La leonesa Aitana Mendioroz, modelo formada en buceo y apnea, es la creadora de la firma de joyería de autor Meg, donde esta plasma su amor hacia el mar usando cristales sedimentados por mar que se engarzan con plata.



"A raíz de realizar apnea y estar todo el día en el agua buscando lugares no masificados, me di cuenta de una cosa; siempre hay basura, incluso en sitios a los que solo se accede en barco o caminando dos horas", explica a EFE Aitana Mendioroz (León, 1993) sobre su iniciativa, Meg, en la que utiliza cristalinas sedimentadas por el mar y plata reciclada.



Mendioroz, que comenzó a trabajar con 11 años frente a las cámaras como modelo infantil, antes de protagonizar campañas de grandes firmas, practicaba también la competición en natación, pero no descubrió el mundo del buceo y su amor por el mar hasta los 15 años, en la costa de Murcia.

"El mar es uno de los reguladores de temperatura y de oxígeno del planeta, y nos lo estamos cargando", dice la modelo, que desde que comenzase a practicar apnea también puso la vista en los grandes niveles de basura que llegan a los océanos. "Cada año lo veo más estropeado y no hay concienciación suficiente sobre este tema", lamenta.



La leonesa, que alcanza casi cuatro minutos en apnea estática y es capaz de practicar la apnea de profundidad en descensos de 20 metros, pone el foco de alarma en los pequeños detalles: "Cuando voy a recoger basura del mar, siempre son perceptibles las mordidas de los peces en la basura, en cualquier parte del mar o país".



Entre toda la basura que recoge, llegó a las cristalinas.



"Me parece una metáfora preciosa del mar y del ser humano que parte de los cristales que se arrojan como basura al mar vuelvan en forma de joya sedimentada", dice sobre los cristales de colores y formas que recoge y engarza posteriormente, propuesta que vertebra su marca.



En concreto, con las cristalinas que separa de la basura que recoge realiza un proceso de soldadura en plata a partir de joyas de este metal que compra en mercadillos o que la gente "ya no utiliza y regala". Una vez seleccionados todos los materiales da forma a colgantes y anillos que realiza bajo demanda y de forma artesanal por medio de encargos: "No hay dos piezas iguales", apunta.

"La compra al por mayor, y sin trazabilidad de estructuras de joyería de materiales desconocidos, no me gusta ni va acorde a mi forma de pensar", explica esta artista que se decanta por su modelo de negocio a petición, conocido en moda como por encargo, y al que cada vez se suman más firmas de sello de autor o sostenible.



Cada pieza lleva a Mendioroz unas dos semanas de media ya que le "gusta" que le encarguen una pieza para dedicarle "tiempo y energía". Inmersa en este proyecto que compagina con su profesión como traductora e intérprete desde hace años, además de su faceta como modelo, pretende hacer de Meg una firma sostenible con la que contribuir a cuidar el océano. "El mar es mi sitio favorito en el mundo y es una forma de unir varias pasiones", concluye.