bonita cicatriz. Es muy importante –casi vital- mantener las manos alejadas de la cara, sin tocar ni pellizcar los granitos.

  3. No estás usando una buena protección: la exposición solar puede causar cicatrices que son aún peores, pues tienden a oscurecer y acentuar las marcas. Hay muchos productos que ayudan a reducir los efectos del acné, que no contienen aceites y que, además, te ofrecen la cobertura mínima de SPF que deberías utilizar a diario. Lo ideal es aplicarlo día y noche tras la limpieza.

  4. Exfolias demasiado: en caso de comenzar a tener acné, la exfoliación está casi prohibida, pues puedes ayudar a extender la infección. Y mucho menos practicar la rebotica de la abuela.

    Muchas de esas cremas caseras que se presentan como milagrosos remedios naturales no lo son: aplicar, por ejemplo, zumo de limón sobre las cicatrices lo único que consigue es una reacción mucho más virulenta, llegando a crear, incluso, auténticas quemaduras.

  5. Abusas del maquillaje. Aunque pueden ayudarte (y mucho) a disimular las antiestéticas cicatrices, cubrirlas en exceso o no utilizar fórmulas libres de aceite pueden estar jugando en tu contra. Al igual que el alcohol o el tabaco, que obstruyen tus poros. Tu piel ha de quedar siempre lo más limpia e hidratada posible.

¿Cómo eliminar y reducir las cicatrices?

La longevidad de una cicatriz puede variar dependiendo del tipo de piel. Existen diversas medicaciones que, aunque fuertes y con algunas contraindicaciones, son bastante eficaces.

Los tratamientos de higiene facial, luz led o luz pulsada también dan muy buenos resultados al igual que la nutricosmética, que se está planteando como una alternativa más y que tiene a la levadura de cerveza –fuente natural de biotina- como uno de los grandes agentes para activar el metabolismo y regenerar las células de la piel.

Algunos tratamientos estéticos, aunque alargados en el tiempo, prometen resultados de hasta el 90%. Myriam Yébenes, directora del Instituto de Belleza y Medicina Estética Maribel Yébenes, nos cuenta algunos de los más revolucionarios.

  • El láser fraccionado, que tiene tres grandes efectos sobre la piel, podría ser uno de ellos. A través de un peeling de alta potencia, se generan pequeños daños en la piel para que ésta reaccione acelerando el proceso de curación y la producción de calor en las capas internas de la piel, estimulando su renovación e hidratación.

  • El relleno de cicatrices con material reabsorbido es otro tratamiento más enfocado a cuando las cicatrices son ya muy profundas y, además, nos falta tejido. Aunque al principio puede producir la aparición de hematomas, los resultados son muy efectivos.

  • El peeling químico. Un tratamiento que elimina una pequeña capa de la piel, haciendo que se regenere el tejido de la zona. El más usado es el de ácido glicólico. 

  • Los tratamientos combinados como el Acne Marks, que combina la nanofrecuencia microfragmentada con oxigenoterapia inyectada y que consigue romper la cicatriz e impulsar una nueva estructura epidérmica más uniforme, donde esas marcas tan profundas se ven atenuadas.