Escada celebró este lunes su 40 aniversario con el primer desfile de su historia a la vez que el modisto Prabal Gurung rendía homenaje a Nepal, donde creció, en la cuarta jornada de la Semana de la Moda de Nueva York.

La firma alemana quiso conmemorar sus 4 décadas con su primera pasarela, un íntimo show en el edificio Armory de Park Avenue, en Manhattan, en el que se desplegó un escenario que recordaba a un día en las carreras de caballos, con una pasarela de hierba y unos bancos para los asistentes, similares a los de un hipódromo.

La colección del nuevo director creativo de la casa, Niall Sloan, destacó por el uso de colores vivos como el amarillo mostaza, rosa fucsia, azul añil o verde esmeralda en trajes de chaqueta, tanto de falda como de pantalón.

Esos mismos tonos, a los que sumó el rojo y el blanco, los utilizó en combinación con grandes rombos en camisas y vestidos holgados de tela sedosa que recuerdan a los uniformes de los jinetes de competición, así como rayas anchas diagonales para minifaldas y cazadoras estilo bomber.

Pero Sloan no se inspiró solo en los jinetes, sino también en el estilo clásico de la mujer en las lujosas carreras de caballos de los años 80, con vestidos ceñidos a la cintura, americanas o trajes de chaqueta con faldas de tubo, todos ellos estampados con lunares blancos sobre fondo marrón.

Para la noche, Escada se decantó por la combinación del rosa y el negro en fluidas faldas y vestidos de seda, estampados también con lunares, entalladas a la cintura y cadera y con fruncidos que daban movimiento a las prendas.

También destacó en la Semana de la Moda de Nueva York el diseñador Prabal Gurung, que presentó una colección primavera verano en la que rindió homenaje a la tierra en la que creció, Nepal, con una pasarela repleta de las pequeñas banderas de colores que en su país se utilizan para representar plegarias.

La propuesta de este joven popular modisto estuvo completamente dominada por los vibrantes colores de las banderas (azul, rojo, verde y amarillo) y por estampados de motivos vegetales de inspiración asiática.

Gurung hizo desfilar al ritmo de la canción Dream Baby Dream, del grupo Suicide, vestidos y faldas de largo midi, en su mayoría, que además de franjas formadas por una combinación de los fuertes colores contaban con volantes en los bajos, plisados o transparencias. Para la noche, siguió echando mano de una amplia paleta que combinó con negros, a los que sumó brillos y flecos que daban movimiento a las piezas.

Los hombres recorrieron la pasarela de Spring Studios, en Manhattan, con pantalones coloridos de tiro bajo, conjuntos de camisas y shorts por encima de la rodilla decorados con los estampados vegetales, y largas y ligeras túnicas en varios colores.

Otra casa alemana, BOSS, también presentó en Nueva York su propuesta para primavera-verano de 2019 después de la partida la temporada pasada del modisto taiwanés-canadiense Jason Wu, que este año se dedicó a su propia colección.

Aunque la firma no ha anunciado el nombre de un nuevo director creativo, la empresa sí dio una pista de su línea a seguir al explicar recientemente a medios especializados su jefe de marca, Ingo Wilts, que iban a tratar de acercar la colección de mujer y de hombre.

Así, apostaron por una propuesta similar a la de esta temporada de la casa de moda Monse, de carácter unisex, dominada por prendas que pueden vestir tanto hombres como mujeres.

En ese sentido, los hombres salieron a la pasarela con bolsos oversize, pantalones a media pantorilla o por encima de la rodilla, trajes de chaqueta satinados, y un buen número de diseños en rosa empolvado.

Ellas, ataviadas con pantalones holgados, camisas a rayas o con transparencias, americanas oversize, gabardinas largas, sencillas sandalias romanas y algún vestido fluido, pero casi siempre con cuello cerrado.

[Más información: El cosmos y el color flúor inundan la Fashion Week de Nueva York]

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