La dramática historia de Annie Leibovitz, fotógrafa de Felipe y Letizia: de la muerte de Susan Sontag a sus deudas
La prestigiosa artista ha retratado a rostros de lo más conocidos mientras su vida privada estuvo a punto de desmoronarse en varias ocasiones.
1 febrero, 2024 01:36Annie Leibovitz (74 años) es conocida por inmortalizar a los rostros más distinguidos: desde Michael Jackson a John Lennon desnudo junto a Yoko Ono o la mismísima reina Isabel II. Ahora ha llegado el turno de Felipe VI (55) y Letizia (51). La bautizada como la fotógrafa de las estrellas será la encargada de retratar a los reyes de España en este año tan especial para la Corona, en el que se cumple una década con el hijo de Juan Carlos I (86) al frente del reinado y otras dos décadas de su boda.
Los monarcas posarán para la colección de arte del Banco de España, en la que figuran otros royals como el rey Carlos III, el Emérito y la reina Sofía (85). ABC sostiene que los retratos rondarán los 135.000 euros.
Que Sus Majestades hayan apostado por Leibovitz para este gran acontecimiento no es una sorpresa, pues los tres ya coincidieron años atrás y los trabajos de la fotógrafa han dado la vuelta al mundo. Uno de los más recientes es el posado viral de Leo Messi (36) y Cristiano Ronaldo (38) jugando al ajedrez sobre un maletín de Louis Vuitton.
Pese a ser una de las fotógrafas más reconocidas de la industria y ser considerada la mejor pagada en vida, su historia ha estado marcada por la guerra, la muerte de su razón de amor, la escritora, novelista, filósofa y ensayista Susan Sontag y una deuda que casi la arruina.
Annie nació el 2 de octubre de 1949 en Connecticut, Estados Unidos, en el seno de una familia judía compuesta por Samuel Leibovitz, teniente coronel de las Fuerzas Armadas, y Marilyn Heit, profesora de danza contemporánea. Debido al trabajo de su padre, sus progenitores, sus cinco hermanos y ella veían su vida cambiar de ciudad en ciudad y país en país, asentándose en alguna base militar fuera de Estados Unidos.
Parte de su adolescencia la pasó en Filipinas, donde su padre fue destinado por la guerra de Vietnam. Allí fue donde el interés por la fotografía brotó en Annie, y realizó sus primeros retratos amateurs de soldados en blanco y negro con heridas de guerra y miradas profundas que captaron a la perfección los horrores de aquel conflicto.
Fue ese material fotográfico el que le sirvió como su primer puesto de trabajo en la entonces revista emergente Rolling Stones tras su regreso a Estados Unidos a principios de la década de los setenta.
A pesar de graduarse en Bellas Artes por el Instituto de Arte de San Francisco, su enfoque cambió de visión. Este cambio marcó el comienzo de su icónica carrera. Desde entonces, hasta 1983, estuvo ligada a la revista como fotógrafa jefe. A partir de ahí, su trayectoria cambió a Vanity Fair, además de otros célebres proyectos desligados a la revista.
Susan Sontag
La escritora Susan Sontag llegó a su vida a finales de la década de los ochenta, cuando Leibovitz fue la encargada de hacer fotos publicitarias para el libro El sida y sus metáforas. Leibovitz tenía entonces 39 años y Sontag, 55.
Su relación era un secreto a voces, aunque ellas se referían la una a la otra como su compañera, su amiga. Nunca se denominaron como pareja abiertamente, lo que despertó a veces las críticas del colectivo LGTBI por no defender sus derechos. "Éramos dos personas que nos ayudamos mutuamente en nuestras vidas. La palabra más cercana sigue siendo amigo", señaló la fotógrafa a The Guardian en 2006.
Tampoco convivieron en el mismo hogar pese a que sus apartamentos de París y Nueva York se encontraban uno frente al otro. Otra de las famosas instantáneas de Annie es Susan at home, fotografía en la que aparece la ensayista en el sofá de su casa y que refleja su conexión. "Fue un privilegio y un honor compartir la vida con ella. Tuvo un impacto enorme en mí y en mi trabajo. Por dura que fuera, era una persona mágica. Uno no podía evitar amarla. Y yo lo hice por encima de cualquier discrepancia. No he vuelto a estar con nadie", confesó a El País en 2021.
Su historia de amor duró hasta 2004. La destacada escritora fallecía el 28 de diciembre de ese año en el hospital Memorial Sloan Kettering de Nueva York, con 71 años, a causa de una leucemia. Se cree que el origen de la enfermedad fue la radioterapia que recibió años atrás para curar el cáncer de mama que sufrió cuando tenía 40 años.
"Hubo una época en la que fotografié mucho a Susan. Era parte del duelo: anticipaba la pérdida y era mi manera de dejarla aquí (...) La echo de menos en ocasiones como esta: ella sabía siempre qué decir", subrayó a dicho medio.
Annie no pudo estar presente durante el último suspiro de Sontag. En ese momento, se encontraba a caballo entre Sontag y su padre, que también se encontraba gravemente enfermo en Florida -poco después también murió-. La última vez que se vieron, Annie le dio "un beso de despedida y le dije 'te amo' y ella a mí también", reveló a The Guardian. La última fotografía que Leibovitz tomó a Sontag fue ya en la camilla del hospital, en la que se aprecian los moratones hechos por las vías intravenosas. Estuvieron juntas durante 15 años.
Gestación subrogada y deudas
Durante su relación con la ensayista, Annie se convirtió en madre en 2001 y nació Sarah Cameron, gracias a la fecundación in vitro. Tras el fallecimiento de ésta, Annie volvió a ser madre, a los 52 años: fueron dos gemelas, Susan y Samuelle, y mediante gestación subrogada. Durante todos estos años, su otra gran tarea ha sido cuidar a las tres siendo madre soltera.
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Que Annie ampliara su familia fue uno de los motivos por los que no pudo hacer frente a su acostumbrado nivel de vida, por lo que tuvo que pedir un préstamo a la compañía Art Capital Group, utilizando su trabajo y sus propiedades como garantía. Debido a que la retratista no devolvió el dinero a tiempo, la empresa le demandó en 2009, reclamándole 24 millones de dólares -unos 22 millones de euros-.
En 2014 finalmente pudo vender su propiedad en el West Village de Nueva York, una mansión por la que obtuvo 28,5 millones de dólares -26,2 millones de euros-, lo que le permitió dejar atrás la deuda que le persiguió durante años.