La buena costura no tiene género. Tiene sentido y sensibilidad, como han demostrado las colecciones de Pilar Dalbat y Carlota Barrera (26), diseñadoras que se empeñan en hacer prendas con carácter, sin fecha de caducidad y con apuntes sostenibles.

La maestría de Pilar Dalbat se ha visto reforzada por un lugar lleno de historia como es el Patio de Cristales de la Casa de la Villa, un "espacio joya con unas vidrieras maravillosas" en el que ha presentado una colección sencilla, que se aleja del barroquismo del edificio.

"Me he dejado llevar por el color de estas vidrieras, pero he querido ser fiel a la marca", ha explicado a Dalbat, quien con esa filosofía, ha ideado un abanico de prendas con líneas puras en las que impone volumen y color.

La diseñadora granadina, apuesta por prendas icónicas de la marca como capas, abrigos de paño con mucho patronaje, piezas "en las que se ven las costuras" para que se contemple a primera vista ese ejercicio de virtuosismo en el corte.

Los tejidos metalizados aportan una visión futurista y el estampado se transforma en un arcoiris de color donde el negro es un punto de referencia, el eje, que aporta serenidad y la sobriedad a la que tan acostumbrados nos tiene Dalbat, para "heroínas de hoy en día", en un intento constante de permanecer fiel a la esencia de la marca.

Aunque se trata de una propuesta ultrafemenina, Pilar Dalbat ha presentado varias prendas unisex sobre modelos masculinos. "No pretendo vestir a los hombres con moda femenina, son prendas verdaderamente para hombre y mujer".

Moda depurada, sobria son las señas de identidad de Pilar Dalbat, prendas "sobre las que no necesito añadir aderezos, más bien quitar", mientras desvela como ha ido rectificando diseños en los que no veía representado su sello.

Después, con el propósito de "ralentizar" el calendario de la moda y "reducir" las súper producciones, Carlota Barrera, una de los diseñadores emergentes del panorama nacional, ha mostrado su segundo trabajo, centrado una vez más en vestir al hombre con un enfoque diferente.

Se muestra interesada en mostrar más la sensualidad que no la sexualidad del cuerpo masculino. Barrera juega con la dualidad del género femenino y masculino y propone doce prendas bellas, de impecables proporciones y siluetas sutiles.

"Adoro trabajar el patronaje", añade Barrera, quien con esta colección reflexiona sobre la vulnerabilidad del hombre, también tienen sentimientos, no los tienes que esconder".

Más allá de la apariencia estética, con esta propuesta establece un diálogo entre la costura y la moda rápida. "Estamos en la era de la inmediatez, somos insaciables, queremos consumir constantemente", añade Barrera quien se ocupa de coser prendas sin fecha de caducidad, confeccionadas con tejidos buenos.

Barrera, que parte de su formación ha sido en el equipo de Pedro del Hierro junto a Carmen March, considera que el alma ecológica de la moda pasa por hacer menos colecciones y hacer piezas que sean duraderas. "Lo importante es tener un armario pequeño con prendas buenas", añade.

Los colores tierra, los verdes desvaídos y el azul marino impregnan una colección que aúna artesanía y vanguardia. El amor por la artesanía de Carlota Barrera, le lleva a utilizar en esta colección prendas tricotadas a mano y detalles como cordones y cuerdas que le "recuerdan" el mar de su tierra, Gijón.

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